SUPERCOPA F. | BARCELONA 3-1 REAL MADRID
Nada frena al ‘SuperBarça’
Ni la superioridad numérica desde el 58′ ni una de las mejores versiones del Real Madrid pudieron dejar fuera de la final al equipo blaugrana. Mariona, de penalti, resolvió en el 112′.
Giro de guion, tensión, suspense y el final de siempre. Porque nada frena al Barcelona, al menos en lo que al panorama nacional se refiere. Ni una de las mejores versiones del Real Madrid, ni la superioridad numérica por la expulsión de Paredes en el 58′, ni la prórroga, ni Weir, que puso todo de su parte, pudieron apear a las de Giráldez de esta Supercopa. Lo suyo es otra historia. La historia del equipo femenino más grande del fútbol español. Mariona, con un penalti provocado por Bronze y realizado por una torpe Svava, deshizo el empate en el 112′ de la prórroga. Las culés lucharán por el título ante la Real Sociedad.
Hubo sorpresas en ambos onces iniciales. Mariona se quedó en el banquillo blaugrana y Giráldez apostó por una línea de ataque formada por Crnogorcevic, Geyse y Pina. El balón, con Aitana, Walsh y Patri, y la fantasía, con sus talentosas delanteras, estaban asegurados. En defensa no había dudas y salieron las fijas, igual que en un Real Madrid que formaba en un claro 1-4-4-2 cuando no tenía posesión, con Feller y Weir, arriba. Esther se quedó en el banquillo.
Y desde esa posición privilegiada vio al Barcelona dominar desde el pitido inicial de Huerta de Aza. Eso ya no extraña a nadie. Pina tuvo el gol en el 1′ tras una bonita jugada hilvanada y Geyse, gambetera como ninguna, se fue de hasta cuatro rivales madridistas antes de que Kenti le robase el balón a las puertas del gol. Esos fueron los primeros ensayos de un equipo culé que iba a ser paciente y aplicado en la creación de juego. Aitana, tras su 25 cumpleaños, estaba tan motivada como participativa en un centro del campo en el que la única tarea de Freja Siri y Zornoza era rebañar balones y entregarlos a Weir y Feller. En una de esas la francesa probó a Paredes en carrera y forzó la amarilla para la defensa vasca en el 16′. Justa.
Tanto como el golazo de Claudia Pina para inaugurar el electrónico del José Fouto ocho minutos después. La de Moncada, además de jugona, tiene una precisión quirúrgica en su disparo. La mejor prueba fue el chut con el que atravesó las piernas de Kenti y Kathellen y batió a Misa. La asistencia, por cierto, fue de Aitana. Las de Giráldez transmitían tranquilidad mientras Bronze imponía su poderío por aire en cada córner. La inglesa acarició el tanto en un par de ocasiones antes de un tiempo de descanso que Toril aprovechó para poner a calentar a todas las futbolistas de su banquillo.
La calma antes de la tormenta
El choque entró entonces en una fase de calma tensa que se veía reflejada en duelos individuales como el de Rolfö y Athenea. Saltaban chispas entre ambas. Un clásico de los Clásicos. Sin embargo, cuando nadie lo esperaba, se desató la tormenta. Blanca, como la nieve que casi parecía caer en la fría Mérida. Weir forzó una falta en la frontal y la clavó. Y en el 58′ Paredes era expulsada tras otro entradón sobre Feller. En su décimo episodio, la temporada de esta serie vivía un auténtico giro de guion. El Real Madrid, por primera vez en su historia, lo tenía todo de cara para ganar al Barcelona.
Geyse tuvo el segundo en una jugada individual que bien podía haber acabado en un pase atrás, pero su definición se fue acariciando la madera. Más tarde la tuvo Patri, pero su disparo fue salvado por Oroz. Las madridistas se multiplicaban en las ayudas causando una desesperación cada vez más evidente en las futbolistas de Giráldez. Con la sustitución de la delantera brasileña se fue parte de la electricidad blaugrana. La prórroga trajo nuevos aires al José Fouto. Las de Toril, por primera vez, tuvieron oportunidades para ponerse por delante y al Barça le costaba salir de su asombro. Weir hizo que la parte merengue de la grada gritase ‘gol’. Pero la afición que acabó chillando como nunca fue la blaugrana: Bronze se metió en el área en una jugada poco prometedora y Svava la derribó. Mariona, desde el punto de penalti, no falló. La victoria, por décima vez, cayó del lado culé. Paralluelo sentenció antes del pitido final. El Superbarça luchará por el título ante la Real Sociedad el domingo (12:00).