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COPA DE LA REINA | ALAVÉS - ATLÉTICO

La redención de Carid: “Pensé que nunca más iba a pisar el verde así”

Vuelve a disfrutar del fútbol en el Alavés gracias al amor de su familia y “mucha terapia”. Atrás queda su etapa en el Alhama de Randri García, suspendido por “trato vejatorio y degradante”.

Andrea Carid y la vida después del Alhama: “Le cogí mucho odio al fútbol”
PAULINO ORIBEDIARIO AS

“Le cogí mucho odio al fútbol. Guardé todas mis botas y mi ropa deportiva, lo metí todo en una caja y lo guardé en el garaje”. En julio de 2023 Andrea Carid (Santiago de Compostela, 1993) no quería saber nada del balón. Después de finalizar contrato con el Alhama entrenado por Randri García, al que el Comité de Disciplina de la RFEF inhabilitó por dos años por “conductas de trato vejatorio y degradante hacia la mayoría de las jugadoras (recurrida ante Apelación)”, se quedó sin equipo y vivió “el verano más oscuro” de su vida. Pero gracias a la ayuda de un innumerables personas, el amor de su familia, “mucha terapia” y el contacto de “la persona correcta, en el momento justo y el lugar adecuado”, hoy está llegando al punto de “volver a disfrutar del fútbol”. Lo hace en el Alavés, que este sábado se enfrenta en octavos de la Copa de la Reina al campeón Atlético (21:00). “Recuerdo que el primer día que entrené me dije “pensé que nunca más iba a pisar el verde así”, revela en una conversación con AS.

Pero antes de llegar al momento más emotivo vivido por Andrea Carid en su regreso al fútbol hay que ir al más complicado. En abril de 2023 salen a la luz los comportamientos y actitudes inadecuadas recibidos por la plantilla del Alhama por parte de su entrenador Randri García, hechos que quedaron constatados por Inspección de Trabajo y Seguridad Social en julio y por los que el Comité de Disciplina de la RFEF ha propuesto dos años de inhabilitación para el entrenador (sanción recurrida por el club murciano ante Apelación, concediéndole la cautelar).

Entonces, 17 jugadoras de la plantilla negaron que hubiera “comportamiento inadecuado” por parte del técnico, mientras que otras cinco no firmaron los dos comunicados emitidos. Entre ellas estaba Carid. “He intentado por todos los medios y, a veces, en contra de mi salud metal, comprenderlas, pero no creo que en ningún momento hayan sido las malas de la película, independientemente de que me hubiera gustado que su comportamiento fuera diferente. Sí, somos mayores para tomar nuestras decisiones, pero el miedo también es libre y cada una actúa en base a lo que puede sentir”, relata una futbolista con un discurso tan didáctico como reflexivo.

La gallega no guarda rencor ni a las que fueran sus compañeras de equipo, ni a las instituciones que no se pronunciaron públicamente para apoyarlas o se interesaron por ellas: “Sí que sentí que no se nos estaba escuchando de la manera que se debería. Creo que las instituciones no estuvieron a la altura, ninguna, salvo FutPro y la Prensa que se interesó por esto”.

Las “barbaridades”, “vejaciones” o el “miedo” vividos como jugadoras del Alhama son denunciados cuando los malos resultados de un equipo que camina hacia el descenso hacen de gota que colma el vaso: “Si se gana, se tiende a mirar para otro lado. Cuando los resultados son malos ciertas actitudes se vuelven más constantes o más latentes. Eso, y que también había muchas jugadoras que venían de equipos de Primera que empiezan a decir que “oye, que esto no es normal”, “si esto pasa en otro sitio...”. Ahí piensas “pues igual la loca no soy yo, igual lo que llevo dos años viendo no me lo estoy inventando, es que está pasando”. Los detalles son los que todo el mundo sabe, no voy a entrar”.

“Mi situación personal era insostenible, no podía más. Estuve como un mes y medio de baja médica por ansiedad”

Andrea Carid, exjugadora del Alhama y ahora en el Alavés

Carid, que llevaba dos años en terapia, en la que recuerda contar algunas de las cosas que vivía como futbolista del equipo murciano, acabó pidiendo la baja médica y después de 25 partidos disputados durante la temporada, no volvió a jugar de azul. “Mi situación personal era insostenible. Era lo que tenía que hacer por mí en ese momento, no podía más. Estuve como un mes y medio de baja médica por ansiedad”, relata.

La campaña 2022-23 acabó con el descenso del Alhama y la salida de Carid del club tras finalizar su contrato. Así llegó el que recuerda como “el verano más oscuro” de su vida: “Ha sido un verano largo y complicado, fue el más oscuro de mi vida, ya no me tiembla la voz al decirlo. También he tenido cosas buenas, mucha gente que hasta sin saberlo me ha ayudado muchísimo, mucho amor por parte de mi familia y, cómo no, mucha terapia. Eso es clave, muchas veces puedes estar trepando y trepando que si no tienes a alguien que te eche la cuerda para tirarte para arriba... se complica”.

De vuelta a Galicia junto a su familia, la futbolista estuvo como preparadora física en un equipo de su tierra. “Le cogí mucho odio al fútbol. Guardé todas mis botas y mi ropa deportiva, lo metí todo en una caja y lo guardé en el garaje. Les dije a mis padres que no quería verlas. Me puse de preparadora física con un equipo de mi ciudad y un día me llevé las botas y me puse a jugar, porque necesitaban a una para completar, y ese día no sé lo que sentí dentro... Pero fue como “no puedo””, explica, aportando un testimonio sincero y profundo.

El Mundial de Australia y Nueva Zelanda avanzaba con la Selección española pasando fases y Andrea Carid lo seguía con ilusión: “Me ponía contenta, sabía que tenía que trabajar en volver”. Y el 21 de agosto, un día después de que La Roja se coronase en Sídney, pareció empezar a cambiar todo. “Fue el momento justo, el lugar adecuado y la persona correcta. Habíamos ganado el Mundial y eso me removió... Me contactó Andrea (Esteban), la entrenadora del Alavés. Vitoria tampoco está tan lejos. Ella en ningún momento me presionó. Su forma de acercarse a mí fue desde la empatía. “Sé que estás en esta situación, que eres una jugadora libre, me gustaría contar con tu perfil, pero ¿cómo estás tú?” Y es de agradecer porque vienes de una situación que no sabes ni quién eres”, prosigue.

Finalmente, el Alavés hizo oficial su fichaje en octubre. Tocaba volver y volvió: “La primera vez que me pongo la ropa del Alavés, me calzo las botas y salgo a entrenar... Recuerdo que me dije “pensé que nunca más iba a pisar el verde así”. No ha sido un gol ni nada, solo ponerme las botas y salir al campo, “aquí estoy otra vez”, eso fue lo más emotivo”.

ANDREA CARID
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ANDREA CARIDPAULINO ORIBEDIARIO AS

Ocho partidos disputados después, siete como titular, y con dos goles marcados, Carid al fin está volviendo a disfrutar de su amigo, el balón. “Al fin veo el vaso medio lleno y no medio vacío, me ha costado. Es un proceso y como cualquier proceso lleva su tiempo. Ahora, en enero, estoy llegando un poco al punto de volver a disfrutarlo, he puesto todo de mi parte para volver a reencontrarme con el fútbol, con las emociones que te produce, con fantasmas del pasado propios, con situaciones que antes te causaban inseguridad..., afirma antes de hablar del equipo albiazul como “un lugar seguro”: “Qué menos que estar en un sitio donde te respetan, en tu lugar de trabajo y en cualquier aspecto de tu vida. Son cosas que valoro muchísimo, sentirme respetada y comprendida, es muy importante para mí”.

Así afronta los octavos de final de la Copa ante el Atlético, el campeón: “Son un equipazo, vienen de ganar y de qué manera... Pero toda la presión es para ellas. Nosotras vamos con ganas e ilusión. La Copa es mi competición favorita. Es mágica, y a un partido todo es posible”.

La explosión del Caso Rubiales

Preguntada por si había visto las declaraciones de Randri García en las que afirmaba que “si jugadoras que ya no están han podido sentirse mal sólo me queda pedir perdón”, Carid responde que a ella no se lo ha dicho: “Mi teléfono lo tenía. De manera consciente o no, si pide perdón es que sabe que algo no ha hecho bien. Por lo demás, creo que ha tenido momentos suficientes, no solo para disculparse, sino para no haber hecho todo lo que ha hecho”.

Con la esperanza de que la suspensión de dos años “se mantenga, porque así se haría justicia”, Carid también recordó el Caso Rubiales y el beso que este propinó a Jenni Hermoso en la final del Mundial como algo negativo de la que se acaban sacando cosas buenas: “Con nosotras parece que se echó la mierda debajo de la alfombra y a ver qué pasaba. Luego ocurrió lo de Jenni Hermoso y al final se acaba removiendo la alfombra mucho más, se siguen destapando casos... Con algo negativo se acaban sacando cosas positivas”.

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