La niña que nunca se imaginó en el Metropolitano: “Es inexplicable”

Si no hubiera sido futbolista, sería policía. Madera tiene. Sonia García Majarín (Madrid, 2002) se mueve con soltura y contundencia sobre el césped. De pequeña le gustaba lanzarse al ataque, pero sus habilidades y el paso del tiempo fueron retrasando su posición hasta la línea defensiva. Con tres años, en su colegio, el Green Peace, ya estaba pegándole patadas a un balón y con 11, entró en el Atlético. “Cuando llegué aquí quería seguir jugando con mis amigos, pero tuve que dar el paso porque ya no podía continuar con ellos por la edad”, recuerda. Y del Alevín al primer equipo rojiblanco. La central zurda debutó el 10 de marzo de 2021, en la vuelta de los octavos de final de la Champions ante el Chelsea. Salió del conjunto colchonero en la temporada 2021-22, en la que jugó 27 partidos en Primera durante su cesión en el Alavés. Y regresó este verano para ganarse un puesto en el club de su vida. “Me da igual un entrenamiento o un partido, siempre lo pongo todo: coraje y corazón”. Majarín tiene ADN Atleti.

—¿Qué siente al pisar el césped del Metropolitano?

—Es una sensación inexplicable. Para mí, que llevo tanto tiempo en el club, es un sueño cumplido en el fútbol.

—Usted es joven, ¿de pequeña se imaginaba jugando en estadios?

—Qué va, jugaba al fútbol para pasármelo bien. De hecho, nunca pensaba en llegar a la posición en la que estoy hoy y jugar aquí.

—¿Ha tenido referentes femeninos?

—Al principio me fijaba más en el fútbol masculino porque no se podía seguir el femenino tampoco a través de la televisión, pero es verdad que desde que entré en el Atleti sí tuve. Me fijaba mucho en Mapi León cuando jugaba aquí y después también en Laia Aleixandri.

—¿Cuándo empezó a jugar?

—En mi colegio, el Green Peace, cuando tenía tres años, con mis amigos. De hecho, cuando fiché por el Atleti yo quería seguir jugando con mis amigos, pero tuve que dar el paso porque ya no podía seguir con ellos por la edad.

—¿Con el Atleti compitió en ligas masculinas?

—Sí, en Infantil. De hecho ganamos la Liga. En esas categorías todavía no hay tanta desigualdad física.

—¿Siempre fue defensa?

—No... (ríe). Es curioso, de pequeña era extremo, e incluso jugaba de mediapunta y otras posiciones en ataque. Después empecé a crecer y me dijeron “para atrás” y atrás me he quedado.

—Es ejemplo de la cantera rojiblanca, ¿lleva dentro el Atleti?

—Llevo muchísimo tiempo aquí, y tanto en mi casa como en el club, los valores son los mismos y eso se refleja. Cuando juego, me da igual un entrenamiento o un partido, que siempre lo pongo todo: coraje y corazón, como se dice aquí. El Atleti es pasión y eso es lo que me han enseñado.

—¿Cómo de importante es la afición?

—Para nosotras juegan un papel increíble, están todos los fines de semana con nosotras. Les necesitamos.

—¿Qué recuerdo tiene de su debut con el Atleti?

—Recuerdo que no me lo esperaba para nada. Estábamos en una eliminatoria, abierta, jugándotela. Y cuando me llaman para salir... Bueno, no soy nerviosa, estaba tranquila, pero después me puse a pensar en todos los años atrás, creciendo aquí y que llegara ese debut fue lo más.

—¿Cómo valora lo que lleva de temporada?

—El año pasado necesitaba coger minutos en Primera, me sirvió para ganar madurez y ahora afronto un nuevo reto. Estoy entre las mejores del mundo y es complicado ganarse un puesto, pero tengo que seguir trabajando.

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—¿Cómo han vivido la destitución de Óscar Fernández?

—No ha sido una semana fácil, pero hemos entrenado superbien. El equipo está muy bien, compacto dentro del vestuario y fuera. Agradecer a Óscar lo de este año y medio que ha estado aquí con el equipo y conmigo.

—¿Y sus primeros días con Manolo Cano?

—Muy bien. Tenemos que ayudarle también un poco porque acaba de entrar esta semana y teniendo un partido tan cerca y en este estadio...

—Ha sido campeona del mundo Sub-20, ¿piensa en la Absoluta?

—Es el sueño de cualquier jugadora debutar con la Absoluta y poder jugar un Mundial o un Europeo.