“Hay futbolistas que no pueden ver un balón sin tener un ataque de ansiedad”

Es una de las voces más autorizadas del fútbol practicado por mujeres. Su papel como presidenta de FutPro, sindicato mayoritario de la Liga F y de las jugadoras de la Selección española, la respalda. Amanda Gutiérrez (Barcelona, 1991) atiende a AS con un sinfín de frentes abiertos: convenio colectivo, comisión mixta, relaciones con Liga F y RFEF... A continuación, la primera parte de la charla, en la que denuncia públicamente que Randri García, suspendido por dos años por la RFEF por el Caso Alhama continúa ejerciendo como entrenador...

—Marzo era la fecha que barajaban para la firma del nuevo convenio, ¿va a llegar?

—Ahora mismo el convenio colectivo sigue bloqueado. Después de finalizar la huelga, tras acordar el salario mínimo, estamos en otro capítulo del convenio que también abarca temas económicos. Y estamos ante un nuevo bloqueo, bastante agotador. Todavía no hemos podido entrar en ningún tema ni de igualdad ni de maternidad ni de protección contra el acoso sexual. Es bastante frustrante que no estemos avanzando.

—¿Cuáles son esos temas económicos?

—El capítulo concretamente se llama “Otros puntos económicos”. Se habla de antigüedad, de las primas por partido, de la indemnización por fin de contrato temporal, las cesiones temporales y definitivas. No son puramente el sueldo mínimo, pero también es un desembolso.

—¿Conseguirán eliminar esa lista de compensación que tanto perjudicó a las jugadoras jóvenes españolas?

—Ese tema sí que lo hemos abordado porque está en otros puntos económicos y obviamente la postura de los cinco sindicatos es muy clara: este artículo no puede existir. No es un derecho de formación si esa jugadora no está en tu filial. Tendrías que poder justificar que le has estado pagando los desplazamientos, las dietas, ha tenido una preparación X, pero tiene que haber estado en tu filial. No hay formación en una jugadora de la Liga F. ¿Por qué? Porque no son jugadoras en formación, son futbolistas profesionales. No tienen contrato de prácticas, no son becarias. Pero no quieren eliminar esa lista. Dicen que la van a modificar y lo han hecho, la han modificado, pero los importes que piden al final acaban siendo el doble del salario que percibe la jugadora. Me parece un poco hipócrita que para subirle el salario mínimo a una futbolista tengas tantos problemas pero luego para poder venderla y meterla en una lista de compensación no te tiemble el pulso para pedir el doble de lo que ella está cobrando. Lo único que consiguió este artículo es que el talento se marche.

—¿Cómo es la relación con la LPFF actualmente?

—La relación es buena. Por parte de FutPro, al menos, no sé si algún club tiene algún problema con FutPro. Supongo que quizá a alguno no le caemos demasiado en gracia, pero bueno, no vinimos a hacer amigos, sino a proteger a las futbolistas. Si hay algún club que por lo que sea está vulnerando derechos o no está cumpliendo con las leyes laborales de las jugadoras actuaremos. Por norma general, yo creo que la relación es buena porque no puede ser de otra manera. Lo que tenemos que hacer es construir juntos.

—Entonces, ¿dónde está el problema?

—Decimos lo que las futbolistas quieren y en lugar de patronal y clubes decir “vamos a ver si os lo podemos dar y trabajar para poder darlo”, nos encontramos, sobre todo por parte de la Liga, lo opuesto. Pidamos lo que pidamos es un no. No quieren por escrito ningún compromiso con las mejoras. Los cinco sindicatos vamos unidos con estas medidas que pedimos y a veces nos quedamos alucinados porque no puede ser que nos digan que no a todo.

—Es la Liga de las campeonas del mundo...

—Es una liga profesional y una de las mejores del mundo. No puede ser que se esté marchando el talento y que no quieran venir de fuera porque no quieren jugar en los campos que tenemos por miedo a lesiones. Y tampoco puede ser que vengamos a ganar un Mundial y no tengamos ni patrocinador oficial. Algo está pasando ahí para que no se esté encontrando. Y si los clubes y la Liga F se enfadan porque lo digamos abiertamente, pues entonces creo que el problema no lo tiene FutPro.

—En la Liga F Anna Torrodà ha parado por salud mental, ¿habrá algo al respecto en el convenio?

—Como sindicato esto nos preocupa muchísimo. Desde que FutPro nació hemos visto varias situaciones que no nos han gustado un pelo en temas de salud mental, de futbolistas que lo pasan realmente mal, e incluso que por vivencias que han tenido todavía no pueden ni ver un balón de fútbol sin tener un ataque de ansiedad. Nos estamos preparando para plantear a la patronal muchísimas medidas en materia de salud mental, pero no hemos podido llegar a ese punto aún.

—¿Alguna iniciativa que nos pueda adelantar?

—Hay clubes que tienen psicólogos, lo cual está muy bien, obviamente, pero hay un problema. Y es que nos hemos dado cuenta de que hay muchas futbolistas que no acuden al psicólogo del club por miedo a que ese psicólogo luego se chive o lleve su situación más arriba y, entonces, dejan de ir. Tienen que contratarlo ellas con su dinero y obviamente hay jugadoras que si se pagan un psicólogo se tienen que quitar del nutricionista o del preparador físico, que también tienen que contratarlo. Entonces, estamos haciendo una investigación bastante exhaustiva de cuál puede ser la solución...

—¿Cree que la afición sigue apoyando a las jugadoras en su lucha por este convenio?

—Veo hartazgo en la gente y lo que percibo es que nos echan la culpa a las futbolistas de que pedimos demasiado, porque al final es el discurso que vende la Liga F. Pero realmente los comunicados que hemos hecho desde los sindicatos, cuando hemos pedido este salario mínimo o mejoras condiciones no son ninguna locura. Sobre todo en base a la dimensión económica que tiene la competición, que no olvidemos que hay una inyección millonaria del CSD, del Gobierno, más allá de los derechos habituales y los activos comerciales, que si te pones a sumar, supera los 90 millones de euros. Creo que la gente tiene que ver lo de que a la Liga F le cueste tanto darle a las futbolistas lo que están pidiendo cuando tienen a las campeonas del mundo aquí.

—¿Qué ideas tienen para el momento de la retirada de las futbolistas?

—Tenemos muchísimas jugadoras que estudian mientras son futbolistas profesionales. Pero no todas. ¿Qué pasa con las otras? Al final, la que tenga una carrera, cuando acabe su carrera deportiva, puede trabajar de lo que ha estudiado. Pero necesitará también facilidades, sí. A lo mejor poder empezar de becaria en alguna empresa con quien se pueda tener un convenio, por ejemplo. Y las que no hayan estudiado, también la Liga F podría ayudarlas de alguna manera. El tema es que dinero hay y estas cosas se plantean, pero la postura de la patronal es muy reticente y la verdad que cuesta mucho. Cuesta mucho. Parece que soltar dinero les duela. Entonces, así es muy difícil negociar unas condiciones dignas para las futbolistas.

—Los salarios mínimos siguen sin dar a la mayoría para ahorrar demasiado...

—Está claro, es muy complicado. 21.000 euros no son suficientes para que una jugadora al terminar su carrera, entre los 35 y los 40 años apurando, pueda tener ni la entrada para comprarse un piso.

—¿Cuándo podría firmarse el nuevo convenio?

—Está muy lejos de firmarse. Muy lejos. Fui muy positiva hablando de marzo, estamos en marzo y vamos por el segundo capítulo. La actitud de la patronal es realmente frustrante.

—Se inhabilitó a Randri García por el Caso Alhama que ustedes denunciaron, ¿están satisfechas?

—Hemos tenido conocimiento, desde FutPro, que el club, el entrenador y la directora técnica están incumpliendo la sanción. Aunque no aparece en el acta, está escondido y sigue dirigiendo al equipo y en los entrenamientos también está. Ya lo hemos puesto en manos tanto de la RFEF como del Ministerio de Trabajo, porque obviamente si la sanción ya nos parecía poca, el hecho de que le esté dando absolutamente igual haber sido sancionado por dos instituciones, creo que es un agravante peligroso. Porque estas jugadoras siguen a merced de este señor, de este club y de sus malas prácticas.

—¿Qué mensaje cree que manda esto a quienes están viviendo una situación parecida?

—Sabemos que hay más casos aunque no se hagan públicos, por proteger a las jugadoras mismamente... El Caso Alhama es tan importante precisamente porque sienta un precedente. Les estás mandando el mensaje de que da igual que denuncies, él seguirá haciendo lo que quiera. En el Caso Alhama, si no presentamos ocho denuncias, creo que no presentamos ninguna. Y presentaremos las que hagan falta y con otros clubes, tanto de Liga F como de otras categorías por supuesto.

—Con este panorama, ¿qué retos de futuro se plantean como sindicato?

—Pues mira, el primero, el del convenio, son capaces de que finalice esta temporada y no tener el convenio colectivo firmado. Son capaces, lamentablemente. Y luego nos hemos puesto también el de concienciar a las jugadoras, de formarlas sobre lo que es el acoso, tanto laboral como sexual. Porque una de las cosas de las que nos hemos dado cuenta, tanto con el Alhama como con el Mundial, es del desconocimiento que tenemos las mujeres, todas, no solo las futbolistas, sobre estos temas. Es alarmante y preocupante. El segundo, que sepan que FutPro tiene una red de seguridad para ellas en la que podrán apoyarse y que va a luchar por ellas siempre, pase lo que pase. Y luego obviamente seguir avanzando juntos y ayudando a que esto siga creciendo.