Gerardo: “Me he quitado los miedos de volver a un banquillo”

Con la permanencia en la Liga F como objetivo, Gerardo García León (Sevilla, 1974) regresó a los banquillos de la máxima categoría femenina de la mano del Betis el 22 de febrero, haciéndose cargo de un equipo que no ganaba desde el 11 de diciembre. Lo consiguieron en la última jornada. Para coger las riendas de las verdiblancas tuvo que dejar dos equipos, su escuela y un proyecto con personas mayores con Alzheimer: “Lo viví muy de cerca con mi padre”. También abandonar su zona de confort: “Me he quitado esos miedos de volver otra vez al banquillo a nivel profesional y estoy supercontento”. Mañana (18:00 horas) se reencontrará con el que fuera su compañero en la cantera del Real Madrid, Alberto Toril, y tiene claro su plan: “Para poder ganar un partido como este tienes que ser valiente y ambicioso”.

—¿Cómo está el equipo?

—Muy bien, la verdad que ha sido una semana muy buena. Veo a la gente con ganas de que llegue el partido y eso es una buena noticia para un entrenador.

—¿Se nota en los ánimos esa victoria?

—Sí, como entrenador veo que se han soltado. La presión está ahí porque estamos en una situación delicada, pero evidentemente no es lo mismo que venir de haber empatado o perdido.

—En los parones internacionales siempre se entrena con menos futbolistas...

—Sí, claro, aunque la cantidad de ausencias no es tanta como el Real Madrid evidentemente. Pero tenemos los casos de Grace, Pierina (Betis B), que está entrenando con nosotras, Lucía... No hemos podido contar con ellas, pero ya están de vuelta y con ganas de aportar el domingo.

—Lleva cinco jornadas al frente, ¿qué le ha podido transmitir a sus jugadoras?

—Me encontré con un equipo en una situación emocionalmente complicada. Hay buenas jugadoras, futbolistas jóvenes, que no habían estado en Primera, y meterse en una dinámica así cuesta llevarlo... Ha sido un trabajo de devolver la confianza y que ellas creyesen. Tampoco se puede cambiar tanto en tan poco tiempo, cada uno da su puntito de lo que quiere y estoy muy contento por cómo me han acogido y por lo que veo diariamente en ellas.

—¿Están mentalizadas en lograr la salvación?

—No miramos a largo, vamos día a día, aunque aunque suene a tópico, creo que es la mejor manera. Cuando llegué se pensaba “necesitamos tantos partidos para salvarnos” y ahí la cabeza te puede jugar una mala pasada. Estamos trabajando en ese aspecto también y creo que ellas han cogido el mensaje. Para un entrenador es muy satisfactorio que sus jugadoras vayan con ganas a entrenar y solo esperamos el domingo, a las 18:00, poder plasmar todo el trabajo que hemos realizado estos 15 días.

—¿Cómo surgió esta oportunidad de regresar a Primera?

—Fue muy rápido. Estaba en Logroño, entrenando en fútbol base, en Oyón; de ayudante en un equipo femenino; con mi escuela de fútbol; y en unos talleres de reminiscencia para enfermos de Alzheimer y de repente me llegó la la llamada y tuve que decidir: seguir en mi sitio de confort o coger el toro por los cuernos. Pude solucionar todo para no dejar colgados a los chicos, a las chicas, a mi escuela y sobre todo el proyecto que había iniciado con estas personas mayores, y me fui a la aventura. Es una de las mejores decisiones que he tomado, independientemente del resultado final. Me he quitado esos miedos de volver otra vez al banquillo a nivel profesional y estoy supercontento.

—¿Me puede contar más de ese proyecto con personas con Alzheimer?

—La FEAFV lleva mucho tiempo realizando estos talleres de reminiscencia con equipos como la Real Sociedad, el Valladolid, Rayo Vallecano... Y, a través de la Asociación del CD Logroñés, me eligieron para ser el dinamizador. Con estas dinámicas, de fútbol, se les ayuda a esas personas a intentar recordar: con vídeos, charlas, imágenes... Yo, como lo viví muy de cerca con mi padre, también me lancé a esa aventura. Es uno de los mejores equipos que he entrenado, todos los martes, durante dos horas, podía convivir con esas personas y ayudarles, por momentos, a recordar y encontrarles una sonrisa. Después, creo que el destino, o no sé en qué creer, me trajo al Betis y creo que todo está muy relacionado. La vida me ha regalado este momento y estoy disfrutándolo.

El salto de la Liga femenina

—¿Ha notado el cambio en la Liga con respecto a su etapa en el EDF Logroño?

—Va evolucionando a pasos agigantados. Eso es lo que me he encontrado, con equipos muy preparados, evidentemente con el Barcelona en otra dimensión, con el Real Madrid cada vez más cerca y luego los equipos que siempre están ahí como el Atlético, el Levante, la Real... Pero lo que noto es mucha más igualdad. Es difícil conseguir victorias y eso es porque hay mucho más nivel.

—¿Cómo ve al Real Madrid?

—Si siguen por ese camino, llegarán... Creo que les ha venido bien, a unos y a otros, también al Barcelona, su llegada. Necesitaba un equipo que estuviese cerca para exigirse más, aunque por suerte ellas mismas son autoexigentes y no se cansan de ganar, y eso no es fácil.

—Usted jugó en la cantera del Real Madrid, ¿coincidió allí con Toril?

—Sí, coincidimos y tenemos buena relación. Coincidimos en la residencia, él estaba en el filial y yo en juveniles y después coincidimos también en el Castilla, aunque no jugamos mucho tiempo juntos. Es una persona entrañable, buen compañero y muy buen entrenador. Está sacando mucho rendimiento al Real Madrid, tengo ganas de verlo, abrazarlo y hablar un poquito de fútbol.

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—¿Cómo afrontan las suyas el partido?

—Estoy convencido de que las jugadoras están preparadas. Considero que para poder ganar un partido como este, ante el Real Madrid, tienes que ser valiente y ambicioso. No quiere decir que vayamos a salir con siete delanteras, pero eso es lo que nos hemos marcado. También hay que hacer otras cosas bien: defender muy bien, aprovechar tus situaciones, la suerte...

—¿Confían en la campanada?

—Estoy tranquilo porque las veo a ellas con esa ilusión de que pueden competir ante todos. Es el Real Madrid, sabemos que es difícil, pero hay que jugar ese partido. Si no, nos iríamos directamente al Granadilla y nos olvidaríamos de esta semana, pero no estamos como para desperdiciar tres maravillosos puntos.