Frías Acedo ante su pitido final
Después de 21 años de carrera, la árbitra aragonesa anuncia su despedida de los terrenos de juego como una de las mejores colegiadas nacionales
Marta Frías Acedo (Villamesías-Cáceres, Extremadura, 29 de octubre de 1980) colgará el silbato después de 21 años en el arbitraje. La árbitra del colegio aragonés ha anunciado con una carta su despedida de los terrenos de juego después de una vida dedicada al arbitraje. “Imagino que es cierto que la vida es una suma de etapas, y que cada etapa dura su tiempo, que madurar es abrazarlas todas. Que quererse es admitir que la caída no impide un nuevo alzamiento y que quien no se resiste a decir adiós cuando corresponde, gana”, inició su escrito.
La extremeña alcanzó la categoría Nacional en 2009 y en 2012 ascendió a la categoría FIFA y UEFA. Ya en la temporada 2017-18 pasó a formar parte del selecto grupo de 20 mujeres elegidas para pitar, de forma exclusiva, la Primera División Femenina. “Y yo hoy he ganado: amig@s, viajes, experiencias, lágrimas, sonrisas, personas que en algún momento, sin más, te cambian la vida… Soy una persona que piensa que es tan importante aguantar como saber cuándo toca irse; tal vez la vida no solo son trenes a los que subir, sino también estaciones en las que bajar. Y yo, me bajo aquí, en la estación de las GRACIAS:” continúa nombrando a todos los que le han ayudado a ser una de las mejores trencillas del panorama nacional. “Pero, sobre todo, gracias al arbitraje, por permitirme sentir tantas emociones, por darme tantos momentos de felicidad, por haberme enamorado de esta manera tan diferente. Él me lo ha dado TODO y espero poder devolverle un poquito de ese cariño”, añade.
Frías Acedo fue una de las voces que reclamó la mejora de las condiciones de las árbitras con la llegada de la Liga profesional femenina. Gracias a ella, entre otras, el arbitraje femenino logró unas importantes mejoras que no existían y que ella misma explicaba “En 21 años de carrera no he cotizado ni un día” se quejó en su día. Ahora sabe que ella ha sido parte importante de la evolución: “Me voy feliz y orgullosa de ver la evolución que ha tenido el arbitraje femenino desde que comencé, ¿quién me lo hubiera dicho?”. A termina animando a las jóvenes a elegir la carrera arbitral.
Con un silbato por casualidad
La colegiada extremeña explicó en una entrevista en AS cómo llegó al mundo del arbitraje: “De casualidad. Un compañero de la empresa en la que trabajaba, Alfonso, que sabía que me gustaba mucho el deporte me dijo que arbitraba y si me interesaba. Me llevó al comité de árbitros, hice el curso y de eso hace ya 21 años. Éramos seis, dos chicas. Si él no me hubiera llevado de la mano allí, hoy no estaría aquí”. Y explicó: “La gente siempre se fija en los futbolistas, pero yo llevo 21 años y 1.000 partidos, o no sé cuántos, y siempre salgo con mariposas en el estómago. El día que deje de sentirlas, colgaré las botas y el silbato”. Ese día ha llegado. Frías Acedo está ante su ‘pitido final’.
Cárta de despedida íntegra
Imagino que es cierto que la vida es una suma de etapas, y que cada etapa dura su tiempo, que madurar es abrazarlas todas. Que quererse es admitir que la caída no impide un nuevo alzamiento y que quien no se resiste a decir adiós cuando corresponde, gana.
Y yo hoy he ganado: amig@s, viajes, experiencias, lágrimas, sonrisas, personas que en algún momento, sin más, te cambian la vida…
Soy una persona que piensa que es tan importante aguantar como saber cuándo toca irse; tal vez la vida no solo son trenes a los que subir, sino también estaciones en las que bajar.
Y yo, me bajo aquí, en la estación de las GRACIAS:
A la RFEF, liderada por Luis Rubiales, por toda la implicación y afecto que ha tenido siempre con el colectivo arbitral y de manera extraordinaria con las árbitras; a toda la junta directiva del Comité Técnico de Ábritros, encabezada por mi presidente Luis Medina Cantalejo; a la RFAF; a todo el Comité de Árbitros de Aragón y a tod@s los emplead@sy a tod@s mis compañer@s árbitr@s .
Gracias a todas las personas que han sido necesarias para que, de una manera u otra, siguiera creciendo. No hace falta nombrarlas, ellas saben que detrás de cada sonrisa está la mía.
Gracias a mi familia por creer siempre en mí, por mostrarme todo su apoyo incondicional durante todos estos años. Sin ellos no hubiera sido posible.
Pero, sobre todo, gracias al arbitraje, por permitirme sentir tantas emociones, por darme tantos momentos de felicidad, por haberme enamorado de esta manera tan diferente. Él me lo ha dado TODO y espero poder devolverle un poquito de ese cariño.
Me voy feliz y orgullosa de ver la evolución que ha tenido el arbitraje femenino desde que comencé, ¿quién me lo hubiera dicho?
No quiero terminar sin animar a las nuevas generaciones a que prueben a coger un silbato, a que se apunten a ser árbitra, a que dejen que se convierta en una de sus pasiones.
Ha sido un privilegio y un honor haber sido árbitra.
Marta Frías