El SuperBarça mantiene su hegemonía

La supremacía el Barcelona se volvió a demostrar en otra final. Una hegemonía que se mantiene en el panorama nacional desde hace tres años. Porque las azulgrana han sumado nueve de los últimos diez títulos disputados en España. No tienen rival. Y, sobre todo, tienen mucha hambre. Una voracidad de un equipo que ya es leyenda y que no se cansa de agrandar palmarés. No es la apisonadora de otros años, pero hace un fútbol más efectivo, con mil recursos. Aitana fue la heroína de la final con su doblete. Fueron tres, pero pudieron ser muchos más. El SuperBarça sigue mandando en España.

El Barcelona no quería sufrir en la final. La lección del Real Madrid en semifinales y el recuerdo de lo que costó ganar a la Real Sociedad en el Johan Cruyff estaba en la mente de la azulgrana. Giráldez, de hecho, no reservó nada. El técnico sólo hizo tres cambios, uno obligado. Entró Torrejón por la sancionada Irene Paredes, mientras que Mariona y Salma ocuparon las bandas en detrimento de Pina y Crnogorcevic. La Real Sociedad también introdujo cambios, sólo en ataque. Mirari y Franssi se quedaron en el banquillo para dar entrada a Amaiur y Jensen.

La Real Sociedad tenía claro el plan: presionar alto, no dejar jugar a las azulgrana y aprovechar cada robo para buscar a sus dos puntas. Pero el Barcelona salió dispuesto a hacerse dueño del partido y a los dos minutos Salma tuvo la primera. Esa presión surtió efecto en un robo de Amaiur que acabó en córner, en el saque de esquina la vasca remató fuera por muy poco el balón puesto por Nerea. Las txuri-urdin enseñaban sus armas. Pero el Barça está pleno de confianza. Y demostró, como ante el Real Madrid, que también sabe meter intensidad y morder cuando hace falta. Geyse era un dolor de cabeza. La brasileña es todo pundonor y lucha. Una guerrera capaz de liarla ella sola. En la primera ganó Vanegas en el uno contra uno. En la segunda, su remate de cabeza totalmente sola tras un gran centro de Patri lo mandó a las manos de Lete. En la tercera la lío. Le ganó el balón a Vanegas, con sombrero incluido, y puso el balón atrás donde Aitana controlo y mandó el balón pegado a la cepa del palo, donde la estirada de Lete fue en vano. El partido ya estaba encarrilado, pero no iba a ser un paseo militar. La Real se acercó tímidamente con un balón a Amaiur que no llegó, una falta lejana en la que Nerea no encontró rematadora y un tiro de Jensen que blocó con facilidad Paños. El Barcelona, poco a poco, se hizo con el dominio del balón, pero la Real no se arrugó. Aún así, había pocas opciones de cara a portería. Un tiro de Salma, un remate que no llegó Gaby... Antes del descanso pudieron sentenciar las de Giráldez con un remate de Torrejón que se fue fuera por muy poco y un disparo de Geyse que sacó Lete. El Barça llegó al descanso con un 68 por ciento de posesión, pero la sensación de que no había matado el partido.

Aitana para sentenciar

El Barça no quería sustos y tardó cuatro minutos en sentenciar. En una jugada calcada a la del 0-1, Geyse ganó el balón, se fue de Tejada con un caño y se la puso a Aitana en la frontal donde la de Sant Pere de Ribes no falló para poner el balón, otra vez, pegado a la cepa del palo. La Real estaba noqueada y Mariona pudo poner la puntilla, pero se estrelló en el palo. Jarro de agua fría para las txuri-urdin que todo lo hablado en el descanso se había ido al traste. Pero las azulgrana tenían la lección aprendida y no querían sufrir. El Barcelona dominaba hasta que, en el 57′, las donostiarras reaccionaron con un tiro de Jensen que se fue fuera por poco. Querían meter más intensidad, sabían que un gol abría de nuevo el partido.

El Barcelona apagó el fuego y la posible reacción haciéndose con el balón. La Real lo intentaba, pero la superioridad azulgrana era patente. Y, para más inri, Gaby, una de las jugadoras más importantes para Arroyo, se fue lesionada. El Barcelona también refrescó su equipo con la entrada de Pina, Crnogorcevic y Oshoala. La Real se diluyó sin la venezolana. Sólo había un equipo sobre el campo, y era azulgrana. Oshoala se encontró con una gran parada de Lete, Pina con un centro-chut también quería su gol, Patri lo intentó desde fuera del área... se olía el tercero porque la Real era incapaz de parar a las de Giráldez. El Barcelona estaba cómodo, dominaba y no sufría. Las ocasiones seguían llegando, pero entre Lete y la defensa intentaban, al menos, terminar el partido con la cabeza alta. Sin embargo, en el último suspiro del descuento, Oshoala hizo el tercero para desgracia txuri-urdin. En España, el Barcelona no tiene rival. Es el SuperBarça.