El reinado español continúa

El reinado de España parece no tener fin. La Rojita tenía una cita con la historia y no falló, levantó su cuarta Eurocopa Sub-19 consecutiva para ser la única selección juvenil UEFA en tener cuatro entorchados sucesivos. No es el único premio, pero con este título España pasa a ser la selección más laureada de esta categoría con siete cetros, uno más que Alemania y mantiene su hegemonía después de un partidazo en el que pasó por encima de una desconocida Francia.

Javier Lerga, esta vez, no hizo rotaciones. Después de un campeonato en el que ha dado minutos a casi todas sus jugadoras y ha modificado bastante el once inicial, el seleccionador tenía claro que ante Francia tenía que sacar su once de gala. Y el plan funcionó desde el inicio. Porque La Rojita salió dispuesta a imponer su juego y someter a una selección gala que tiene en la velocidad y los espacios su mejor arma.

Tras un inicio de tanteo, La Rojita empezó a coger las riendas del partido y a avisar. La primera fue para una Pau que no llegó por milímetros al buen centro de Cris Librán. Porque España sabía dónde estaba el punto débil. Serrajordi y Librán conseguían ocupar el espacio entre la defensa y el centro del campo donde tenían tiempo para pensar y calidad para hacer daño. La extremo madridista remató muy alto una buena llegada por la derecha. Pero faltaba mordiente.

No se había acercado demasiado Francia a la portería de Laia. Porque España estaba cerrando muy bien los espacios y no conseguían transitar, entre otras cosas, por la gran labor de Irune en la medular y Camara y Amaya vigilando a la siempre peligrosa Joseph, máxima goleadora del torneo. Aún así, la punta gala tuvo el primer y único tiro de Francia en toda la primera parte tras una buena jugada individual, pero su disparo llegó fácil a las manos de Laia.

España, mientras, seguía a lo suyo. Con la posesión, moviendo a Francia, siempre encontrando a la compañera libre y haciendo daño. Delcroix se cruzó in extremis en otra gran jugada que acabó con un centro de Serrajordi que la lateral francesa sacó cuando Pau estaba esperando el remate. En el córner, la madridista se encontró con un enjambre de piernas cuando la portera falló en la salida.

En el ecuador de la primera mitad, otra vez, Librán encontró ese espacio entre defensa y centrocampistas para pensar. Controló y, esta vez, no optó por buscar a los puñales de las bandas, sino que miró a portería y se sacó un zapatazo imposible para Fernandes que nada pudo hacer. Golazo merecido para La Rojita, que era la única que estaba proponiendo fútbol en Polonia.

El gol no cambió la idea de España, que no dio un paso atrás, también porque Francia fue incapaz de quitarle el balón a las de Lerga. Tocando, moviendo a las galas y encontrando esos espacios en los que hacían tanto daño. A España no le quemaba el balón en los pies y, entonces llegó la puntilla. Esta vez fue Serrajordi la que recibió entre líneas y metió un balón interior a Agote que con un toque sutil salvó la salida de Fernandes para poner el segundo.

Era el tanto de la tranquilidad. Un gol que tampoco cambió el guion del partido. España mandaba, controlaba y disfrutaba con el balón mientras seguía creando ocasiones. Fue Marisa la que pudo sentenciar con el tercer en varios testarazos que no cogieron portería. Aunque también Joseph estuvo a punto de liarla en una cesión a la que Laia llegó antes por un segundo.

España se iba al descanso con todo a favor y haciendo un partido muy serio ante una impotente Francia. Habían sido once remates de La Rojita, cuatro a portería, por sólo uno de las galas…

Tras la reanudación, Joly cambió a sus dos extremos para intentar dar más mordiente a su equipo. Pero Francia ni estaba ni se le esperaba. Las galas trataron de dar un paso adelante en la presión, estar algo más encima de España y tapar esa vía de agua por donde La Rojita estaba haciendo tanto daño. Y la primera ocasión fue suya, en un centro de falta que remató Bizet.

Sin embargo, España seguía amasando el balón, moviéndolo con mucho criterio y no dejando a Francia ni un espacio para correr. Cuando lo había, siempre llegaba una jugadora de La Rojita para evitar que Francia tan siquiera probase a Laia.

De hecho, si alguien estaba cerca del gol esa era España. Serrajordi la tuvo en un balón suelto en el área que remató, pero Fernandes muy atenta atajó el disparo, igual que en otro esférico que cazó la del Barcelona, pero con el mismo desenlace. A la tercera fue la vencida. En un medido centro de Aiara, Serrajordi remató, el balón fue rechazado y en una carambola acabó entrando después de rebotar en la centrocampista española.

El tanto, a poco más de un cuarto de hora para el final apagaba cualquier atisbo de remontada francesa. Sólo había que seguir defendiendo con orden e intensidad para que Francia no viera ningún resquicio. Y el peligro era Joseph. La del Lyon tuvo otra después de un regate en el área, pero su disparo se fue fuera. La segunda fue aún más peligrosa tras un pase al hueco que el dejó delante de Laia que sacó un espectacular pie para evitar el tanto francés.

Mientras, Lerga, que se estrenaba en una fase final y lo hizo con un espectacular torneo en el plano táctico, fue haciendo rotaciones para dar minutos al resto. Y ahí apareció Cerrato, que pudo anotar el cuarto, pero su testarazo franco se fue fuera por muy poco. Pero España quería más, tenía se divertía, disfrutaba. Y llegó el cuarto con un gran tiro desde fuera del área de Noemí Bejarano a que nada pudo hacer Fernandes.

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