El FSV y las áreas marcaron el Clásico
“Jugamos como nunca y perdimos como siempre” dijo en su día Di Stéfano. En las área mandaron Coll y Pajor y ahí se decidió el partido.

“Jugamos como nunca y perdimos como siempre” dijo en su día Di Stéfano para explicar lo injusto que a veces es el fútbol. En el vigésimo Clásico de la historia, el Real Madrid no solo se defendió esperando una transición, creó fútbol, llegó a asustar al Barcelona y mereció, al menos, celebrar un gol en Montjuïc. Pero volvieron a irse con una goleada, esta vez injusta. En las área fue donde el Barcelona goleó a un Madrid desesperado ante su falta de pegada.
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Hubo dos claves: el FSV y la contundencia en las áreas. El vídeo arbitraje anuló dos goles a cada equipo y le dio un penalti, que era, al Real Madrid. Un nuevo sistema que ha llegado para impartir más justicia y, al menos en el Clásico, lo hizo. Pero lo que verdaderamente fue determinante fueron las áreas. Ahí mandaron Pajor y Cata Coll. La portera evitó el primer gol de Feller, después de tocar en el palo, después en un mano a mano le negó a Linda Caicedo el empate, después tocó lo justo para evitar el gol de Weir, que salvó Paredes, y detuvo un penalti a la escocesa para poner el 2-1. La portera mallorquina fue determinante en su área, Ewa Pajor en la otra. Porque la polaca encamino la victoria con su doblete. En su primera titularidad desde que volvió de su lesión mostró de nuevo su versión killer. El conjunto blanco esta vez sí jugó de tú a tú contra uno de los mejores del mundo. Pero volvieron a irse con goleada. Como siempre.
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