NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ESPANYOL

“Cuando estaba en el Barça, nos entrenábamos en el párking”

Adriana Martín repasa su pionera trayectoria abriendo caminos en el fútbol femenino y mantiene la pasión de siempre con el Espanyol, con el que intenta ascender a Primera.

Actualizado a
Adriana Martín.

Adriana Martín deshoja la margarita de su carrera deportiva, a sus 36 años y después de más de 20 en el fútbol profesional. Una jugadora pionera que ha desarrollado su trayectoria en Barcelona, Sabadell, Espanyol, Atlético, Levante, Málaga, Estados Unidos, Inglaterra e Italia. Mil vivencias y una pasión por el club que más le ha marcado, el Espanyol, con el que ahora intenta ascendar a Primera. No corren buenos tiempos para un equipo perico que perdió el derbi ante el Barça B y despidió a su técnico. Adriana cree que pelearán por ascender y repasa el álbum de cromos de su vida justo cuando se cumple un año de su vuelta al Espanyol.

-Acabaron el año de la peor manera posible: derrota ante el Barça B y despido del entrenador. ¿Se lo esperaba?

-Para nosotras fue una noticia inesperada. No pensábamos que el club la iba a tomar. Nos sorprendió porque ahora nos viene un mes en el que podemos sacar muchos puntos. Hablamos con el técnico y le pasamos nuestros mejores deseos.

-¿Y por qué el equipo no ha acabado de ser regular?

-Nos faltó acierto en ataque. No pudimos ser un equipo matador, resolutivo o efectivo. Otros equipos lo fueron contra nosotras. Pecamos de cometer muchos errores.

-¿Cree que el Espanyol necesita más calidad?

-Sufrimos lesiones en la portería y esa es una posición fundamental. Tuvimos que tirar de compañeras jóvenes e inexpertas. Esta categoría es más fuerte, pero hay que decir que Carla y Andrea han cumplido de diez. También perdimos a Karpova, una pieza importante. Tuvimos lesiones que no nos esperábamos.

-Recuerda mucho a la situación del primer equipo masculino…

-Parece que vamos de la mano, y que tenemos que sufrir siempre como el Atlético. Cuando ganamos, lo hacemos con el agua al cuello, nunca fácil, pidiendo el tiempo… No podemos quitarnos esas cosas típicas del pasado.

-¿Corren el riesgo de acostumbrarse a Segunda?

-El Espanyol tiene nombre, historia y es un club pionero, seguro que la afición presionará para que el club no se acostumbre a Segunda. Las jugadoras no le dejaremos. No estamos en la mejor situación, pero pienso todo lo contrario a lo que vemos, seguro que estaremos peleando por el ascenso hasta el final.

Adriana Martín y Cristiano Ronaldo, en 2016.
Ampliar
Adriana Martín y Cristiano Ronaldo, en 2016.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

-¿Cómo se encuentra usted después de una carrera tan larga y a sus 36 años?

-Mi motivación es la misma que cuando tenía 15 años. Tengo las mismas ganas, soy primera que llega y la última que se va cada día. Tengo la misma pasión, pero te mentiría si me condición física fuera la misma que con 15 años. Los años pesan, las de 17 te pasan por encima. Siempre me cuidé, entrené más que el resto y ahora estoy a la par por todo lo que hice. Soy la máxima goleadora de la categoría, y eso dice mucho. Me gusta lo que hago y me sorprende que esté tan bien.

-En su anterior etapa en el Espanyol eran las mejores, pero no tenían recursos, ahora tienen más recursos pero están en Segunda. ¿Cómo ha visto esta evolución?

-Antes entrenábamos a última hora, teníamos mediocampo y compartíamos todo con otros equipos: las luces, el material… Hoy en día entrenamos por la mañana, todas disponemos de una resonancia el mismo día que nos lesionamos, tenemos vivienda y coche, por ejemplo. El club nos da todo e intentamos responder. La presión es elevada.

-Su primer equipo fue el Barcelona. ¿Cómo ha cambiado lo que representa esa sección femenina?

-Era otro mundo. Perecen dos deportes distintos. Nos cambiábamos en el Camp Nou, salíamos a entrenar a unos campos que eran los que se utilizaban en el párking del partido. Estaban duros, todo era diferente.

-¿No siente envidia sana?

-Muy a menudo. Pero la envidia nunca es sana, es envidia. Y sí, lo pienso. Si tuviera diez años menos, qué bien estaría. Somos muchas las pioneras que peleamos como Laura del Río, Sonia Bermúdez… Tocamos muchas puertas, peleamos. Es cruel que llegue una recompensa tan tarde, tocará verlo desde otro punto de vista, ya sea como entrenadora, gestora o representante. Antes por ejemplo no teníamos futuro.

-¿Le llama ser entrenadora?

-Me llama la atención, también la gestión deportiva. Cursé el UEFA B, pero por normativa no puedo hacer ahora el UEFA A. Me gustaría seguir en el deporte. En Teruel cree una escuela y seguiré esforzándome y formándome, ésta es mi pasión. Estoy entrenando dos equipos de la escuela del Espanyol.

-Usted fue una de las primeras jugadoras en emigrar a Estados Unidos. ¿Cómo vivió aquéllo?

-Me sentí profesional. Te ponen delante un contrato y te dicen que no puedes trabajar, que tienes que dedicarte 24 horas a ello. Fue un cambio brutal. Les contaba cosas de España que me avergonzaban. Me hablaban de las dietas y los contratos. Hablaba con la boca pequeña. Eran estrellas en la calle, iban a un restaurante y las conocían, tenían patrocinadores. Es lo que ahora puede ser la liga en España, pero diez o doce años antes. Ahora son las extranjeras las que quieren venir a España a ser profesionales.

Antonio Martín junto a Adriana Martín.
Ampliar
Antonio Martín junto a Adriana Martín.Carlos MiraDIARIO AS

-Si en Estados Unidos dio un salto, luego pudo estar en un histórico como el Chelsea. ¿Cómo surgió esa aventura?

-La entrenadora del Chelsea me dijo si quería ir, lo arreglé con el Atlético y estuve unos meses, fue una experiencia corta pero intensa. El Femenino entrenaba con el masculino, nos hacía sentir igual de importantes. Teníamos de todo. La afición respondía en todos los encuentros y era un fútbol muy físico.

-De Londres a Roma...

-Roma fue una experiencia enriquecedora. El Lazio es un club histórico. Era la primera vez que apostaba por contratar jugadoras de fuera del país. Mejoraron muchos a nivel de pisos, coches… Me gustó el juego, pero no el tipo de entrenamiento. Allí conocí a gente que vivía por y para el club. No había otro camino. Roma es precioso y aprendí italiano.

-¿Cómo le tratan las jóvenes después de tantas vivencias?

-Muchas jóvenes están con la broma, me llaman madre. Yo les digo que cuando tenga mi edad a ver si tienen mi currículum. Me siento orgullosa de lo que llevo detrás, lo que costó, no fue fácil. Estar lejos de la familia: hay momentos de soledad y de lágrimas. Hubo momentos duros donde a una se le pasa por la cabeza dejarlo, pero al final está es mi pasión.

-La retirada tarde o temprano es inevitable, ¿aprovechó su carrera para estudiar?

-Sí, estudié Ciencias de la Actividad Física y del Deporte e hice varios cursos de coaching deportivo. Me encanta la Liga Genuine Santander. Estuve ayudando a crear el equipo de Málaga, y voy a pelear porque Teruel tenga un equipo como el de Zaragoza. Me presenté con un ordenador y una presentación sobre la formación del equipo, me reuní con el presidente, buscamos asociaciones y gente que esté dispuesta a colaborar. Esta pasión me la llevo del Levante, donde lo viví de primera mano: les coges mucho cariño y te llenan el alma.

-Para finalizar, usted que fue internacional, me gustaría preguntarle por la situación de Jorge Vilda y las disidentes de la Selección. ¿Qué opina desde fuera?

-Personalmente me chocó bastante, sobre todo porque ya escuchaba muchos rumores. En mi caso te puedo hablar de Ignacio Quereda, pero no de Jorge Vilda. No sé cómo trabaja, él estaba para echar una mano, era un ayudante en mi etapa. Las jugadoras tendrán sus motivos y algo habrá que quieren cambiar. Si pasa con Quereda, yo me habría plantado.