Caicedo: la niña prodigio que soñaba en blanco
La historia de Linda Caicedo empezó en Candelaria, donde desarrolló su don. Tuvo que jugar con niños para poder competir y con 14 años llegó a la élite
Linda Lizeth Caicedo Alegría (Candelaria, Valle del Cauca, Colombia; 22 de febrero de 2005) es la jugadora del momento. A pesar de tener sólo 18 años recién cumplidos, la talentosa futbolista ha revolucionado el fútbol femenino mundial. Su desembarco en el Real Madrid es una apuesta del club blanco y de la joven futbolista para marcar un antes y un después en aún corta historia del club en el fútbol femenino. Pero la historia del Linda empezó hace muchos años...
En el pequeño centro urbano de Villagorgona, en Candelaria, a 19 kilómetros de Cali, Linda empezó a mostrar su talento. Era algo innato. Su pasión por el balón y su habilidad fueron descubiertos en el colegio con sólo cinco años. “Entró al colegio y era la que imponía en el recreo, jugaba por todos lados y vieron ese talento en el colegio”, explicó a Radio Caracol su padre, Mauro Caicedo. Siempre con un balón y soñando con llegar algún día a jugar con las mejores. Sus padres no dudaron en apoyar el sueño de su hija y, a pesar de que no fue fácil, encontraron un equipo para que pudiera competir cada fin de semana. Real Juanchito FC fue el primer club que dio una oportunidad a Linda, aunque fuera sólo con niños. No importó y, como ha hecho toda su vida, destacó. Para ella, ese periodo lo hizo crecer y mejorar muchas de sus habilidades.
Mauro reconoció que Linda tenía algo especial: “Mi hija nació con eso. Desde muy niña siempre pidió un balón unas botas, nunca quiso una muñeca”. La familia tuvo que pagar pudiera disfrutar del fútbol a cambio de una promesa: seguiría rindiendo en los estudios. Con nueve años ya viajaba para poder jugar cada semana. Sus habilidades y talento aumentaba año a año y con diez se fue a su primer club femenino, el Generaciones Palmiranas. Era media hora en coche para poder llegar, un sacrificio necesario. Con 11 años, de nuevo un vida dio un giro. Los hermanos Pineda, Dubán y Carolina, fundadores del Club Atlas CP de Cali, vieron su talento y comenzó a jugar torneos de categorías inferiores con la selección de su departamento, El Valle. Había un diamante por pulir y en el Atlas lo sabían.
Carolina Pineda le empujó a la élite
En 2019, de nuevo, su talento deslumbró para llevarle a la élite. La fundadora de su club, además de empresaria era jugadora del América de Cali. Y, sabiendo que tenía un diamante en su equipo, no dudó en convencer a Marcela Gómez, presidenta del equipo, para que diera una oportunidad a Linda. De poco importaba que tuviera 14 años, estaba preparada para dar el salto. Fue un 15 de julio de 2019 cuando Caicedo debutó como profesional al entrar en el campo en el minuto 74 contra el Cortuluá. Y no tardó en demostrar su magia en sólo unos minutos en el campo. Una jugada maradoniana y su primer gol en la liga profesional. Un gol que daba la victoria a su equipo.
“Ver jugar a Linda es ver jugar a Neymar en versión femenina. Tiene la capacidad de acelerar sobre la aceleración y eso es algo que muy pocas personas en el fútbol lo tienen”, decía Carolina, justo después del debut. Terminó esa liga como máxima goleadora con siete tantos en siete partidos y campeona. Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. El América Cali iba a participar en la Copa Libertadores, pero, pro su edad, Linda no podría jugar el torneo continental. Un varapalo y otro giro más. Porque, en 2020, cambió de barrio, al América por el Deportivo, acérrimos rivales.
En el Deportivo Cali en su primer año no logró llegar a la final por el campeonato y anotó tres goles en siete partidos. Un año después sí levantó su segunda liga. Tenía sólo 16 años y ya era una estrella. Y, ese campeonato, le dio la posibilidad, ahora sí, de participar en la Copa Libertadores. Cuatro goles y eliminada en cuartos de final. Un año después se quedó sin el título con su exequipo como verdugo. Sin embargo, ese 2022 le cambiaría la vida...
Estrella de su selección
A pesar de su corta edad, fue la gran estrella de la Copa América del pasado verano. Se jugaba en su país y el seleccionador decidió llevarse al joven talento. Y sorprendió. Ayudó a la selección cafetera a llegar a la gran final, donde la todopoderosa Brasil le privó de su primer título internacional. Sin embargo, cerró el campeonato como la mejor jugadora del torneo. Un premio que se une a la larga lista: goleadora de la Liga Femenina de Colombia en el 2019, 12 goles marcados durante este año y máxima goleadora de las Selecciones Colombia en los mundiales. Dos goles con la Selección absoluta; con la Sub-20, dos goles; con la Sub-17, cuatro goles y subcampeona del mundo.
Alegría y orden para ser futbolista
Lo primero que se le ve a Linda Caicedo es su imponente sonrisa. “Siempre ha sido alegre. Ella es de las que compra bafles para celebrar con las demás cuando ganan y poner música”, dijo Herlinda Alegría, madre de Linda, a Semana. Esa alegría la demuestra en el campo, desparpajo, velocidad, buena conducción y un excelente tiro.
Pero, sobre todo, destaca su dedicación. Siempre soñó con ser futbolista y se dedicó en cuerpo y alma a ello: “Mi hija nació con eso. Desde muy niña siempre pidió un balón y unas botas, nunca quiso una muñeca.”, explicó su padre Mauro y continuó: “A los 15 años se graduó en bachiller, a pesar de viajar, con 9 años hizo su primer viaje”.
“Su dedicación ha sido fundamental, siempre me ha dicho: “Mamá, yo lo que quiero ser grande en el fútbol”. También me dice que todo lo hará a punta de sacrificio. Es de las que piensa que, entre más duras son las situaciones o los partidos, más se valoran los resultados”, destacó su madre. Porque, a pesar de que en el campo es un torbellino, en casa es totalmente diferente: “Es muy ordenada, no le gusta la calle, sale poco. Cuando está en casa ve fútbol internacional y después cuando ve jugadoras difíciles las entrena en casa”, destacó Mauro.
Ahora Linda inicia un nuevo sueño en el Real Madrid. Su equipo de niña. Con su camiseta blanca salía a la calle soñando ser Cristiano, Benzemá o James. Vivirá sóla en la capital, sus padres regresan a Colombia. Pero Caicedo ha demostrado que, con sólo 18 años, es una veterana. Y en su mente sólo existe una cosa: el fútbol.