SELECCIÓN ESPAÑOLA
Andrea Falcón, de ‘dejar el fútbol’ a La Roja
Vilda recupera a la extremo canaria, que ha vivido un calvario con cuatro lesiones graves de rodilla.
Una de las noticias que celebra la Selección en esta concentración de octubre es el regreso de Andrea Falcón. La delantera vio cómo se esfumaban parte de sus sueños en el fútbol cuando se lesionó de gravedad. Han sido años duros luchando por volver a llegar a la élite. Entre otros objetivos, volver a vestir la camiseta de España. La canaria vivió un horror tras esa lesión, incluso pensó en llegar a dejar el fútbol. Ahora vuelve a sonreír desde el América de México y estos días se ilusiona trabajando con La Roja.
La historia de Falcón es de las más duras y también esperanzadoras del fútbol femenino español. Cuando estaba en la plenitud de su carrera, vio interrumpida esa progresión debido a una importante lesión. Fue en 2017 cuando se rompió el cruzado en un entrenamiento. Esa rodilla derecha le tuvo fuera prácticamente un año.
“Me fui del Barcelona al Atlético de Madrid para tener minutos y me pasó esto en medio de un entrenamiento. Fueron meses largos. En medio del proceso tuve que pasar por el quirófano para limpiar adherencia”.
La otra rodilla
No iba a ser la última vez. Cuando volvió a ser la misma y era prácticamente intocable para Vilda, le tocó la izquierda. Sus rodillas han sufrido cuatro operaciones: dos roturas del ligamento -una en cada una-, menisco, lesión en los cartílagos del tendón rotuliano… Y cuatro años de mucho dolor día a día.
“El 14 de diciembre, jugando contra el Espanyol, me rompo el cruzado de la otra rodilla. En medio de la operación, cuando creía que iban a ser 3 o 4 meses, me dice el doctor que iba a ser más. Salí del quirófano, que por cierto pedí que no que me sedaran para verlo todo, le pregunté a mi madre a ver si era verdad. Me dijo que sí, que estaría 12 meses sin jugar. Mi frase fue ‘dejo el fútbol’. Cuando llegaba a casa era cuando estaba mal, cuando lloraba y me sinceraba. Solo pensaba en el sacrificio que había hecho mi familia por mí”, admite la extremo.
A sus 25 años le llega una nueva oportunidad. No será por ganas. Y por experiencia. Falcón ya sabe lo que es vestir esa camiseta y conoce a la perfección al seleccionador. “Jugar en la Selección siempre ha sido lo máximo para mí, es un orgullo vestir este escudo. Ya lo daba por perdido después de tres años. Lo veía muy lejos, ahora estoy como cuando tenía 14 años y me llamaron por primera vez”, sentencia.
Ante Suecia recibió una visita muy especial, la de su abuela, con la que se pudo fundir en un abrazo desde la grada. “Sí, ella es mi abuela. Junto con mi abuelo, me llevaban a entrenar cada día, se levantaban los sábados y los domingos a las 7 de la mañana para llevarme a jugar cada partido. Daba igual que lloviera, que hiciera frío o calor que ellos siempre estaban ahí. Deberían ser eternos”, escribió en Twitter después. Ante Estados Unidos volverá de nuevo a sonreír, como lo hacía antes del horror. Una nueva Andrea llega a La Roja con más ganas que nadie. No hay quién la pare, eso seguro.