A París a ritmo de Aitana

No fue el partido perfecto de La Roja, pero la Selección volvió a sonreír a las puertas de empezar su sueño olímpico. España se llevó una victoria ante Bélgica gracias a un tanto cocinado por Olga y certificado por Aitana, y otro de Tere en el descuento. No fue el mejor choque de las campeonas del mundo, ese equipo que en ocho días tendrá enfrente a Japón para empezar su andadura por una medalla para la historia.

Esta vez sí lucía el sol en A Coruña y las internacionales, apoyadas por la afición gallega, debían cambiar el rumbo a ocho días de empezar su andadura en los JJ OO. Ante Bélgica se optó por un equipazo, eso sí, con el hándicap en ataque de no tener a Mariona ni Salma. Por la banda izquierda sí fluía el juego español. Alexia con Olga se combinaban de forma deliciosa. Sin embargo, el trío ofensivo no terminaba de cuajar. Lucía tuvo la más clara tras un pase filtrado de Alexia. La que fuera Balón de Oro también centró al área y el cabezazo de Athenea lo despejó Lichtfus.

Aunque La Roja llevaba el peso del partido, seguía dejando dudas. No era la España que avasallaba a los rivales. Montse Tomé se veía obligada a animar a Ona a subir por la banda. Aitana se lanzaba a actuar casi de 9. Tardó en llegar más de lo habitual, pero fue ella, la mejor jugadora del mundo, la que remató en boca de gol un gran centro de Olga. Tuvieron que venir dos jugonas para despertar al equipo.

Minutos después hubo un gran susto con un córner que logró rematar Tysiak. Por suerte, Cata lo atrapó con una gran estirada abajo. Athenea se lanzó al ataque y su disparo se estrelló en el larguero. Fueron minutos intensos antes del descanso.

España parecía otra en el segundo tiempo. El equipo fluía. Athenea, Lucía y Aitana salieron directas hacia el área belga. Riazor se levantó y La Roja se animó. Fue un acoso y derribo de las campeonas del mundo.

El equipo de Serneels ni sobrepasaba la línea del centro del campo. Una de las suplentes se reivindicó, y en la que fue su casa: Tere. La gallega sorprendió con un disparo lejano en el descuento y puso la rúbrica al marcador.

La Roja logró ahuyentar los fantasmas de hace unos días en las tierras checas y volver a exponer su estilo. Aunque el resultado fue corto, se ganó y se convenció. Ahora toca poner el foco en París, en la medalla de oro. En volver a hacer historia. A por ello.

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