Una máscara de 1.200 euros para proteger la nariz de Mbappé
AS participa en la fabricación de una protección como la que necesita el francés en Ortopedia Juan Bravo, proveedor de varios clubes de Primera. “Es un material de la industria aeroespacial, al nivel de la NASA”, dicen allí sobre la fibra de carbono utilizada.
Kylian Mbappé salió de su debut en la Eurocopa sin marcar y con la nariz rota, lo que le ha provocado no sólo una más que probable baja en la segunda jornada ante Países Bajos, sino también la necesidad de jugar lo que queda de campeonato con una máscara protectora para proteger esa zona, de la que seguramente deberá operarse una vez arranque sus vacaciones. Pero esa será otra historia, de momento el francés se ejercitó ayer sin protección, evitando cualquier tipo de choque, y en cuanto tenga su nueva máscara y la fractura se haya asentado, podrá volver a jugar con (casi) normalidad.
Y sobre ese proceso de creación de la máscara se quiso enterar AS, que se desplazó a Ortopedia Juan Bravo (calle Juan Bravo 69), uno de los proveedores de confianza en este tipo de protecciones de varios clubes de Primera, así como del Atlético y de muchos otros deportistas. Raúl, por ejemplo, llevó sus espinilleras toda su vida, incluso cuando jugaba en Qatar. “Cuando venía me llamaba, se pasaba y se las hacíamos. Decía que allí le daban muchas patadas”, cuenta Pedro Muñoz González, propietario y director técnico del negocio.
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“Es un material de la NASA, para hacer cohetes”
No es un fenómeno nuevo el de las máscaras para Ortopedia Juan Bravo, que lleva abierto desde 1994: ya le hicieron una a Raúl Albiol en 2011 después de que se rompiese un pómulo, y a otros madridistas como Metzelder o Felipe Reyes. Hay dos opciones en cuanto al material: el termoplástico (un plástico rígido que se vuelve moldeable a altas temperaturas) y la fibra de carbono. La segunda opción es sin duda la mejor, también la más costosa: ofrece gran resistencia y protección con muy poco grosor y sin apenas peso. “Es un material propio de la industria aeroespacial, de los que usa la NASA para hacer los cohetes”, comenta Pedro Muñoz, que considera la fibra de carbono el material ideal para el fútbol: “En otros deportes no lo es tanto, pues no es irrompible. Pero en el fútbol, donde lo más duro que vas a tener que enfrentar es el balón, es perfecto”.
La clínica trabaja con el proceso CAD/CAM (por sus siglas en inglés, Diseño con Ayuda de Computación/Manufactura con Ayuda de Computación), por lo que todo empieza con un mapeado del rostro en 3D, de donde se obtiene la foto fija con la que se hace el molde, en el que luego se crea la máscara con la fibra de carbono para luego modelarla, recortarla, pulirla y acolcharla, e incluso decorarla si así lo quiere el cliente. En el diseño se tiene en cuenta la lesión: la máscara descansa sobre las zonas sanas del rostro, mientras que sobre la zona lesionada se deja un margen hueco para que así no sea objeto de golpes. En el caso de la que lleva Mbappé, similar a la que se hace para esta demostración con AS, ese margen está en la nariz. Un proceso mecanizado, pero al mismo tiempo muy artesanal, en el que tiene gran peso Pablo Cortés Escobar, técnico ortopédico desde hace casi 40 años. Si se hace de forma exprés, se puede tener lista en 24 horas, aunque el precio es el de una protección de nivel élite: 1.200 euros.
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