Una Eurocopa sin pagar un euro

La Eurocopa es un torneo que entraña historias extraordinarias, únicas, emotivas, que convierten el deporte en uno de los más universales del mundo. La de Côme Moudenner, Mascoq, la mascota de la Eurocopa que sigue las aventuras de la selección francesa, es inédita. Conocido agente del fútbol francés, el nativo de Guingamp decidió dejar su trabajo debido a las comisiones estratosféricas que percibían muchos intermediarios y lo poco que congeniaban sus valores con las transacciones que se realizan.

El fútbol en toda sus vertientes, a través de la honestidad, la humildad y la fraternidad, son los valores que pregona Mascoq, que se ha convertido en un fenómeno mundial allá por donde asoma la pata el gallo. La mascota de la selección francesa realizó el pasado tour de Francia haciendo auto-stop por todas las ciudades en las que los mejores ciclistas del planeta buscaban la gloria. La paciencia, la madre de todas las ciencias, le sirvió para convertirse en un personaje único, alguien que fue capaz de ver in situ la vuelta más conocida del mundo sin desembolsar un solo euro.

La travesía de Mascoq no terminó en el Tour. Se propuso, sin tapujos, emular su viaje, pero esta vez en la Eurocopa, realizándolo a través de Alemania y comenzando en Francia. Muchos policías, tanto del país galo como de Alemania, le han ayudado a cumplir su sueño, El “Tour de la fraternidad”, así lo bautiza Moudenner, comenzó en Vannes, el 6 de junio. Su amabilidad a la hora de congeniar con la gente, de no pedir nada a cambio, de hacer los viajes más amenos, cautivaron a los franceses, que no dudaron ni un instante en ayudarle para cumplir su sueño.

“La clave es tener paciencia. Hace calor, pero con armonía y con pasión todo se hace más tranquilo”, declara Mascoq, o Moudenner, como quieran llamarle, a Diario AS. De Vannes a Düsseldorf en once días, pasando por Brest, Tours, Burdeos, Nantes, Saint-Brieuc, fue su primer trayecto oficial. El 17 de junio, Francia debutó contra Austria y en las calles todo el mundo querían hacerse una foto con Mascoq, que con una afabilidad reluciente, combatió la marea austríaca que quería hacerse con las calles de la ciudad.

Las mascotas están a la orden del día en Francia. El Lorient, equipo bretón, región de la que es Moudenner, Guingamp, es apodado “Les Merlus”, las merluzas. Las Águilas del Niza, el León del Lyon o el Stade Reims, el panda del Angers. Todos ellos tienen en común la pasión por los animales, mientras que Francia es apodada “los galos”, en honor al Gallo que luce siempre el escudo de la selección francesa, más acentuado en la vestimenta actual.

De Düsseldorf a Colonia y de Colonia a Leipzig fue la segunda travesía de Mascoq, que se hizo fotos con las fuerzas de seguridad, anonadadas por un caso que está dando la vuelta a toda Francia. Mascoq preside la Federación de Mascotas, la FDM, fundada por Moudenner para que los animales tuvieran representación en el fútbol. Los valores del fútbol, cada vez más orientados a un liberalismo exacerbado, con comisiones desmesuradas, frenaron su apego al exagente, centrado en hacer feliz a la gente y a todos los que le ayudan por el camino.

Tras Leipzig, donde jugó Francia ante Países Bajos, 0-0, llegó Berlin. Después Dortmund, para presenciar el empate a uno entre la subcampeona del mundo y Polonia. Las mascotas son universales, declara Moudenner, que relata que la Federación de Mascotas se hermanó con el Leganés, los pepineros, para realizarles distintos artículos de merchandising, entre ellos una mochila con un pepino, y también fabricar el modelo de su mascota, que arenga a los jugadores en cada partido en Butarque.

Desde Alemania Occidental hasta Alemania Oriental, Mascoq volverá a Düsseldorf, sin pagar un euro, durmiendo como puede, apoyando a la selección francesa, animando a todos los que deciden desinteresadamente llevarle a sus objetivos. Antes, no obstante, volvió a Francia, a Estrasburgo, Metz, Saint-Dizier, Verdún y Reims, para seguir la llama olímpica, a las puertas de los Juegos Olímpicos. En la cita olímpica de París, Mascoq estará presente, a las puertas del Elíseo, en los Campos Elíseos, en Panteón, en el Barrio Latino, en cualquier lugar, para que los Juegos, como la Eurocopa, se desarrollen entre armonía y fraternidad.

Moudenner seguirá a Francia hasta que la eliminen. Sin pagar un euro, la antítesis del fútbol que concibió como agente, este lunes verá en directo los octavos de final que medirán a Francia contra Bélgica. Un partido intenso, con una rivalidad enorme, pero que para Moudenner servirá de fiesta, una más, entre todos los aficionados congregados. La hostilidad no existe para las mascotas y Mascoq es el caso paradigmático de ello a través del fútbol. Un caso inédito, pero brillante.

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