“Tchouameni necesitaba a Casemiro un año...”

El 26 de julio de 2018, un joven Aurelien Tchouameni debutó con el Girondins de Burdeos, en un encuentro de previa de la Europa League ante el FK Ventspils. Gustavo Poyet, entrenador por aquel entonces, que atiende a Diario AS antes del Francia-Bélgica, no dudó ni un segundo en darle minutos, consciente del potencial que atesoraba el actual jugador del Real Madrid, que tuvo una ascensión imparable, primero en el Mónaco, a partir de 2020, después con el conjunto blanco, en el que ha subsanado paulatinamente la ausencia de Casemiro.

“Durante la pretemporada ya sabía que iba a ser parte del plantel para ese año. Le verdad que era muy fácil por su físico, su potencia y su inteligencia, no fue difícil darle el debut”, afirma Poyet a Diario AS, confirmando, después, que no titubeó para saber que Tchouameni haría una gran carrera en el fútbol. “Le veía mucho potencial, hasta donde dependía de él, su familia y su gente cercana. Yo sabía que su familia era fundamental y al conocer a su padre sabía que esa parte estaba más que bien. Luego no conocía a sus amigos, pero por lo visto siempre se acompañó de gente que le hace bien. Súper alegre de donde está y como está”.

La carrera de Tchouameni, después de aquel debut con el Girondins Burdeos, despegó por completo. El atronador físico que tenía, su capacidad para batir líneas y, además, lo fuerte que era en los duelos, llamaron la atención de los grandes clubes europeos. Fue el Mónaco, entrenado en aquel entonces por el español Robert Moreno, el que se llevó el premio, desembolsando 18 millones por una de las grandes promesas del fútbol francés.

Tchouameni siempre ha sido un centrocampista que hace mucho en el campo, pero la gente no se fija tanto en sus cualidades al realizar “el trabajo sucio”. Poyet, a este periódico, declara que “Lo importante es que le valoren en el club y sus compañeros. Los comentarios negativos vienen de gente negativa y envidiosa”. Tanto en el Burdeos, Mónaco como ahora el Real Madrid, incluida la selección francesa, han sido pocos los jugadores que han podido ganarle la titularidad en el mediocampo.

“No me ha sorprendido su rendimiento con el Real Madrid, en la selección, pero me hubiera gustado que Casemiro hubiera estado su primer año allí para que su progresión fuera más tranquila, al irse Casemiro fue un “YA” a jugar y eso trae muchas dificultades que hoy ya nadie se acuerda”, subraya Poyet. La llegada de Tchouameni al Real Madrid, en 2022 por 80 millones más 20 en variables, le añadieron una presión extra, después de que Casemiro se marchara traspasado al Manchester United.

Con el conjunto blanco, tras una primera temporada de adaptación, con problemas físicos tras el Mundial, Tchouameni explotó en su segundo año en la capital española, acumulando 38 partidos entre todas las competiciones, saldándose con tres goles y una asistencia. Ancelotti le dio galones en el centro del campo, nadie le movió del once y solo una lesión de estrés en el pie izquierdo, la misma que acarreó hasta el inicio de la Eurocopa, le impidió imponerse y jugar el tramo final de la temporada. No fue, eso sí, un condicionante para que Deschamps le convocara para la competición en tierras alemanas.

Tchouameni no jugó el primer partido por lesión, pero ante Países Bajos y Polonia fue titular. Inamovible para la selección francesa, el de Rouen, de 24 años, acumula un 92 % de precisión en el pase, habiendo intentado 156, con 18 aciertos de 21 en desplazamientos en largos y sumando dos tackles con éxito de tres intentos. Si nada se tuerce, el canterano del Girondins de Burdeos deberá ser el guardián del centro del campo de Francia contra Bélgica.

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