La ansiedad mata a Cristiano
Ante Eslovenia tiró ocho veces, falló un penalti, corrió 11,85 kilómetros y alcanzó una velocidad de 30,5km/h, pero no pudo marcar el gol que tanto ansía.
La imagen de Cristiano Ronaldo llorando en la prórroga del Portugal-Eslovenia es ya una de las más icónicas de la Eurocopa y dio la vuelta al mundo. El jugador de Al Nassr se derrumbó después de que Oblak le detuviera la pena máxima en un momento determinante del encuentro y en una situación inmejorable para que hubiera logrado aquello que tanto persigue y tanto se le resiste: estrenar su casillero en la Eurocopa, la sexta de su carrera.
Nunca antes ningún futbolista ha disputado seis ediciones de la cita continental y, por lo tanto, nadie ha marcado en seis distintas Euros, algo que Cristiano tiene al alcance de su mano pues ya anotó en las cinco anteriores que jugó. Parecía que entre la primera fase y el cruce de octavos ante un rival asequible como Eslovenia lo conseguiría, pero se ha plantado en cuartos a base de desaprovechar oportunidad. Ante Francia, ahora, sin duda que será más complicado.
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El de Madeira se viene abajo en el descanso de la prórroga tras fallar desde los once metros.
Los números del portugués denotan que la ansiedad está pudiendo con él. Disparó 8 veces ante los eslovenos y, sumado a los 12 que dejó en la primera fase, el que más de toda la Euro, ya está en 20 tiros en cuatro partidos disputados. Es decir, una media de cinco por encuentro. Alucinante.
Es verdad que algunos tiros carecieron de sentido. Por ejemplo, trató de sorprender a Oblak con una falta desde casi la línea de banda en la que era casi imposible hacer gol. Aún así, lo intentó.
El ansia se fue apoderando de él y lo peor vino cuando falló el penalti que hubiera puesto en ventaja a los portugueses en la primera parte de la prórroga. Cristiano, entonces, comenzó a llorar y tuvo que ser consolado por compañeros y la grada. “Oblak hizo una buena parada, tengo que revisar el penalti, no sé si tiré bien o mal, durante el año no fallé ni una vez y en el momento que lo necesité no lo marqué”, dijo después del choque.
La estrella portuguesa recorrió 11,85 kilómetros y alcanzó una velocidad de 30,5km/h, datos que reflejan que aún sigue teniendo energía para llegar a portería a pesar de que no está viendo puerta. La ansiedad se ha apoderado de un delantero acostumbrado a marcar goles de todos los colores. No en esta Eurocopa, desde luego.
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