Frimpong hace dudar a Koeman
El primer amistoso de Países Bajos sirvió al seleccionador para hacer pruebas y Frimpong la aprovechó. Debe decidir entre él y Dumfries.
Algunos seleccionadores usan los amistosos de preparación para que sus once elegidos se acostumbren a jugar juntos y otros para hacer pruebas. Koeman es de los segundos. Salió ante Canadá con un novedoso 4-2-3-1 en el que Wijnaldum jugaba de centrocampista más adelantado y Memphis de extremo izquierdo. La entidad del rival permite pensar que es más mérito del equipo europeo que demérito del norteamericano, pero es difícil sacar demasiadas conclusiones con tantos jugadores alternativos.
Una de ellas es que Frimpong puede ser un titular más que digno para Koeman. Su temporada en el Leverkusen así lo hacía presagiar, aunque el peso que tiene Dumfries en Países Bajos es considerable. Con el futbolista del Inter en el banco, Frimpong aprovechó su oportunidad en la banda derecha con un gol y una asistencia. En la primera parte, la más intensa por la igualdad del marcador, fue el más activo en el ataque oranje. A un tiro bloqueado de Wijnaldum le siguió un primer intento con la izquierda que se fue altísimo. Serviría para practicar antes del 2-0 que consiguió de forma similar, lanzando con la zurda a la escuadra más lejana. Antes, centró a Memphis para abrir el marcador. Hasta este momento, las ocasiones visitantes se habían limitado a un remate fallido de Larin.
Ya con el partido prácticamente sentenciado, Koeman empezó a mover el banquillo. Y Weghorst volvió a demostrar que es un delantero más que válido para cualquier partido que se atasque. Tardó un minuto en aprovechar un rechace en el área y marcar. Brobbey, quien había jugado los 62 minutos anteriores de delantero, miraba decepcionado después de la gran ocasión que tuvo antes del descanso. En la misma acción, mostró lo mejor y lo peor de sus características. Se valió de su potencia física y velocidad para llegar al área con ventaja, pero falló en el mano a mano. El día que mejore la definición, podrá convertirse en un delantero de élite.
Weghorst también tuvo su mano a mano fallado, pero en esta ocasión la culpa la tuvo un gran St. Clair que falló un minuto después. Salió de su portería para despejar de puños un balón suelto, pero Van Dijk con la cabeza llegó más alto que el portero con las manos. Un 4-0 que disfrutó Róterdam y que sirvió para darle uno de esos benditos problemas que tienen los entrenadores con buenas plantillas.
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