Arnautovic: carreras ilegales, insultos racistas y un coche robado tras la estrella de Austria en la Eurocopa

Polémico por naturaleza, Arnautovic se ha convertido en la estrella de una selección austriaca que, sin Alaba, firmó la primera gran campanada de esta Eurocopa tumbando a Países Bajos gracias a los tantos de Schmid, Sabitzer y el autogol de Malen. El empate del Francia-Polonia sirvió a los de Rangnick para meterse en octavos por la puerta grande, como líder de un grupo repleto de ‘cocos’ y gustándose con un fútbol de lo más atractivo. Y lo hicieron liderados por un delantero al que le sobra talento, pero en muchas ocasiones, le falta cabeza. Raro sería que acabase la Euro sin sumergirse en alguna polémica.

Y es que Arnautovic es uno de esos jugadores de dos caras. De los que su buen fútbol, a veces, hacen olvidar su mala imagen fuera del césped. Algunos decían que todo era fruto de su cabeza distraída, de su juventud, o por sus malas compañías, como su amistad con otro rebelde como Mario Balotelli. Seguramente sea una mezcla de todo.

Problemas con Mourinho en sus inicios

Cuando empezó a dar sus primeras patadas a un balón ya destacó por su fuerte carácter, que puso en duda que fuese capaz de demostrar todo su potencial como futbolista. Con 17 años recaló en las filas del Twente holandés. El mismo dijo antes de enfrentarse a Países Bajos en esta Eurocopa que “es especial para mí, es como jugar contra mi segunda patria”.

Según el ariete, allí aprendió todo lo que es a día de hoy. Lo cierto es que su gran rendimiento llamó la atención de uno de los gigantes de la Serie A italiana, el Inter de Milán. Es aquí donde comienza su fama. Solo jugó tres partidos por una lesión en el pie. Suficiente para formar parte del equipo que conquistó el triplete (Liga, Copa y Champions). Y suficiente también para ganarse el rechazo de José Mourinho, que aseguró que tenía “una actitud de un niño”.

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El técnico luso, de hecho, llegó a regalarle un reloj al futbolista, harto de que llegase tarde a los entrenamientos. “En Abu Dhabi, durante la pretemporada del Inter en 2009, me dormí para el desayuno. Después hubo una reunión del equipo y no llegué porque mi cuarto estaba en el 75° piso. Antes de un partido sucedió lo mismo y ya sabía que iba a matarme. Discutimos un poco y ese día tuve que entrenar por mi propia cuenta” explicó el jugador. Claro que meses después, cuando un día lo vio llegar al entrenamiento cinco horas antes de lo que tocaba (por supuesto, el delantero se había equivocado), el técnico le regaló su reloj.

Su amistad con Balotelli y un Bentley robado a Eto’o

‘Dime con quién andas y te diré quién eres’, dice el refrán. No hay mejor ejemplo que este, pues el delantero forjó una estrecha amistad con el también conflictivo delantero Mario Balotelli y protagonizó numerosas polémicas, como la noche que le robaron un lujoso coche que le había prestado Samuel Eto’o.

El futbolista le dejó un Bentley GT 63, valorado en 150.000 euros. Arnautovic se lo quedó como si de un tesoro se tratase y se lo llevó al hotel Sheraton de Milán, donde un aparcachoches se lo robó. Apareció un tiempo después en Hungría. Juzguen ustedes mismos.

Carreras ilegales y su negativa a hacer flexiones

En el Werder Bremen estuvo dos años. Más que suficiente para ganarse el rechazo de Thomas Schaaf, su técnico en aquel momento. Arnautovic se negaba a hacer flexiones. No iba con él ese tipo de trabajo físico.

En el vestuario tampoco era el mejor compañero. Se peleó a puñetazos con el griego Sokratis y llegó a ser suspendido por hacer carreras ilegales, a pesar de enfrentarse a unas multas que no le preocupaban demasiado. De hecho, en 2013, la policía paró su coche y el futbolista fue claro: “Gano tanto que incluso podría comprar tu vida”.

Con todo, aún le dio tiempo de romperse la rodilla jugando con su perro. Metió el pie en un agujero del jardín. O eso explicó él mismo. A su lado, nada tiene que hacer el bote de colonia de Cañizares o la plancha de Carles Busquets.

De racista en la Euro 2021, a estrella en la de 2024

Ya en 2009, Ibrahim Kargbo, centrocampista de Sierra Leona que jugaba en el Willem II holandés se enfrentó al joven Arnautovic. “Me ha llamado negro”, denunció el futbolista hace ya 15 años. Pocos le creyeron. Así que, unas semanas después, la Real Asociación Neerlandesa de Fútbol, cerró el caso por falta de pruebas. Eran otros tiempos, pensarán algunos.

Volviendo a un pasado más cercano, en la pasada Eurocopa, el futbolista, esta vez ya curtido en mil batallas, decidió que no había mejor manera para celebrar el gol que acababa de marcar frente a Macedonia del Norte que dirigirse a Ezgjan Alioski. David Alaba sabía que era tarde. Pero, por si acaso, corrió a taparle la boca a su compañero.

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La celebración no la ejecutó tan bien como el gol, por lo que el Comité Disciplinario de la UEFA le sancionó con un partido. El austriaco supuestamente le dijo “me estoy jodiendo a tu madre albanesa” al macedonio. Según la prensa sensacionalista serbia, el insulto incluyó la expresión ‘shiptar’, una manera de despreciar a los albaneses por parte de algunos serbios.

La Eurocopa: oportunidad de reconversión en el ‘chicho bueno’

Tanto en el Stoke City como en el West Ham intentó portarse algo mejor. Nadie acabó de entender por qué en 2019, y con mucho fútbol aún en sus botas, apostó por firmar por el Shanghai de la Superliga china. Aunque volvió a la Serie A para jugar en el Bolonia durante tres temporadas, antes de recalar en el Inter de Milán, donde ha marcado cinco goles este curso y ha dado tres asistencias, con especial atención a la diana que marcó en los octavos de final de la Champions League en el Metropolitano.

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En la presente Eurocopa, sin Alaba, ‘el chico bueno del fútbol austriaco’, para taparle la boca si fuese necesario, el ‘chico malo’ parece haberse enfocado en su deber principal: jugar al fútbol. Por sus botas han pasado los mejores minutos de los de Ragnick, que se han metido en octavos de una Euro en la que anotó un gol ante Polonia desde los 11 metros. No dudó el ariete en coger la responsabilidad mostrando su imperioso carácter en el segundo partido de la fase inicial.

El 2-3 ante Países Bajos y el empate de Francia ante Polonia les hizo primeros de un grupo al que aterrizaron como ‘la cenicienta’. Pero han acabado demostrando que son capaces de jugar a un fútbol valiente y ofensivo.

Con una mochila cargada de polémicas, parece que Arnautovic ha llegado a esta Eurocopa dispuesto a lavar su imagen. Y solo parece, porque, llegados a este punto, ningún cambio de rumbo nos sorprendería. Al fin y al cabo, si los terrenos de juego algún día llegan a aburrirle, siempre podrá dedicarse al negocio de bebidas premium, en el que tanto el vodka como la ginebra llevan su nombre.

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