El Sevilla y sus niños dan la cara en Marsella

El Sevilla empató en Marsella ante el Olympique en el amistoso de más enjundia de los que ha disputado y disputará este verano. Tanto por el nivel Champions de los marselleses como porque hubo hasta VAR, aunque sirvió más de cachondeo de la grada que de otra cosa. Un partido que sirvió para ver que las ideas se tienen cada vez más caras, que no hay fondo de armario en la primera plantilla y que la cantera no se arruga.

El equipo estrenó su tercera equipación, negra al completo, partió con el mismo once que en el amistoso que le ganó al Schalke en Alemania, con la entrada de Agoumé en el centro del campo y el paso atrás de Gudelj desde la medular hasta el centro de la defensa. Almeyda sigue demostrando que es un entrenador normal que hace cosas normales, algo que no ha sido común en el Sevilla de los últimos tiempos. Sin embargo, el serbio tardó 25 minutos en demostrar su falta de poderío aéreo, porque no es central, para despejar un balón que cabeceó Greenwood para hacer el 1-0. Antes, Carmona ya podía haber sido expulsado por doble amarilla por sus faltas de concentración. Y es que si Conte al que quiere en el Nápoles es a Juanlu, es por algo.

Pero el Sevilla no se descompuso y a base de cambios de juego siguió buscándole las cosquillas al Olympique de Marsella. Lo había logrado antes del gol local y lo consiguió de nuevo antes del descanso con un gran desplazamiento de Kike Salas, un pase atrás de Lukebakio y un zapatazo de Sow que le quitó las telarañas a la portería de Rulli, que debería haber aplaudido.

Tras el paso por vestuarios, Almeyda alineó a algo parecido al Sevilla Atlético. La pareja de centrales, Ramón Martínez y Castrín, fue de hecho la pasada campaña la pareja titular en el filial. La cercanía del Trofeo Antonio Puerta, en la noche del lunes, obligó a estos cambios. Y los niños del Sevilla dieron una lección de saber estar y contundencia para no arrugarse ni ante la dureza local ni ante el sibilino arbitraje al que fueron sometidos. Resistieron el empate e incluso rozaron el triunfo si Iheanacho hubiera estado algo acertado.

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