El Madrileño muere en la orilla en Cartagena

El Atlético Madrileño remó hasta la orilla, pero se le hizo grande el Cartagonova. El equipo de Fernando Torres, mermado por las bajas internacionales (Esquivel, Julio, Rayane, Sits, Sergio Esteban...) y que jugaba cuatro días después del empate en su debut (lunes y viernes), se adelantó en Cartagena, pero el gol de Larrea en el añadido de la primera mitad fue un zurdazo al mentón del que se levantó muy tarde. Acabó encajonando al equipo local, con el remate de Cubo que salvó Lucho García con la ayuda del palo y el cabezazo de Mario de Luis, portero colchonero, que subió al último balón parado. Pero los tres puntos se quedan en Cartagena, un encuentro vibrante y con goles.

Desde el inicio se vio que sería un partido movido y confirmó la tendencia de esta temporada en Primera RFEF, los encuentros van a ser larguísimos con las revisiones de FVS. Ocho de añadido en cada mitad. Kevin fue el primero en buscar portería para los locales tras el buen envío de Nacho y el resbalón de Boñar tras su recorte, pero aparecieron los guantes de Mario de Luis para poner el candado. Un Nacho Martínez, ex de Valladolid y Rayo, que a sus 36 años sigue teniendo mucho fútbol en sus botas y le sobra calle para comerse la banda izquierda.

Ese costado era un filón para los locales, que se encontraron con penalti a favor... invalidado tras la intervención de Torres. El técnico pidió su primera revisión de FVS para que el colegiado mirase una falta previa sobre Serrano. Existía y la mano de Jano quedaba exonerada por esa nueva disposición de la competición, con dos revisiones para cada técnico que se mantendrán si el árbitro las da por buenas. El Atlético seguía en pie, cada vez con más balón y se llegó a adelantar a un estadio de categoría. Sacó el córner Corral y lo enjauló con un buen testarazo Puric. El serbio ha llegado para poner los centímetros y la contundencia perdida con el adiós de Martín Pascual. Ya ha demostrado en pretemporada que será un arma clave para lo que viene por delante.

Un gol que frenó al Cartagena y llevó a vivir cómodo a los rojiblancos, pese a la solicitud de FVS de Javi Rey en una acción donde no había penalti. Tendrá que acostumbrarse el aficionado a vivir con miedo esos minutos donde cualquier pequeño detalle puede cambiar partidos. El fútbol a través de una pantalla. Celebraba el Madrileño el veredicto y prácticamente la llegada al descanso en ventaja, pero los ocho minutos añadidos se hicieron largos.

Un golazo de Larrea puso el empate y deshizo a los colchoneros. Su zurdazo desde lejísimos fue imposible para De Luis. De nuevo morir a la orilla. Llegaron ambos equipos a vestuarios con sensaciones bien distintas. Como las ofrecidas en el inicio de la segunda mitad. Un Cartagena más alegre, presionando arriba y dejando sin ideas a los pupilos de Torres. Un penalti controvertido de Koke Mota, cuyo veredicto no cambió en una nueva revisión de FVS, acabó con el 2-1 por medio de Luismi.

El propio Luismi sería el encargado poco después de ganar la banda izquierda, centrar y aprovechar uno de los pocos errores de concepto de Mario de Luis, sin atacar el balón, para que Kevin pusiese el 3-1 y desatase la fiesta para los más de 5.000 aficionados en las gradas del Cartagonova. Un partido que se le escapaba al Madrileño, muy inferior en esos minutos de la segunda parte... hasta que Torres movió el banquillo. La entrada, una vez más, del jovencísimo Cubo, que a sus 17 años solo tiene la portería entre ceja y ceja. Queda esperar que el regreso de los internacionales no le borre del mapa. Y el recién incorporado Arnau Ortiz, firmado en el último día de mercado, y que puso el 3-2 con una gran diagonal desde la izquierda y la buena definición ante el portero.

Era la esperanza atlética y el miedo cartagenero. Y la tendría el Atlético para devolverle la jugarreta de la primera parte. Otros ocho minutos de añadido donde fueron los rojiblancos los que, dejando un enrome espacio atrás, se volcaron en busca del empate. Pero Lucho García dijo no. El paradón al remate de Cubo, siempre bien colocado para intentar mandarla a la red. Y el blocaje ante el cabezazo de su homónimo rojiblanco, un De Luis que acabó como delantero en busca de la heroicidad. No llegó, no hubo tiempo para más y el Cartagena duerme líder con un Atlético que pudo tener más, pero cierra la segunda jornada con un punto de seis posibles.

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