El Madrid revalida su Copa del Rey Juvenil

Mucho tendrían que torcerse las cosas para que esta generación de Juveniles del Real Madrid no sea una de las más recordadas de la historia reciente de La Fábrica. Los nombres de Nico Paz, Manuel Ángel, Pol Fortuny, César Palacios, Chema, Jacobo, Yusi... van a hacer mucho ruido. Ya lo están haciendo. Su primer aviso de que vienen sin hacer prisioneros es esta Copa del Rey Juvenil. El equipo dirigido por Arbeloa revalidó el título haciéndole de noche al Almería una final jugada a las 16:30 horas. Al minuto 17 la brecha era insalvable para los indálicos. El gol de Pol Fortuny para celebrar su cumpleaños (18 añitos) de cabeza y un zurdazo antológico de Manuel Ángel sólo ejercieron de evidencia gráfica de una superioridad que está siendo más que patente a nivel liguero, en la Youth League y en esta Copa del Rey.

Para el equipo almeriense era una misión compleja. Durante este curso Rachad ha sido el verbo, con Marciano ejerciendo como complemento directo. Los muchachos de Lasarte hicieron lo que pudieron para sostener el alud madridista (el goalverage sube a un diferencial a favor de 104 goles y subiendo) y Marciano puso tres balones muy aprovechables de gol que podrían haber supuesto el empujón mental que necesitaban sus compañeros. Aún así el Almería es terrenal. Fue concediendo una y otra ocasión, sólo respondida por un remate envenenado de Paco Sanz repelido por la manopla de Piñeiro, mientras Arbeloa intentó calmar las aguas ensanchando el campo con el triple cambio de Mesonero, Yeray y Hugo de Llanos.

Un remanso de paz que rompió un error increíble de Diego Piñeiro. Al portero madridista le jugó una mala pasada el pésimo estado del césped del Reino de León en una cesión aparentemente inicua. La pelota le dio un pequeño brinco, la bota pasó por debajo y el rechace en el poste lo cazó Rachad. Poco después el cancerbero blanco, aún pensando en el ese gol, estuvo a un tris de meterse con la pelota dentro de su portería en un balón aéreo en el que ahora sí le salvó el poste.

El tramo final fue todo lo que no había sido el partido hasta el inesperado -para el equipo andaluz- gol almeriense. Nervios, el físico ganando peso y el Almería creyéndoselo. El Madrid atravesó minutos de sufrimiento, con Arbeloa desencajado en el banquillo, aunque resistieron. Unos últimos golpes de remo para levantar la decimosexta Copa del Rey Juvenil del club. La Fábrica blanca se coloca a sólo dos de distancia de La Masia, que no alza este trofeo desde 2011.