El Betis sí que sabe
Los verdiblancos dan una lección de solvencia ante un Athletic que sigue atropellado en casa.
El Betis nunca había rascado nada en el nuevo San Mamés. Nueve visitas saliendo con la cabeza gacha, pensando que jamás sonreiría en el estadio que reposa a la vera de la Ría. Sabía que era este año o nunca, esta campaña en la que el Athletic deja las llaves de su hogar a cualquiera que pasa por el portal. Consiente las derrotas de tal manera que lleva tantas al calor de su gente como victorias: 7. Suma 24 puntos en La Catedral y 23 lejos de ella. Así es difícil rotular en rojo y blanco la sexta plaza. Debería aprender de los verdiblancos, que salen de la minicrisis con enorme solvencia, sabiendo enfriar el partido y dar la pausa precisa cuando la ocasión lo requería, ese sosiego que los leones desconocen y que el fútbol premia cuando estás en el área. Si esto es un juego de errores y aciertos, los primeros fueron para el Athletic y los segundos, para el vigente campeón de Copa. Con el corazón muchas veces no vale, es mejor tener puntería y, sobre todo, fútbol y cabeza. Valverde de desespera porque sus muchachos están negados de cara a puerta.
Pellegrini, el viejo profesor, sorprendió con un un once de lo más inesperado. Paul, siempre acelerado y anárquico como pivote, bajó a la posición de central, en un puesto que entraña más riesgo que una ruleta rusa. Y Willian José disfrutó de su segunda titularidad seguida cuando apenas estaba contando con minutos. Para cerrar la noche de sorpresas, cambió de portero, y puso en liza a Bravo, que estuvo soberbio, tras confiar durante nueve choques seguidos en Rui Silva.
El pulso empezó a ritmo endiablado. El Betis, que estaba fresquito por dos días más de descanso que el Athletic, salió a dar la lata a Simón casi desde que éste abandonó su vestuario, no especuló en ningún momento. Y el Athletic, tal vez porque no es lo mismo jugar con una defensa sin un Iñigo Martínez internacional y un Yeray que es un cerrojo ya consagrado, fue un fiasco en la retaguardia. Poco tardaron los verdiblancos en congelar la noche casi andaluza, por la temperatura, en Bilbao: en un saque de banda muy largo de Miranda, calculó mal en el salto Vivian y el balón le pegó a Vesga, que no esperaba el error. Willian José cazó esa pelota muerta para embocar en la portería.
A partir de ahí, comenzó la clásica tormenta de ocasiones locales. Pero había un problema: querían meter el segundo gol, el de la remontada, sin pasar por el primero. Veían que el Betis sufría como los heridos graves de guerra en su área, se quedaba muy partido porque apenas bajaban a defender los ‘Willis’, Willian José y William Carvalho, y empezó a tener una colección de remates Guruzeta, pero entre que andaba en fuera de juego y que no ajustaba bien el punto de mira, la primera parte se despidió con el 0-1. Pues sí, los pupilos de Valverde se sabían el plan de asalto, pero lo ejecutaban fatal. Se trataba de llegar muchas veces, de dar ritmo, pero aplicaron tanta receta que se aceleraron cuando el último impulso exigía pausa.
La tuvo en el 16′ Iñaki Williams, pero se resbaló justo en el momento de engatillar solo ante Bravo. Entre que Paul no es central y que Miranda apenas exhibe contundencia, por esa zona de la zaga había más espacios que en todos los desiertos del mundo juntos. Fueron momentos de incertidumbre, pero luego el costamarfileño le cogió gusto al puesto y se mostró muy rápido y diligente. El Athletic encadenaba ocasiones en campo contrario con continuidad; el Betis las tenía mucho más contadas, pero también más claras, como un contraataque que Ayoze, en boca de gol, no pudo concretar. O un disparo al travesaño de Paul, en otro saque de banda pésimamente defendido por los locales.
A los leones les costaba pasar la primera línea de presión, pero una vez que lo lograban todo era coser y cantar. Tal vez el juego directo les podría haber permitido abatir ese primer escudo. Antes de desfilar al descanso, el VAR, siempre tan discutido, justificó el sueldo: en el 42′, en un recorte de Nico Williams, el árbitro quiso apreciar que Miranda tocaba la pelota con su mano al irse al suelo y abrir los brazos. Nada más lejos de la realidad. Dio en el 3, el de su dorsal 33.
La bronca se instaló en San Mamés en la segunda parte. Antes de eso, De Marcos se la jugó en una falta cerca de la raya del área contraria tras un mal entendimiento con Iñaki y ante la peligrosa internada de Ayoze. La mala noticia habría sido una roja y penalti, pero recibió el mejor castigo posible: amarilla y golpe franco. Luego llegó el show de los porteros. Bravo ya lo venía gestando desde tiempo atrás, con pérdidas de tiempo exageradas en las que ni era advertido. La Grada de Animación le arrojó bolas de papel y se montó el follón. Eso no le descentra, de hecho, parece que le alimenta, luego hizo una palomita muy fotográfica ante un cabezazo de Sancet. Y en el otro área, Simón hizo unos regates inexplicables que pocos entienden. Ya venía de una pifia ante el Sevilla. Al tratar de hacer el quiebro, se le echó encima Miranda y casi la lía.
Los cambios reanimaron a los rojiblancos. La madera evitó que Sancet marcase en parábola en el 69′. Bravo siguió con su recital, ante un disparo con la zurda de Iñaki y un remate acrobático de Raúl. Luego se la quitó Sabaly a Herrera justo en boca de gol. El Betis paró el arreón anunciando problemas físicos de algún jugador, con la puesta en acción de suplentes y demorando cada balón que debía poner en movimiento desde parado. Jugó a que no pasara nada y salió triunfante. Los leones acabaron desquiciados, con expulsión de Vivian tras delatar el VAR que hizo una durísima entrada al tobillo del ‘Panda’ Iglesias. Pellegrini agotó las tres ventanas de cambios con cuatro hombres de refresco y en ninguno salió Joaquín, que sí calentó unos instantes en la banda. La leyenda no puede, por lo tanto, superar ya el récord de partidos de Zubizarreta (622), como mucho igualarlo. Y a sus 617 tardes de gloria tal vez algún día les eche el guante Raúl García, este sí que sumó otro, el número 585. Dos históricos en un partido que a nivel colectivo agiganta al Betis y hace muy enano al Athletic. Valverde dijo en la previa, en recuerdo a la Copa, aquello de: “Si queríais una final, aquí tenéis una final”. Y ya se sabe que en Bilbao perder finales es una costumbre.
- 1 Unai Simón
- 17 Yuri
- 31 Aitor Paredes
- 18 De Marcos (80')
- 3 Daniel Vivian
- 11 Nico Williams (64')
- 14 Dani García (57')
- 6 Vesga (80')
- 9 Williams
- 8 O. Sancet
- 12 Guruzeta (57')
- Banquillo
- 24 Balenziaga
- 13 Julen Agirrezabala
- 23 Ander Herrera (57')
- 29 Malcom Adu (80')
- 30 Unai Gómez
- 21 Capa (80')
- 7 Berenguer (64')
- 15 Lekue
- 19 Oier Zarraga
- 16 Unai Vencedor
- 22 Raúl García (57')
- 1 Bravo
- 4 Paul Akouokou
- 23 Sabaly
- 33 Juan Miranda
- 16 Pezzella
- 21 Ayoze Pérez (74')
- 18 Guardado (81')
- 14 William Carvalho (64')
- 5 Guido Rodríguez
- 10 Canales
- 12 Willian José (74')
- Banquillo
- 20 Abner (81')
- 11 Luiz Henrique (74')
- 28 Rodri (64')
- 2 Montoya
- 17 Joaquín
- 29 Juan Cruz
- 24 Aitor Ruibal
- 13 Rui Silva
- 34 Ricardo Visus
- 9 Borja Iglesias (74')
- 25 Dani Martín
- 7 Juanmi
Cambios
Ander Herrera (57', Dani García), Raúl García (57', Gorka Guruzeta), Alex Berenguer (64', Nico Williams), Rodri (64', William Carvalho), Borja Iglesias (74', Willian José), Luiz Henrique (74', Ayoze Pérez), Ander Capa (80', Óscar De Marcos), Malcom Adu (80', Mikel Vesga), Abner (81', Andrés Guardado)
Goles
0-1, 5': Willian José
Tarjetas
Arbitro: Miguel Ángel Ortiz Arias
Arbitro VAR: Ignacio Iglesias Villanueva, Alejandro Muñiz Ruiz
Ayoze Pérez (42',Amarilla) De Marcos (48',Amarilla) Pezzella (55',Amarilla) Guardado (81',Amarilla) Daniel Vivian (92',Roja)