El Barça pide a la Federación una licencia por Olmo y Víctor
Cuatro horas antes de que se cumpliera el plazo de inscripción, el club pidió a la RFEF una nueva licencia para que jueguen, de momento, la Copa.
Después de una jornada al límite del colapso en las oficinas del Barcelona y en la sede de LaLiga, el caso de la inscripción de Dani Olmo se complica aún más después de una jornada esquizofrénica que tuvo un punto álgido cuando el Barcelona emitió un comunicado en el que solicitaba a la Federación Española la tramitación de una nueva licencia para Dani Olmo y Pau Víctor, al tiempo que desmentía “haber pedido o recibido ninguna moratoria de ningún organismo por parte de la inscripción solicitada” en clara referencia a LaLiga, con la que se avecina un pleito de solución incierta.
Hay que tener en cuenta que los primeros partidos que tiene que disputar el Barcelona serán en competiciones organizadas por la Federación. El Barça juega el sábado cuatro en Barbastro una eliminatoria de la Copa del Rey y luego se traslada a Arabia para jugar la Supercopa el día ocho contra el Athletic y en caso de ganar jugaría la final contra el vencedor de la otra semifinal entre el Real Madrid y el Mallorca.
Todo un pulso a LaLiga, que tiene muy claro que la Federación no pinta nada en este caso y que argumenta que a las 12 de la noche del 31 de diciembre ambos jugadores dejan de pertenecer al Barcelona. No obstante, se abre una posible moratoria.
Cerca de las 21 horas, el Barcelona avisó de que daban un día de locos por cerrado y, textualmente “mañana será otro día” y remitían las explicaciones al día tres. Un día antes de jugar la Copa del Rey ante el Barbastro.
Esta vez, Joan Laporta rizó el rizo de su estilo llevando su improvisación hasta límites nunca vistos anteriormente para desesperación de sus propios directivos, de los abogados de LaLiga y, por encima de todo, de los dos jugadores involucrados, que asisten atónitos, desesperados y ya indignados a como su futuro deportivo está en manos de unos irresponsables.
Desde las diez de la mañana, la actividad en las oficinas del Barcelona fue frenética. Sobre primera hora de la tarde se envió a LaLiga la documentación que requería la patronal mientras la tensión crecía en el entorno barcelonista ante la falta de respuesta desde Madrid.
El Barcelona venía de una semana de doble fracaso judicial. Primero fue un juzgado Mercantil de Barcelona el que denegó la cautelar para inscribir a los jugadores y, en el segundo caso, un juzgado de Primera Instancia reafirmó la primera sentencia. Ambas autoridades judiciales no atendieron los argumentos del club blaugrana en los que alegaba el derecho al trabajo de sus jugadores y cuestionaba el funcionamiento del Artículo 77 de las Normas de Elaboración de Presupuestos de LaLiga, correspondiente a los supuestos de lesión de larga duración de un jugador. También el Barça argumentaba que la Comisión Delegada de LaLiga no es competente para aprobar las Normas de Elaboración de Presupuestos y, por tanto, de conceder o no licencias a los futbolistas.
Ante esta situación, el Barcelona lanzó un plan de emergencia que consistía en activar en menos de 24 horas una palanca que le permitiera inscribir a Olmo y Víctor mediante la venta de los asientos VIP del futuro Spotify Camp Nou a un fondo de inversiones de Oriente Próximo por valor de 100 o 120 millones de euros para los próximos 20 años. Una medida que hace que el equipo vuelva a dar una patada a seguir en su economía. y que a día de hoy sigue sin tener el visto bueno de LaLiga, lo que impide alcanzar la norma del 1:1 que Laporta había anunciado en diversas ocasiones incluso llegando a decir que “si no estamos en el Fair-Play es porque no queremos”.
Otra de las opciones que valoraba el Barcelona y que parece descartada era la de avalar con el patrimonio de los directivos tal y como pasó anteriormente con Koundé, João Félix o Cancelo.
En el caso de que no se apruebe finalmente la palanca de los asientos VIP por parte de LaLiga (más allá de lo que diga la Federación), Olmo quedaría liberado de su contrato y podría fichar por cualquier otro equipo teniendo además el derecho de reclamar la integridad de su contrato mientras que Flick perdería una pieza fundamental para su dibujo táctico. Eso, dejando a un lado el indiscutible ridículo internacional de un Laporta que, una vez mas, sigue apurando el dibujo de la curva fiel a su estilo de vivir peligrosamente.
El peligro sigue latente porque el comunicado del Barcelona puede dinamitar la relación entre la Federación y LaLiga cuando Louzán había nombrado a Tebas vicepresidente de su organismo. Vienen curvas que quizás ni Laporta podrá trazar sin salirse de la carretera.
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