El Athletic se pone cómodo
El equipo de Valverde vive una tarde plácida para alimentar el sueño de la Champions. El Almería solo espabiló al final, con el 1-2 de Centelles en el descuento
El Mundial de Qatar cambió la vida de todas las ligas conocidas sobre la faz de la Tierra. También varió el paso de equipos como el Athletic, que hasta esa llamada invernal a pelear por la corona planetaria, era un plantel volador con etiqueta de Champions. Luego debió de reciclar muy mal la vuelta al cole y cayó en la depresión. Una vez recuperada la postura en el bólido que maneja Valverde, está en números de pelear por lo más grande en los clubes que no son los tres grandes en España: la Champions. Si a domicilio parecía tener problemas para digerir el buen fútbol, ahora lleva 13 de los últimos 18 puntos posibles en la distancia. En términos generales, tres victorias consecutivas y al saco 13 de los 15 en liza en estas semanas recientes. Echa el aliento a Villarreal y Betis, y ya depende de sí mismo. Es evidente que ha pisado el acelerador, con un ejercicio de entusiasmo, energía y ambición. Llega a los últimos asaltos del curso muy entero. Su granero triunfal ante los conjuntos del pozo es infinito, una cosecha para alimentar el sueño continental. El Almería, por el contrario, fue un equipo absolutamente entregado. Primero rehuyó el cara a cara por el temor a que los Williams le cogieran la espalda. Insistió en su planteamiento miedoso y solo en los diez minutos finales cargó el área y dio señales de vida. Metió Centelles el 1-2 en el 92, pero la justicia había dictado sentencia.
Valverde entonó en la previa el cuento ese de ‘que viene el lobo’ para que el rebaño no se confiase en los Juegos Mediterráneos, uno de los campos menos generosos con los visitantes este año. Pero, a la hora de la verdad, ni el estadio ni su anfitrión fueron tan fieros como los pintaban. Los leones tuvieron la tarde totalmente controlada, bajo un ritmo plomizo y un verde áspero como una lija, un freno para la pelota, porque el calor y el viento sur derogaron el riego inicial. Los 90 minutos fueron una balsa de aceite para los leones, ante un alma en pena, sorprendente la verdad.
Sancet sacó la varita mágica y empezó a dar fluidez al juego, a filtrar pases para todo el frente ofensivo. En una de esas, envió el balón por un pasillo en el que apareció centelleante Nico Williams. Este quiso cruzar ante Fernando, que cantó de forma lamentable, se le coló por debajo del cuerpo. Cosas del fútbol: el ‘11′ ha tenido momentos casi de solo empujar y ha fallado, y luego en otros de poco menos que invocar al genio de la lámpara, se anota un premio inesperado. El Almería acusó muchísimo el golpe y empezó a consentir ocasiones de un Athletic que estaba en lo de casi siempre: errores los últimos metros, los de la verdad.
En lugar de montar una reacción racial, los indálicos siguieron dedicados a contener a los hermanos Williams. El balón se movía como si llevara una pesada digestión. La tarde era plácida para los leones, que jugaban con el mando a distancia recostados en su sofá favorito. El 0-2 fue un fiel reflejo de lo que se estaba viendo. Se vino con un saque de banda bielsista. Lo puso en marcha De Marcos y se la devolvió Sancet. Centelles persiguió torpemente al lateral derecho, al que habilitó en lugar de dejar en fuera de juego. Resolvió muy bien el primer tanto liguero Óscar con la zurda. Rubi quitó a Baptistao y Melero, dos hombres fundamentales, síntoma de que la nave naufragaba.
Al Athletic le iba bien con jugadas largas, sin la verticalidad de otras tardes. A Herrera no se le notó la falta de ritmo, estuvo soberbio en la compañía de Vesga. Y Guruzeta trabajó como un coloso arriba. Apenas les concedían espacios y tenían que madurar las acciones. Pero se seguían enredando en la línea del área. Iñaki desfiló al banquillo por razones tácticas y ni por esas sirvió de señal para la valentía del Almería. No encontraban soluciones los locales. Centelles anotó un gran gol desde muy lejos, cruzando la bola. Al menos les valió para mantener una serie de balones en el área y para hacer ver engañosamente que trataban de buscar la épica. Pero la suerte estaba echada.
- 13 Fernando Martínez
- 21 Chumi
- 19 Rodrigo Ely
- 22 Srdan Babic (73')
- 20 Álex Centelles
- 3 Gonzalo Melero (63')
- 23 Samuel Costa
- 12 Leo Baptistao (63')
- 5 Lucas Robertone
- 18 Arnau Martínez (56')
- 16 Luis Suárez (73')
- Banquillo
- 11 Dyego Sousa (73')
- 1 Mariño
- 8 Portillo (63')
- 4 Eguaras
- 2 Kaiky
- 14 Lazaro (63')
- 6 César De la Hoz
- 17 Pozo (73')
- 26 Martin Svidersky
- 10 Embarba (56')
- 1 Unai Simón
- 17 Yuri
- 18 De Marcos
- 4 Íñigo Martínez
- 5 Yeray
- 8 O. Sancet (80')
- 23 Ander Herrera (61')
- 11 Nico Williams (80')
- 6 Vesga
- 9 Williams (45')
- 12 Guruzeta (87')
- Banquillo
- 19 Oier Zarraga (61')
- 3 Daniel Vivian (87')
- 16 Unai Vencedor (80')
- 22 Raúl García (80')
- 35 Ander Iruarrizaga
- 24 Balenziaga
- 31 Aitor Paredes
- 13 Julen Agirrezabala
- 29 Malcom Adu
- 21 Capa
- 7 Berenguer (45')
Cambios
Alex Berenguer (45', Iñaki Williams), Adrián Embarba (56', Arnau Puigmal), Oier Zarraga (61', Ander Herrera), Francisco Portillo (63', Gonzalo Melero), Lázaro (63', Léo Baptistão), Dyego Sousa (73', Luis Suárez), Alejandro Pozo (73', Srdjan Babic), Unai Vencedor (80', Nico Williams), Raúl García (80', Oihan Sancet), Dani Vivian (87', Gorka Guruzeta)
Goles
0-1, 8': Nico Williams, 0-2, 55': De Marcos, 1-2, 91': Álex Centelles
Tarjetas
Arbitro: Valentín Pizarro Gómez
Arbitro VAR: Carlos del Cerro Grande, David Medié Jiménez
O. Sancet (20',Amarilla) Oier Zarraga (64',Amarilla) Rodrigo Ely (67',Amarilla) Berenguer (89',Amarilla) Vesga (93',Amarilla) Pozo (93',Amarilla)