Gustavo Alfaro: “Keylor Navas dio su vida por Costa Rica”
El seleccionador de Costa Rica atiende en exclusiva a AS desde Los Ángeles en la previa del debut de los Ticos contra la Brasil de Vini y Rodrygo.
Gustavo Alfaro (Rafaela, Argentina, 1962) es el arquitecto de Sudamérica. El técnico argentino arranca una nueva etapa en Costa Rica sin Keylor Navas, historia viva del país. El portero de las tres Champions anunció su retirada del combinado Tico a escasas semanas. El reto para Alfaro no es pequeño, pero su gran labor con Ecuador, en la que dio rienda suelta a la magia de Moisés Caicedo, Gonzalo Plata o Piero Hincapie cuando apenas eran unos juveniles, le avalan. Alfaro atiende en exclusiva a AS desde Los Ángeles a escasas horas de debutar en la Copa América ante Brasil.
Keylor Navas anunció su retirada de la selección antes de la Copa América. Era la gran figura de la selección en esta década. ¿Habló con él antes de anunciarlo?
Sí. Fue el primer jugador de la Selección con el que intenté tener contacto cuando me hice cargo del equipo. Más que nada porque era el capitán, la figura emblemática, la imagen viva de los momentos históricos del país en su etapa en las participaciones mundialistas. Él venía atravesando un momento de lesiones porque tenía un problema en su columna que le impedía tener continuidad en el PSG. No podía trabajar con continuidad por esos problemas físicos y por ende no pudo formar parte de la dinámica de la plantilla del PSG.
¿Cuándo fue su primer contacto con Keylor?
En noviembre. Ese mes me puse en contacto con él. Me comentó su situación, toda la parte médica. Lamentablemente para esos dos primeros partidos con Panamá, cuando nos jugábamos la clasificación para la Copa América, no pudo estar. Quedamos ahí en volver a encontrarnos en el futuro, una vez ya lograda la clasificación, tras las fiestas de fin de año. Ni bien pude fui a París a reunirme con él, a charlar un poco sobre su situación del fútbol, de Costa Rica, de su carrera en general. Keylor siempre me pareció una figura muy emblemática de la historia del país.
¿Cómo fue esa reunión?
Viajé a París con el presidente de la federación en marzo. Teníamos que jugar con Honduras un partido pendiente junto a n amistoso más que iba a ser contra Argentina, la campeona del mundo. Viajamos a París. Fue lo primero que hicimos en nuestra gira por Europa para ver a nuestros jugadores de allá. La verdad que fue una cena muy linda con su esposa, con él, el presidente y yo hablando del fútbol, de la vida, de Costa Rica, de todas las cosas que en definitiva son importantes para cada uno de nosotros. Estuvimos alrededor de cuatro horas juntos hablando en ese sentido. Y bueno, él ahí me manifestaba que estaba madurando su decisión en cuanto a qué hacer con su carrera más adelante, porque se terminaba también el contrato de PSG y no sabía qué venía después. Y que de pronto nos íbamos a volver a encontrar, porque después de haber estado en Inglaterra, volvimos a París para ver un partido de PSG en la Ligue 1 y después del partido nos juntamos con él nuevamente y su familia a comer.
¿Cómo fue poder contar con él en el parón de marzo?
Quedó una sensación muy linda. La verdad que más allá de lo que pudiera llegar a pasar, le invité a ser parte de esto, parte del desafío de la Copa América, del privilegio que significaría para mí poder contar con él por el recambio generacional que se podía venir, por la importancia, la admiración y el respeto que los jugadores en general tienen por él y fundamentalmente de los chicos jóvenes de Costa Rica. Quedó en darme una respuesta. La semana siguiente me llamó, me dijo que sí, que podía contar con él. Y por suerte lo pudimos tener en el partido de Honduras, donde conseguimos la clasificación a la Copa América. En el partido de Argentina, honestamente, rindió en un nivel extraordinario.
Fue la mejor expresión de Keylor Navas en su vigencia absoluta, Yo veía a Keylor y veía que estaba a la misma altura de los campeones del mundo. Uno veía al nivel que rendían los campeones del mundo y Keylor era un campeón del mundo rindiendo en ese nivel. Eso hablaba del nivel de jerarquía y de prestación de capacidad que él tenía. Fue muy bueno su presencia en todo ese período, con un liderazgo muy claro, muy elocuente, muy contundente, muy importante para saber aportar cosas necesarias en los momentos justos que a veces el entrenador necesita en el respaldo del jugador las palabras justas y adecuadas antes de salir a un partido, en el momento de tener calma, en el momento de administrar las situaciones.
¿Cuándo le comentó que se retiraba?
Pasó el tiempo, siempre estaba la incertidumbre de que era lo que podía llegar va a suceder. Y bueno, en una mañana me llama por teléfono, quería hablar conmigo. Hablamos, me explicó la situación. Obviamente, tuve esa sensación ambigua por el lado del entrenador, que uno sabe que su figura más emblemática no la iba a poder contar más y en definitiva, el vacío que es la ausencia de esas figuras representan. Pero, por otro lado, como entrenador, lo siento porque sé que del mismo modo que a uno le puede pasar, que uno puede estar madurando el retiro, de pronto ya no hacer determinadas cosas. Son decisiones que no son sencillas porque él le dio la vida a la Selección, le dio la vida al país, fue su figura más representativa, fue la más emblemática y son decisiones que no son para nada simples de poder tomar. Le agradecí porque con la caballerosidad, con la educación, con el respeto, por las modos, por los principios que tuvo como para manejarse en el hecho en habérmelo comunicado a mí primero. Después le pedí que, cuando llegue el caso, lo haga público porque uno tenía que seguir para adelante.
¿Con qué se queda de esa breve etapa con Keylor?
Fue un privilegio poder trabajar con él. Fue, sin duda, una de las figuras con mayor jerarquía y prestigio que me tocó dirigir y, honestamente, lo he disfrutado el tiempo que lo he tenido. ¿Que lo extrañamos? Sí, absolutamente que lo extrañamos y le vamos a extrañar aún más. Como cualquier equipo que lo ha tenido.
¿Qué espera de esta Copa América?
Espero que esta Copa América sea muy linda, muy disputada. Las Copas Américas siempre son muy disputadas. Las Eliminatorias de Conmebol, a mi entender, son las más difíciles del mundo por el nivel de paridad de equipos que hay. Al estar Argentina y Brasil siempre presente, uno sabe que hay dos de los cuatro equipos que siempre aspiran estar entre los cuatro mejores del mundo. Si esos se suman equipos como Colombia, que vienen en un suceso muy bueno, más una generación de Uruguay, campeón del Mundial Sub-20 y con la plusvalía que siempre otorga Bielsa a sus equipos. Si a eso se le suma el nivel de Estados Unidos, de México, de Canadá, con muchos jugadores ya jugando en Europa, de otras selecciones como Ecuador, en crecimiento, en ese aspecto, hace que sea una Copa muy competitiva en ese sentido. Y, más que nada, porque se tiene la posibilidad de juntar lo que es con Conmebol con la Concacaf.
Y encima en el marco del Mundial 2026…
Sí, se está viviendo simultáneamente lo que es la Eurocopa y me parece que estamos en presencia de dos campeonatos que nos van a dar la previa de lo que va a ser el próximo Mundial en Estados Unidos, México Canadá. Lo de este verano es un ensayo previo a esa Copa del Mundo en niveles realmente fantásticos. Vienen jugadores en un muy buen nivel, con figuras que ya están transitando etapas decisivas de su carrera, pero que se los ve con absoluta plenitud de la misma, con ambiciones de protagonismo, con riquezas tácticas en ese aspecto. Veo similitudes de intenciones de juego o de formas entre las estructuras de lo que se puede apreciar en Eurocopa, de lo que se puede apreciar en Copa América. Y veo, me parece, un nivel muy bueno y muy aceptable de lo que va a ser el fútbol en sí mismo.
Debutan ante la Brasil de Vinicius Jr., Rodrygo o Endrick, que además está en plena reestructuración, como ustedes. ¿Cómo les ve?
Enfrentar a Brasil en el debut es una complejidad. Si bien están en un proceso de, no sé si reestructuración, pero sí de pronto en un proceso nuevo. Puede que vengan de haber tenido esa expectativa de Ancelotti como entrenador tras la era Tite en la última Copa del Mundo. Tienen una generación de jugadores jóvenes, que es realmente fantástica, como siempre la ha tenido Brasil, Brasil es Brasil, siempre es la impronta del talento, de la imprevisibilidad en la generación de juego, en la espontaneidad, en la creación, en esa compañía permanente que tiene de movilidad de hombres y de pelota, con estructuras que de pronto tratan de respetarse desde la solidez de un bloque que se trata de mover en distintos sectores del campo de manera compacta y de manera sólida, pero que siempre tienen esa plusvalía que le da el valor del talento fresco. Es un equipo que tiene disciplina para saber cuándo presionar y cómo hacerlo, cuándo retroceder, cuándo salir en velocidad.
¿Es una plantilla completa?
Tiene velocidades realmente notables de mitad de cancha para adelante, porque es una sumatoria de jugadores del caso de Rodrygo, de Vinicius, de Endrick, de Raphinha, tienen esa verticalidad para aparecer y para manifestarse en situaciones de uno contra uno, que son absolutamente imprevisibles. Tienen posiciones de arqueros que están en niveles excelentes, como nunca tuvo Brasil en determinado momento. Defensores con recambios generacionales y en plenitud. La recuperación de Militão después de la lesión que había tenido en Real Madrid es muy importante también. Eso les coloca en una posición de ser un equipo que tenga aspiraciones concretas y serias a quedarse con la Copa. Obviamente que están en un proceso nuevo, de adaptarse a un entrenador nuevo, pero que cuando uno lo puede hacer desde las aportaciones que están sustentadas en el talento y acostumbradas a trabajar en el primer nivel del fútbol de élite.
¿Y Costa Rica?
Tenemos un plantel muy joven. La idea es tratar de que estos chicos jóvenes, que la mitad de ellos no juegan en en el exterior, sino que son productos de una liga local, que obviamente hay diferencias con respecto a las ligas más importantes del mundo, se acostumbren al tipo de fútbol que hoy demanda a estos campeonatos de élite. Entonces, me parece que estos enfrentamientos con Brasil, con Colombia, que vamos a tener, con Paraguay mismo también, o los que hemos tenido con Argentina. Nos dan la posibilidad de saber cuál es el norte donde nosotros queremos mirar, si queremos llegar a la ambición de clasificar nuevamente a una Copa del Mundo, y no solamente clasificar, sino a tratar de ir a competir a la par en ese mundial.
¿Qué opina de Vinicius?
Vinicius puede ser el MVP de esta Copa, como lo puede ser Rodrygo o como lo puede ser Endrick. Va a depender de los jugadores. Yo digo que para ser el MVP se necesita del equipo, no alcanza únicamente con lo que uno puede hacer desde su capacidad individual, porque de pronto uno puede ser un jugador que individualmente marque la diferencia, pero si no tiene un equipo que respalde, que permita que ese equipo pueda avanzar, que llegue a jugar las instancias finales, que llegue a tener el protagonismo de estar en las instancias decisivas del torneo, es muy difícil que un jugador que pueda tener un buen suceso en un determinado momento, si no llega a ese tipo de instancias finales, se quede con un premio en estas características. Entonces, yo creo que las capacidades y el talento, obviamente que lo tienen, pero ahí es donde va a depender también de cuánto y cómo acompañe el equipo para que, en definitiva, ese rendimiento de equipo pueda hacer sobresalir más el talento individual que todos estos jugadores tienen.
¿Puede ser el Balón de Oro?
Para poder lograr la conquista de ser nominado como Balón de Oro hay que marcar la diferencia con respecto al resto, pero también tiene que ser acompañado por un rendimiento de equipo que solvente la individualidad. En ese sentido, Vinicius, con las conquistas de Real Madrid, está en un marco de consideración que tranquilamente podría lograr recibir y merecer ganar ese premio porque lo ha hecho con un equipo que marca una vigencia en su manera de entender, de buscar las competencias y que él, de pronto, junto con otros compañeros también que marcaron una diferencia dentro de una estructura muy sólida, le dieron esa jerarquía diferente, de hacer las cosas de una manera diferente. Creo que está en un momento ideal como para poder lograrlo.
¿Qué piensa de Rodrygo?
Rodrygo es un complemento muy bueno de Vinicius, porque si bien los dos se sienten cómodos trabajando por todo el frente de ataque, hay veces que se sienten más cómodos partiendo desde un lugar y terminando en otro sector. El tema es que son jugadores que no juegan de lo mismo. Si bien pueden tener características similares (jugadores de velocidad, de desequilibrio, de ataque al espacio, de pelota en construcción a los espacios vacíos) sí tienen la capacidad de hacer algo que es muy importante, que esos talentos sean complementarios porque podemos tener características diferentes que no se complementen. Creo que eso lo han entendido muy bien, lo han sabido capitalizar muy bien y es ese valor agregado que tiene de que no siempre parten desde el mismo lugar, pero que siempre hay uno ocupando uno de los lugares que tiene que ocupar. Y eso es porque han entendido cómo complementarse.
¿Y de Endrick?
El caso de Endrick es un caso de un talento notable para un chico muy joven. La responsabilidad que tiene es muy grande, pero él juega con la soltura de saber que la responsabilidad sobrecae en el talento que él tiene y que no es una cuestión de documento de identidad, sino es una cuestión de intentar. En ese sentido, él lo intenta. Recuerdo el partido de la semifinal de Copa Libertadores con Boca, en una jugada muy clara que él recibe adentro del área por querer hacer una jugada que obviamente nadie la esperaba y era distinta, pierde la chance de convertir un gol. Y eso lo hace porque confía tanto en su talento que siente que puede estar jugándose una instancia tan importante como una final de Copa Libertadores y a él no le va a pesar hacer lo que es más natural para él.
Podría considerársele el padre de la nueva Ecuador que está empezando a surgir. ¿Cómo vivió esa etapa de su vida?
Fue un desafío muy lindo el proceso de Ecuador porque fue un proceso muy similar al de Costa Rica. La única diferencia que venía Ecuador con un Sub-20 que había tenido un buen suceso hacía un par de años atrás, con chicos que necesitaban un recambio generacional. Es como que a veces no se produce el recambio y no hay entre esos jugadores de 32, 33, 34, 35 años los que están en el medio de 25 o 26, que es la camada intermedia. Eso aunó la pérdida de competitividad en la Tri. Es como que a veces no solamente se pierde la oportunidad de jugar una Copa del Mundo, sino que esa generación intermedia de jugadores que en la consecución de competitividad hace que se sigan instalando los mercados más importantes. De pronto, un país desaparece de la Copa del Mundo y esa generación se pierde. Y esos cuatro años que son los que van entre los 30 y los 26, es la generación que de pronto no tenía Ecuador por no haber participado en esa chance de Copa del Mundo.
No le tembló el pulso y echó mano de jugadores muy, muy jóvenes en ese momento.
Claro. Ahí es donde uno tiene que decir: Bueno, si no tengo esa clase de jugadores, es como que la tengo que ir a buscar más abajo. Y a veces, ir a buscar más abajo es buscar jugadores que estén en los 17, 18, 19, 20, 21 años, que de pronto tenían pocos partidos en Primera División en la Liga Local, como era el caso de Moisés Caicedo. ‘Moi’ tenía nada más que nueve partidos jugados en Independiente del Vallée cuando fue citado a la Selección Nacional. Ahora, cuando lo tenía trabajando con uno, te dabas cuenta de que es un chico que tenía un talento notable y que la diferencia la iba a marcar. Lo mismo el caso de Piero Hincapie, que se fue después de jugar un Sub-20, se lo llevó Talleres de Córdoba después de jugar una Copa Libertadores Sub-20, que se organiza en todos los años. Y cuando el chico con 19 años lo vimos jugar en Talleres de Córdoba… vimos que era un chico que rebosaba talento. Y desde el punto de vista que uno vio que estaba trabajando, uno siempre le dice a los jugadores: ‘Cuando el árbitro toca el silbato no pide el documento y no importa que tenga 37 o que tenga 19′.
En ese sentido es darle la oportunidad, es darle el lugar, es tener el coraje, que no sé si es la palabra, o tener la valentía de decir: ‘Bueno, uno se juega por lo que cree’. En definitiva, esas son las convicciones dentro del fútbol y después que los chicos tengan lugar. Y siempre trabajamos detrás de esas premisas. Nosotros tomamos una selección que tenía alrededor, estaba viendo en aquel momento la cotización, porque salvo el caso de Enner Valencia y Pervis Estupiñán, el resto no estaban en Europa. La cotización de la Selección de Ecuador estaba alrededor de 40 millones de euros en el Mundial de Qatar y hoy la Selección de Ecuador casi sextuplicó su valoración para la Copa América. Y siempre lo hicimos bajo la premisa de jugar de igual a igual con cualquier rival en cualquier circunstancia. Y lo hicimos desde el primer partido que tuvimos jugar con la Selección Argentina en la cancha de Boca hasta el último del Mundial. Entonces, ir a competir a la par, y eso es lo que quería. Hoy Ecuador está en unas condiciones de que ya eso lo tomó como una verdad reconocida.
Se sienten que están a la par para poder jugar de igual a igual contra cualquier rival en cualquier circunstancia y está en condiciones de ganarle a cualquier rival. Obviamente que todavía le faltarán cosas, porque siempre faltan cosas. Pero que hoy ya venció determinadas barreras que tenía de limitaciones, de sentirse inferior a los demás para estar en un plano de igualdad, sin ninguna duda. Esas son las batallas más decisivas porque son las batallas culturales que se dan en determinado momento para terminar de cambiar el destino o el punto de inflexión del recorrido de una selección de un país en un determinado momento histórico.
¿Qué techo tienen Moisés Caicedo, Piero Hincapie o Kendry Páez?
Los techos que pueden tener Moisés Caicedo, Piero Hincapie, Kendry Páez son infinitos porque esto es lo mismo que para los equipos. Uno siempre es un convencido que no existen los pisos ni los techos. Ya sea individualmente o colectivamente, un equipo nunca termina de crecer, un jugador nunca termina de crecer en tanto y en cuanto siempre sienta que hay cosas que pueda incorporar o que pueda mejorar, o el entorno que tenga alrededor lo ayude para mejorar las capacidades o las condiciones que tienen. De la misma manera, en el sentido negativo, un equipo no termina de caer nunca hasta que no asume el problema que tiene.
¿Cuántas veces hemos escuchado decir: Este equipo tocó fondo y resulta que juega de nuevo y vuelve a perder. Entonces, ¿qué pasaba? ¿El fondo todavía estaba más abajo? Entonces, yo siempre digo tanto para arriba como para abajo, donde uno termina de asumir dónde está y donde determina, de definir qué es lo que quiere lograr, está en su capacidad de superación permanente. En ese sentido, la ventaja que tienen Piero y que tiene Moisés es que ya están en fútbol muy competitivos, con logros permanentes, que ya son jugadores con una mentalidad europea y con el talento sudamericano. En esa simbiosis natural que tienen que tener los talentos que vienen desde otro lugar del mundo y que adquieren la disciplina del jugador europeo. Todo el desafío que puedan tener ellos es lo que los va a impulsar a que todavía el techo de ellos esté muy arriba. Más que nada porque capacidades le sobran y porque tienen desafíos todavía por enfrentar que son muy importantes.
¿Y con Kendry Páez?
El caso de Kendry, tal vez, es un poquito diferente porque él tiene que todavía dar el paso. Si bien ya tiene algo acordado con el Chelsea, hasta que no se acomode, no cambie las posturas, no cambie de pronto los lugares de residencia, no cambie hábitos, no cambie un montón de cosas que son imprescindibles para amoldarse o acomodarse a la exigencia de Europa. Es ahí donde él va a terminar de definir cuál es el alcance que realmente van a tener. Si es por talento, como siempre uno le dice, el límite es el cielo. Estará en los desafíos individuales de cada uno de ellos, el límite está en el cielo, en lo que cada uno le quiere poner a su carrera.
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