CHAMPIONS (CUARTOS, VUELTA) | CHELSEA - R. MADRID
¿Quién es Todd Boehly? El nuevo y multimillonario dueño del Chelsea
Magnate estadounidense, compró el Chelsea en 2022 y en diez meses ya se ha gastado 611 millones. Sus ‘sobradas’ van siendo habituales. Con el club en caída libre, está muy señalado.
El 30 de mayo de 2022 fue oficial: Todd Boehly, nuevo dueño del Chelsea. Aquel día, entre la paz de las calles de Chelsea, con casas bajas y familias mayoritariamente acomodadas, se sintió una sacudida emocional. De la noche a la mañana, su club pasó de la tranquilidad de Abramovich, casi intolerante a las entrevistas y, desde luego, alérgico a las polémicas... al frenesí de Todd Boehly (49 años, Maryland). El multimillonario estadounidense llegó y en su primer día, prometió una revolución. Sin máscaras ni medias tintas. Y está cumpliendo, aunque tal vez no era consciente de que el fuego de las antorchas iban a empezar abrasándole a él.
Boehly tiene una fortuna valorada en 4.200 millones de euros (según Forbes) y lidera un amplio consorcio que comprende desde Los Ángeles Dodgers (copropietario) hasta los Lakers. De familia alemana, descubrió el soccer durante su etapa como becario en el Citibank de Londres, donde compaginó los inicios laborales con unos estudios en la London School of Economics. “Cuando era niño, todo lo que conocíamos era Pac-Man y Donkey Kong. Nadie tenía ni idea de lo que eran el United o el Chelsea”, dijo en 2019, cuando hizo un primer intento por comprar el club de Stamford Bridge. Fallido. Y ya con una actitud... curiosa. A la segunda fue la vencida y en 2022, con el viento de Abramovich a favor, se hizo con él a cambio de unos 4.250 millones de libras (en torno a 5.000 millones de euros). Se trata del mayor desembolso por un club de fútbol en toda la historia. Así, llegó el nuevo dueño blue, que desde entonces ha protagonizado episodios muy convulsos y criticados por la afición. Estos son algunos.
Despidos: Granovskaia, Cech... ¡y hasta jardineros!
Una de sus primeras decisiones fue prescindir de Granovskaia, principal ayudante de Abramovich y gran responsable de la dirección del club durante los meses en los que este estuvo ‘congelado’. No fue la única. Petr Cech, leyenda y entonces director deportivo, también sufrió un despido fulminante. El culmen de los finiquitos llegó hace unas semanas, cuando Jason Griffin, jardinero principal desde 2003, recibió el suyo por sorpresa. Fue despedido junto a su hijo y un asistente, trabajadores desde 2013. A esos niveles está llevando Boehly su “renovación”.
Un ‘Partido de las Estrellas’ en Inglaterra
Si el carrusel de despidos, según la prensa británica, ha ido generando desazón dentro del club, las salidas de tono del magnate tampoco han ayudado a calmar las aguas del Támesis. “Espero que la Premier aprenda un poco de los deportes estadounidenses. La MLB hizo su ‘Partido de las Estrellas’ este año y ganaron 200 millones de dólares entre un lunes y martes. Aquí se debería hacer un All-Star Game del norte contra el sur”, dijo en septiembre. “Excelente. Cuando encuentre una fecha para eso, puede llamarme... ¿Quiere traer también a los Harlem Globetrotters y ponerlos a jugar contra un equipo de fútbol?”, vaciló Klopp.
El “0-3″ en el Bernabéu
La semana pasada, horas antes del partido de ida de esta eliminatoria, aseguró que iban a ganar “0-3″ en el Bernabéu. Lo dijo saliendo de la comida de directivas y luciendo una media sonrisa, mientras tomaba su camino hacia el vehículo que lo iba a trasladar al hotel para descansar unas pocas horas antes del partido. Su afición criticó la soberbia de esas palabras, desentendiéndose de las mismas y señalando que los valores del Chelsea eran muy distintos a esa imagen. Y desde Inglaterra, de la misma manera, se reprobó de manera mayoritaria lo que se consideró un “patinazo”. El envite, ya lo saben, acabó 2-0.
Encararse con aficionados
La última, este sábado. Tras perder ante el Brighton tuvo palabras mayores, desde el palco, con varios aficionados. La máxima escenificación de un club fuera de control. Y que está echando de menos, a Abramovich, más de lo que se esperaba. Que ha dado un giro de 180 grados, pasando de la calma del magnate ruso, al show del norteamericano. Y esto no ha hecho más que empezar.