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Ni Luis Enrique apaga este incendio

La debacle del Chelsea, de Boehly en su primer año, el desastre de un equipo descabezado, lleno de estrellas pero vacío de alma, pondrá en el foco seguro de nuevo a Roman Abramovich. La venta del club (obligada) se llevó por delante la estructura de un conjunto que pasó de la clase media inglesa a la clase alta europea.

Dos Champions ganó con dinero y con métodos, por qué no decirlo, pues en aquel tiempo del ruso en la propiedad contó con Mourinho, Ancelotti y Tuchel, entre otros. Gente como Marina Granovskaia se hizo también un gran nombre en la gestión del club en los despachos. El Chelsea era grande. Hasta que llegó la sanción y la venta.

Con Boehly todo se desmorona. Aterrizó como quien entra en un negocio que no domina. Puso millones por encima de criterio. Despidió a Tuchel porque sí y a Potter porque el proyecto se le había ido ya de las manos.

Cuentan que en un encuentro con Paolo Maldini sus asesores le tuvieron que explicar quién era. También dicen que Luis Enrique y Nagelsmann salieron escandalizados de sus conversaciones con él para coger el equipo. ¿Quién puede ser la marioneta de un rico sin conocimiento? ¿Quién puede recuperar a este Chelsea herido de muerte? Nadie lo sabe.