‘Matador’ Vinicius

Nada queda del Vinicius ‘fallón’. Nada, salvo el recuerdo. Evocación de un futbolista, con el 28 a la espalda y el pelo rapado, que ejemplifica como con trabajo y resiliencia todo se puede corregir. Vini ya se ha vuelto un killer, un gran goleador, un hombre que aparece en las noches importantes. Lo deslizaban las sensaciones y confirman los datos. Ha pasado de marcar cada 723′, a hacerlo cada 129′. Del desierto al oasis. No es una mejora, sino una metamorfosis. Y quién sabe si el techo sigue lejos. Jamás en toda su carrera había alcanzado un ritmo goleador de este calibre, como jamás había sido tan líder. La estrella confirmada de un equipo que acaricia una nueva final de Champions. La bandera del Madrid. Y eso, ante el aviso naranja de la ‘borrasca Mbappé', es bailar bajo la lluvia.

Vini lleva tres temporadas seguidas participando en más de 30 goles (ya son 21 con su firma y 11 asistencias, para un total de 32) y, ahora, enfila el sendero hacia los 40, algo que ya logró en las dos anteriores. Un registro sobresaliente, si se tiene en cuenta que este año ha atravesado dos lesiones que la han hecho perderse hasta once partidos. Que pese a ello aspire a alcanzar esa cifra, resume su rendimiento. Y sus números: es el mejor ritmo goleador de toda su carrera. Y no sólo eso: está a dos dianas de igualar su mejor temporada goleadora de siempre (hizo 23 el curso pasado). Del récord personal. Va a por él.

Los números de Vinicius

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Superando a Bellingham

Esta temporada participa en un gol cada 84 minutos, su mejor registro de siempre, superando incluso el espectacular dato del año de la Decimocuarta (cuando participó en uno cada 102 minutos). La traducción ya se puede leer en forma de sorpasso: con su doblete en Múnich, este curso ya ha participado en más goles que Bellingham. El inglés acumula 21 goles (sólo cuatro han sido en 2024, donde se ha estancado) y diez asistencias, ostentando un ritmo de participación de 105 minutos. Ya pierde con Vini, es una realidad: 21 goles (15 han sido en 2024, donde ha recuperado la velocidad de crucero, o más bien de la luz) y once asistencias, superándole en una.

Cara a cara (esta temporada)

El último recital

Su velada en Múnich fue de cinturón. Volvió a jugar en ese falso-falso nueve que Ancelotti se ha sacado de la chistera para que Rodrygo pueda galopar la izquierda. Un sistema inédito que el técnico resume en pocas palabras: “Ha descubierto que, en esa posición, puede marcar con un desmarque y pocos toques”. Eureka, la fórmula funciona. Y es que precisamente así llegó el primer zarpazo: un buen movimiento a la espalda de Kim, disparo al primer toque y rumbo al córner a celebrar. Tal y como predijo Carletto, que debió emular al Coronel Hannibal Smith para sus adentros: “Me encanta que los planes salgan bien”. Luego llegó el penalti, el paso al frente y el doblete.

La guinda a una noche de matrícula: fue el que más remató, el que más balones puso entre los tres palos, el segundo que más centró y el segundo que más regateó del equipo. Pero, por encima de todo, fue el más decisivo. Apareciendo una vez más en una gran noche europea, algo que se le da bien: de sus 20 goles en Champions, diez han sido en cruces. En concreto, tres en octavos, dos en cuartos, cuatro en semifinales (la ronda en la que más se enchufa) y uno, en una final. Las eliminatorias aceleran sus pulsaciones, revolucionan su motor y afilan sus colmillos. Sobre todo, esto último. Porque la conclusión es que de aquel Vinicius ‘fallón’, el que marcaba cada 723′, no queda nada, salvo el recuerdo. Y el ejemplo de que el camino es el trabajo y la resiliencia. Ahora, es un ‘Matador’.