Ya está aquí. La 15. La sexta Champions que gana el Madrid en la última década. Una barbaridad digna del mejor club del Siglo XX, que sigue opositando con sus conquistas para serlo del XXI. Una Copa de Europa que luce con brillantez bajo el mando sabio y sereno de Carlo Ancelotti. El maestro italiano se consagra como el mejor entrenador de la historia de la competición con cinco entorchados, dos más que Zidane, Guardiola y Bob Paisley. Su mano sensata y certera ha servido para guiar al título a un grupo que jamás utilizó como excusa perder al mejor portero del Mundo, Courtois, y a uno de los mejores centrales de la Champions nada más arrancar el curso en agosto (Militao). Y tampoco alteró los planes que se fuese Benzema, uno de los héroes de la 14, ni que el club fichase a un 9 top en el mercado para suplir al francés.
Este Madrid se ha acostumbrado a levantar las 'Orejonas' con un componente épico y heroico. Igual que la 14 se recordará siempre por las remontadas memorables ante el PSG en el Bernabéu (con el hat-trick de Karim), ante el Chelsea (el pase de Modric con el exterior y el gol de Rodrygo dibujaron la esperanza) y la noche mágica ante el City de Guardiola, con los dos goles de Rodrygo en 128 segundos, esta 15 no le ha andado muy lejos. Parecía imposible emularlo y el Madrid lo ha vuelto a hacer. La noche del Etihad quedará en la memoria de los madridistas, con una resistencia heroica ante Haaland, Foden, Bernardo Silva y compañía, resuelta con una histórica tanda de penaltis en la que Nacho, Lucas Vázquez y Rüdiger quedaron acreditados por su personalidad y su valentía. Y Lunin, que pasó de suplentisimo de Courtois a héroe del pase a semifinales con dos penaltis detenidos tras una actuación espectacular.
Y en semifinales otra vez el Madrid de los milagros, con una remontada final ante el Bayern Múnich que puso el Bernabéu patas arriba, con un doblete del canterano Joselu, uno de los grandes héroes de la 15. Sus dos goles a Neuer encumbran el perfil del canterano ejemplar del Madrid, que no entiende de complejos ni de dificultades insuperables. Joselu, a sus 34 años, dio una lección a toda Europa del que es un nueve puro, con Kane de testigo con la cara de la derrota en su rostro. También se recordará esta Champions por significar el adiós definitivo de Kroos al fútbol en el Madrid (con Alemania dará su último last dance en la Eurocopa), algo que tiene al madridismo de luto deportivo. Su sexta Copa de Europa (una con el Bayern y cinco de blanco) le pone a la altura del mítico Paco Gento, al igual que Carvajal, Nacho y el eterno Modric, que ha dado una alegría a la afición al confirmar su continuidad hasta 2025.
Y ojo que Florentino se encumbra aún más como presidente al alcanzar su séptima Champions, superando en un título el récord histórico de Santiago Bernabéu. Y no me olvido de Jude Bellingham, que encima levantó su primera Champions en su país natal. Jude fue profeta en su tierra y cantó el Hey Jude en Wembley, al igual que hicieron Cristiano en Lisboa (2014), Bale en Cardiff (2017) y Benzema en París (2022). El Madrid es así, los deja bendecidos a todos en su competición fetiche. ¿Alguien duda que en 2025 puede levantar la 16 en Múnich?
La andadura del Madrid en esta Champions comenzó con suspense. Hasta el minuto 94 tuvo que esperar el Bernabéu para celebrar el gol de Bellingham en el primer partido contra el Unión Berlín. Pero continuó con paso firme: pleno de victorias (seis de seis) en la fase de grupos y un séptimo triunfo en Leipzig antes de encadenar cuatro empates seguidos y la apoteosis de la remontada ante el Bayern que llevó al equipo a la final de Wembley. Campeón e invicto, algo que el Madrid no había conseguido en sus 14 títulos anteriores.
Córner lanzado por Kroos que conecta con Carvajal en el primer palo, donde se saca un cabezazo que supera la intentona de Kobel, incluso de Hummels bajo palos.
FOTO: Claudia Greco/REUTERSError de Maatsen en su pase atrás, el cual acaba con un balón filtrado de Bellingham para la incursión de Vinicius dentro del área alemana, finalizando con un disparo que roza Kobel, pero que termina en el fondo de la portería.
FOTO: Kin Cheung/LaPresseNingún club tiene más Copas de Europa que el Real Madrid y ningún presidente tiene más Champions que Florentino Pérez. Si la Liga 36 sirvió al dirigente madridista para superar a Santiago Bernabéu en títulos al frente de la entidad, la 15 supone que también le rebasa en el palmarés de la competición más preciada por club blanco. Esta es la séptima Copa de Europa que conquista el Madrid bajo la gestión de Florentino: 2002, 2014, 2016, 2017, 2018, 2022 y 2024. No hay tampoco ningún club en Europa que haya ganado más veces la Orejona que el presidente blanco…
No hay ningún club en Europa que haya ganado más veces la Orejona que el presidente blanco…
“Bernabéu fue un pionero y un visionario que entendió que la construcción del mejor estadio del mundo y la concentración de los mejores jugadores eran la fórmula perfecta para forjar el icono universal que hoy es el Real Madrid”, afirmaba Florentino en su discurso ante la Asamblea de Socios el pasado mes de octubre.
Unas líneas maestras que han inspirado la gestión del actual presidente. Primero con los Galácticos, que con Figo y Zidane ya conquistaron la Novena. Y en esta etapa, la segunda edad dorada del Madrid, con los Cristiano, Bale, Benzema, Ramos, Modric, Kroos y, ahora, Vinicius, Bellingham y compañía. Y también con un estadio a la vanguardia del fútbol mundial que puede presumir de un majestuoso museo con una colección de Copas de Europa sin parangón.
No era un 'gestor', sino una leyenda. De carácter discreto y vitrina llamativa. El hombre de la ceja arqueada y la caja de chicles ha vuelto a ganar la Champions. Esa que todos sueñan con alzar alguna vez en su vida, él ya lo ha hecho cinco. Dos con el Milan (2002-03 y 2006-07) y tres con el Real Madrid (Décima, Decimocuarta y, ahora, Decimoquinta). Dicho de otro modo: el 20% de las Orejonas que se exhiben en el Bernabéu llevan su firma. La de Carletto.
Ancelotti alcanza los 13 títulos con el Real Madrid y está a sólo uno de Miguel Muñoz (14).
Aquel que, en ausencia de Benzema y ante el abismo del runrún generalizado, borró la pizarra y dibujó una nueva fórmula ganadora: Vinicius-Rodrygo en punta, con Bellingham ejerciendo de enganche. Aunque todo sujeto a una movilidad elevada al cubo. Todos han llegado a ejercer de nueves, extremos y hasta de mediapuntas en alguna situación. Sin killer, grupo. Trabajo colectivo. Funcionó. Como cuando, ya a finales de temporada, reinventó el invento con un doble extremo izquierdo. Dos genialidades que llevaron a Londres.
"En esta competición el madridismo no tiene que ser el más inquieto, sino el más feliz", dijo en Mánchester. Antes del KO al City. "Pocos esperaban que diese esta rueda de prensa... y aquí estoy", añadió en Múnich. Antes del KO al Bayern. Dos derechazos que llevaron al cuadrilátero de Wembley, donde se agarró el cinturón. Uno que vuelve a llevar su sello. El de un mal llamado 'gestor' que alcanza los 13 títulos con el Real Madrid y está a sólo uno de Miguel Muñoz (14). De ser el entrenador con más trofeos en toda la historia del club con más trofeos. Del Olimpo de los Olimpos. Mr. Champions lo ha vuelto a hacer.
Carlo Ancelotti lo ha vuelto a hacer. El veterano técnico italiano ha dirigido al Real Madrid a una nueva final de la Champions League, la tercera en sus dos etapas como entrenador madridista. El de Reggiolo ha sabido exprimir a sus jugadores en los momentos clave. Su librillo (no quiere un equipo fijo, sino que sepa adaptarse a las condiciones de partido, al equipo rival, y al desarrollo del encuentro) es la de un entrenador con mano de hierro en guante de seda. A su vez, todos los jugadores le profesan una fe inquebrantable. El resultado son los éxitos continuos…
Vinicius ha sido tan decisivo en esta Champions como lo fue en la de 2022, cuando marcó el gol ante el Liverpool en París. En esta ocasión, sus dos goles en la ida de las semifinales ante el Bayern fueron vitales para que el equipo pudiera ir con tranquilidad al partido de vuelta que habría de disputarse en el Bernabéu. Allí, el primer gol de Joselu también llegó tras un rechace de Neuer a disparo suyo.
Esos goles ante el Bayern le colocaron en el Olimpo de la competición europea, pues sólo han marcado en tres o más semifinales de Champions de manera consecutiva cuatro jugadores: Litmanen (1995, 1996, 1997), Cristiano (2012, 2013, 2014, 2015), De Bruyne (2021, 2022, 2023) y el propio Vinícius Jr (2022, 2023, 2024). Está tocado por una varita. De los 21 goles que ha marcado en la competición desde que la juega, once han sido en fases eliminatorias: 3 en octavos, 2 en cuartos, 4 en semifinales, el final de París y el de la final de Wembley.
Vini suma y sigue, y apunta ahora más que nunca al Balón de Oro.
El brasileño se ha convertido en el rey de la competición por derecho propio. Y lo ha hecho poniendo su figura por delante de la del mismísimo Mbappé. Vinicius es el jugador más influyente de la Champions sumando los registros de las tres últimas ediciones. Primero en participaciones en goles (32), asistencias (15), pases decisivos (66), regates completados con éxito (107)…
El brasileño se perdió tres partidos de la fase de grupos por una lesión muscular. De los otros 9 que ha jugado ha marcado o asistido en siete. Y ha sido decisivo en todos los cruces (gol ante el Leipzig, dos asistencias ante el City, doblete frente al Bayern, gol en la final…). Vinicius es el rey de la Champions, también el de esta edición: 6 goles y 4 asistencias, por tanto, 10 tantos generados, el segundo que más sólo por detrás de Kane. Vini suma y sigue, y apunta ahora más que nunca al Balón de Oro.
Tira líneas, derriba tabiques, pone orden en el desorden y encuentra soluciones cerebrales cuando las piernas se atoran. En su anunciado adiós, Toni Kroos ha sido el arquitecto de esta Champions. El alemán levanta su sexta Champions cimentando su estatus de candidato a mejor centrocampista de todos los tiempos. Por títulos y por su influencia, muchas veces desde la tranquilidad de su puesto de mandos, en los mismos.
El alemán levanta su sexta Champions cimentando su estatus de candidato a mejor centrocampista de todos los tiempos.
Wembley, territorio de reyes, corona (por sexta vez) a un Kroos que ejerció su gran obra en esta Champions en Múnich, cuando peor lo pasaba el Madrid. Ese ejercicio de dominio de la escena, unido a su capacidad para sacrificar su fútbol en aras del plan de Carletto en Mánchester, ha sido esencial. El teutón, contra lo que podría sugerir su estilo y su papel, se plantó en Wembley siendo el cuarto madridista con más kilómetros recorridos en esta Champions. Un mariscal que no delega esfuerzos. Despedida sin ahorrarse ni una gota de sudor.
Kroos descansó en Braga y parte del último partido de la fase de grupos contra el Union Berlin. Desde ahí, extremó su pericia. Su momento cumbre fue ese pase inmortal para el gol de Vinicius en el Allianz. Una acción de puro kroosismo. Inteligencia, precisión y efectividad. Fue el tercero de los cuatro equipos alemanes que han sufrido el yugo del 8 blanco en esta Champions. Del Union, al Borussia Dortmund, con paradas intermedias en Leipzig y Múnich. Su último baile con el Madrid ha sido como suele, como director de la orquesta. Se acaba de ir y se ya se le echa de menos. Ovación cerrada.
Paco Gento al fin tiene compañía. Han sido 58 años y 18 días de espera. Desde que el Madrid de los ‘yéyé' superase al Partizan en 1966 hasta que la tropa de Ancelotti ha tocado el cielo de Londres ante el Dortmund. Costó, pero en la mesa de los hexacampeones de Europa ya hay cinco comensales. La Galerna del Cantábrico y sus nuevos camaradas. Nacho, Modric, Kroos y el héroe Carvajal, que con un testarazo imperial trazó el camino a la 15, al olimpo continental. Nadie ha levantado más ánforas (trofeo primigenio) u Orejonas que el repóker madridista. Una escalada a la cima que comenzó, con el metrónomo alemán como asterisco, con el testarazo de Ramos en el 92:48 de Lisboa y termina (o continúa) en Wembley.
La Galerna del Cantábrico tiene nuevos camaradas: Nacho, Carvajal, Modric y Kroos se suman al olimpo continental.
Cuatro futbolistas que ejercen de bisagra entre generaciones doradas. De la quinta de Cristiano a la de Vinicius. Si bien es cierto que el primero en tocar metal fue Kroos -un año antes (2013) con el Bayern- y se perdió la Décima (llega el verano posterior), el ciclo dorado es de 2014 a 2024. Diez años, once temporadas, seis títulos. Con Carletto como alfa y omega en el banquillo y las tres Champions de Zidane como alimento. Con Atleti (2014 y 2016) y Liverpool (2018 y 2022) sufriendo el yugo blanco en dos ocasiones y Juventus (2017) y Dortmund (2024) completando el cuarteto de penitentes. Si a Nacho se le erizó la piel engalanando Cibeles con la 36, el día de la rúa de la 15 será el súmmum. La explosión sobre el verde de Wembley fue el aperitivo.
Atrás queda el club de los pentacampeones, que cuenta con Lucas Vázquez, ausente en Lisboa (fue su último año como estilete del Castilla), como decimoquinto y nuevo inquilino. Un grupo de leyendas y mucha sangre blanca: Cristiano Ronaldo (la primera con el United), Bale, Benzema, Marcelo, Casemiro e Isco en color y Di Stéfano, Zárraga, Marcos Alonso, Lesmes, Rial y Juanito Alonso en blanco y negro. Sólo dos centrales titánicos como Maldini y Costacurta, de un Milan que alzó su Séptima con Ancelotti al mando, se cuelan en la fiesta ibicenca de la Copa de Europa.
Desde el origen en 1956, con las cinco consecutivas a lomos de Di Stéfano, a la racha triunfal actual, pasando por la Séptima, Octava y Novena que enterraron los 32 años de sequía. En el club de las seis, ya son cinco.