Carbonell demuestra a Torres la crueldad de la categoría

El nuevo Atleti B de Torres ha comenzado a rodar con una enseñanza: la Primera RFEF no perdona. El técnico cuenta con muchas caras nuevas y un once que mezcla meritorios de la temporada pasada (Iturbe, Kostis, Pablo Pérez, Gismera y Niño), juventud desde el juvenil campeón (Jano, Rayane y Omar) y fichajes con experiencia y galones (Carlos Giménez, Martín Pascual y Joaquín). El Niño es ambicioso, ha abogado por la continuidad de varias de las grandes joyas de la Academia con ofertas de Segunda e incluso Primera y no se pone techo. Pero el Atlético Sanluqueño dejó claro que en Primera RFEF hay que picar mucha piedra.

Y eso que el equipo rojiblanco comenzó con un juego alegre, hilvanando buen fútbol y llegando con constancia. A los cuatro minutos Omar Janneh, el máximo goleador del juvenil campeón de Liga y Copa de Campeones, tenía la primera tras combinar con su gran socio Rayane. La presencia del jovencísimo delantero en punta permite a Niño tener más movilidad y caer a banda para entrar más en juego. El Zaragoza aprieta por hacerse con sus servicios como cedido, pero Torres cuenta con un jugador al que sacó su mejor versión hace dos años en el juvenil.

El propio Niño inició la jugada más peligrosa de la primera mitad, una incursión por la izquierda, el pase atrás a Rayane y el centro para que Jano Monserrate reventase el larguero. Qué talento tiene en su zurda. Un serio aviso para el Sanluqueño que comenzó a espabilar, subió la intensidad en defensa y se fue adueñando de la pelota con Valverde y Guti por las bandas como mejor argumento ofensivo. Aunque sin generar ocasiones sobre la meta de Iturbe, capitán y oro olímpico, fue neutralizando al Atlético y durmiendo el partido hasta un último despertar justo antes del descanso.

Bajo la mirada de Simeone y Tevenet, que después de dirigir al Atleti B durante las tres últimas temporadas a gran nivel se ha sumado al cuerpo técnico del Cholo, los pupilos de Torres volvieron a salir con fuerzas de vestuarios en la segunda parte. Omar lo intentaba en el mano a mano, pero se encontraba con la pierna de Samu. De nuevo la tenía el punta, pero aparecía el corte providencial de Alain. Niño lanzaba por arriba el centro de Pablo Pérez... el campo se iba volcando sobre la meta del portero del Sanluqueño. Y Omar Janneh, con un rebote de por medio, golpeaba por segunda vez al larguero antes de salir sustituido.

Parecía que el cántaro estaba a punto de romperse. Torres daba entrada a Diego Bri, máximo goleador del B el curso pasado, Ale García, recién incorporado, y Julio Díaz, campeón del Europeo Sub-19. Pero apenas cinco minutos después, Bri se tenía que marchar entre lágrimas tras sufrir una falta y con la mano en la clavícula. El ambiente se congelaba y también el equipo, que en la reanudación tuvo dudas y prácticamente en la primera llegada al área del Sanluqueño, pasado el minuto 80, el disparo lejano tocaba en la mano (por lo menos para el árbitro) de Carlos Giménez y acababa en penalti.

El primer balón que tocaba Carbonell era para ponerlo en la escuadra y adelantar al conjunto visitante. Un aviso para Torres, esta es la primera RFEF. Un gol que noqueó al Atleti. Lo había hecho todo para ir por delante y se veía por debajo. Lo intentó en los últimos minutos, un derechazo de Iker Luque, un cabezazo de Abde, un zurdazo de nuevo del punta... pero ya no había fuerzas ni ideas. Un triunfo de oro para el Sanluqueño, que supo apretar los dientes, sobrevivir y marcar la que tuvo y una enseñanza para el equipo de Torres, quien perdona la paga. Una máxima en el fútbol que castigó a los rojiblancos. Esto acaba de empezar, aunque no sea de la manera soñada.

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