‘Chapeau’, Atleti
El Atlético se impone en su última prueba en Newcastle con los goles de Julián Alvarez y Griezmann. Asistencia de Baena, buenas sensaciones de Hancko y Almada.


Sirvan estas líneas como bienvenida y despedida. A las caras nuevas, con cinco de los seis fichajes confirmados (a la espera del anuncio de Raspadori) en un once que será muy similar al que se estrene en Liga contra el Espanyol. Y como adiós para el gran Manolete, que tanto hubiese disfrutado con su libreta roja siguiendo el mercado más movido en años. A buen seguro que el lunes se hubiese presentado con un libro bajo el brazo y un chapeau, pronunciando todas las letras, para definir la última prueba rojiblanca. También a la cámara de Chema Díaz. Tras 40 años viendo el fútbol desde un objetivo, es momento de colgar la lente. El golazo de Griezmann será el último de un sinfín de momentos felices, tristes, bajo sol, en mojado y en cualquier circunstancia que ha recogido a pie de césped. Un protagonista fuera del foco que será recordado por todos en su merecida jubilación.
La última prueba de fuego en St James’ Park dejó conclusiones. Un Atlético con la intención de presionar de partida (hay que mejorar el saque de centro buscando la banda). Y con una movilidad de fichas enorme en el librillo de Simeone: defensa de cuatro, Cardoso al pivote, Gallagher a su lado (sigue sin romperla), Almada en la izquierda y Baena como mediapunta. Con una Araña que revolotea por todas las zonas del campo a la que hay que rodear de talento y pequeñas asociaciones. Lo buscó el que más un tremendamente activo Almada, que baja a la base para iniciar la jugada y encara en banda para poner desborde. También sigue en forma la conexión en la derecha entre Llorente y Giuliano. Ahora es el 14 el que arranca desde atrás como en su día hacía Trippier, hoy rival y para siempre amigo rojiblanco.
Lo probó primero Hancko y después Julián Alvarez tras el fallo en la salida del propio Trippier. El central eslovaco demostró ser expeditivo, corrector, serio, aunque en una ocasión excesivamente agresivo hasta jugarse la roja. Howe salía con un equipo más titular que suplente, pero con cambio total de piezas respecto al amistoso de ayer contra el Espanyol en el mismo escenario. Apenas 19 horas y media de diferencia impedían ver a Bruno Guimaraes (el pivote que pudo ser y no fue) sobre el campo. El Atlético siguió llegando en una primera media hora de equipo serio. La tuvo Giuliano tras la primera invención de Baena. Después Ruggeri, mucho más feliz en campo rival que propio. Pero no llegó el gol. Y el campo comenzó a volcarse sobre la meta de Oblak.
Elanga se convirtió en la pesadilla del italiano. Ese agujero en el lateral izquierdo que tanto quebradero de cabeza fue en el pasado. Ruggeri todavía tiene el beneficio de la duda, la misiva era complicada. Joelinton cabeceó cuatro veces en el área. El Atlético ha ganado en centímetros, pero volvió a sufrir en los centros laterales. También le tocó actuar a Oblak para evitar que Trippier pasase de amado a momentáneamente odiado. El descanso llegaba como bálsamo para un Atlético que se estaba viniendo abajo. Y que encontró a su nuevo tridente a la vuelta de vestuarios. De un córner rival se formó la contra.
El balón perfecto de Almada al espacio para Julián. El envío falto de precisión a Baena, pero mejorado con la asistencia del mago para que la Araña solo tuviese que empujarla. Sombrerazo, académica salida al espacio. Tiene que ser obligado que el balón pase constantemente por las botas del nuevo 10 rojiblanco. El Atlético había recuperado la solidez, pero era el momento de los cambios. Una hora era suficiente para los titulares, con especial mención para Hancko y Almada. Al campo Musso; Nahuel Molina, Pubill, Lenglet, Galán; Carlos Martín, Taufik, Koke, Jano; Griezmann y Sorloth. Y la pareja de delanteros pronto armó el taco.
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Desde la mano de Musso para la conducción del noruego y el remate de enorme calidad del francés. Solo él puede hacer esos goles. Su segunda diana de la pretemporada, tenerle fresco puede ser el factor diferencial para que el Atlético sonría esta campaña. El renacer del Principito con un rol remodelado. La veteranía y tablas de Grizi y Koke la contrapesaba la ilusión y energía de Jano y Taufik. Qué calidad en la zurda del maño, qué fuerza y ocasión del mediocentro. Simeone sonreía, su plan había funcionado. Ahora con defensa de cinco. Dejar la puerta a cero. Ver a los nuevos combinando y a los cambios funcionando. Trabajo hecho. Chapeau. El Atlético está preparado. Que empiece lo bueno.
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