Asencio, otra vida en 360 días

En el fútbol hoy estás abajo y mañana arriba, y a la inversa. Jamie Vardy pasó de la Séptima División inglesa a ganar la Premier League como estrella del Leicester en solo cuatro años. A Raúl Asencio (22 años) le ha costado menos, 360 días exactos, cambiar un miniderbi contra el Atlético B en una jornada gris de la Primera RFEF por una volcánica vuelta de los octavos de final de la Champions contra las huestes de Simeone y como titular. Un giro salvaje, copernicano. El canario, de vivir con señales de estancamiento en el Castilla y verse en un desagradable proceso judicial, a observarse ahora como pieza indispensable para Ancelotti y con un futuro, aún por negociar, ligado al primer equipo.

Si Cambio Radical fue un cuestionable reality show televisivo de corta vida allá por 2007, Asencio podría protagonizar ahora una versión deportiva. Aquel miniderbi fue de agrio recuerdo para él (el filial blanco cayó por 2-0, aunque ninguno de los tantos fue achacable al canario) en una temporada que ya era amarga para el Castilla, decimotercero por entonces. Ni el mayor fan de Asencio o de La Fábrica podría seguramente imaginarle, un año después, con 28 partidos ya en el primer equipo (siete en Champions) y participación en dos finales, la de la Supercopa de España y la de la Intercontinental. Dejando por el camino actuaciones de nivel y mucha personalidad. De los márgenes más alejados del radar, o ni eso, a estar en pleno centro. Aunque sólo tenga un carácter orientativo, es significativo que en el portal especializado Transfermarkt su valor de mercado como castillista en aquel marzo de 2024 era de 200.000€ y ahora es de 7,5M€ en la última actualización, de diciembre pasado. Por lo que en la próxima se disparará aún más.

El Castilla de la temporada pasada sólo funcionó como inyector para tres futbolistas que, por otro lado, tenían el salto cantado a Primera: Álvaro Rodríguez (Getafe), Mario Martín (Valladolid) y Nico Paz (al Como italiano). Asencio era otro candidatable, con el interés del City Group por llevárselo al Girona de Míchel como ha venido haciendo con otros canteranos blancos (Miguel Gutiérrez, Javi Hernández...). Se quedó en Valdebebas, hizo la pretemporada con Carletto y un golpe de timón del destino, esos que parecen imprescindibles para que alguien de La Fábrica tenga su gran oportunidad, hizo el resto.

“Le necesitamos...”

Aquel debut inesperado ante Osasuna (por la grave lesión de Militao y porque el que estaba en la pole era Jacobo Ramón, pero ese día era baja) cambió algo en el propio Ancelotti. Bendecido internamente por Rüdiger, al italiano le gustó tanto lo que vio del chico sin apenas tiempo de preparación y en una situación límite de la magulladísima zaga blanca que le ascendió ipso facto: “Necesitamos a Asencio”. Una frase que sigue siendo, cuatro meses después, una realidad. La que le ha transportado de aquella fría mañana en el Cerro del Espino ante sólo 1.837 espectadores a la infernal noche ante 60.000 que le espera este miércoles en un Metropolitano incandescente. De contentarse con salvar una temporada desasosegante en Primera RFEF a pelear de lleno por la Decimosexta. Un cambio no apto para personalidades débiles.

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