Antonetti congela al Atleti
Un golazo del delantero del Sevilla Atlético en los últimos instantes noquea al filial rojiblanco, falto de pegada. Varapalo para los chicos de Torres.
El fútbol es tan bonito porque muchas veces es inexplicable. Y lo ocurrido sobre el césped helado de Majadahonda es una nueva prueba de que la Primera RFEF es una de las ligas más impredecibles del panorama. El Atlético, en playoff y en pleno vuelo, cayó en casa ante un Sevilla Atlético penúltimo y con tres puntos en las siete últimas jornadas, tres empates y cuatro derrotas que parecían hundir a los sevillanos.
El Atlético salió mandón, encontrando las bandas para hacerle daño al Sevilla. Diallo, de vuelta tras su sanción, tirando el desmarque al espacio por la derecha y el talento de Rayane apareciendo por la izquierda. El equipo de Torres merodeó la portería de Alberto mientras el equipo visitante era incapaz de ni siquiera lanzar una contra en 45 minutos. El Atleti ganaba línea de fondo, pero sin último pase. Un tiburón sin dientes. Y el Sevilla se sostenía hasta el descanso. Rayane, con un remate rozando el palo, y El Jebari, obligando a actuar al portero, tenían las dos más claras sin la famosa contundencia. Parecía cuestión de tiempo, solo había un equipo sobre el campo.
El césped se iba congelando a cada minuto. Cada vez más blanco y navideño. Y el Atleti se contagió en su salida de vestuarios, frío y desdibujado. Un presagio de lo que estaba por venir. Los hermanos Sow se pusieron a hacer diabluras y el envío de Bakary acabó con Ibra rematando en el mano a mano ante Iturbe, que se hizo gigante para negarle el gol. Era un aviso, el Sevilla seguía vivo y había despertado. Su primera ocasión llegaba tarde, pero era clarísima.
El tiempo cada vez corría más rápido para un Atlético que ya no se encontraba sobre el césped. Iker Muñoz obligaba a actuar de nuevo a Iturbe, rápido de piernas para repeler el remate cruzado. Era el minuto 65 y Torres cada vez lo veía menos claro. El Sevilla había igualado el campo y lo estaba volteando. Triple cambio, uno por línea: Carlos Giménez, Iker Luque y el recién renovado Omar al campo. Un aumento de revoluciones que dio con Rayane rematando de cabeza en el área pequeña para que Alberto volviese a salir triunfante.
Pero no era la noche rojiblanca, que frena por completo su escalada a lo más alto de la tabla. Una pérdida de Omar en el juego de espaldas daba con Mateo Mejía pidiendo una falta, Pablo Pérez relajándose en la salida con un pase por el medio y Antonetti marcando un golazo por toda la escuadra desde fuera del área. Se había armado el taco. La mejoría visitante tenía premio y el Atlético se veía en el escenario jamás imaginado.
La tuvo Martín Pascual de cabeza y Abde en el rechace, pero en ambas aparecería un gigante Alberto. El Atlético acabó colgando balones más por obligación que por ideas. Así no iban a tumbar al meta sevillista, héroe visitante que se quedaba cada pelota aérea. Un pinchazo inesperado en casa y ante el penúltimo de la tabla. Esto es Primera RFEF y aquí no hay partido fácil. Y menos sin pegada. Al Atlético se le frena la racha y las sensaciones. El Sevilla sigue en descenso, pero ya ve la luz por encima del pozo. Una nueva enseñanza para los chicos de Torres, con una segunda parte así no se gana a nadie...
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