MUNDIAL 2022
En el corazón del Mundial de Qatar 2022
Doha, principal sede del Mundial de Qatar 2022, es una capital moderna de perfil futurista que contrasta con la tradición e historia de un pueblo de tribus migratorias que tiene en el zoco, el Souq Waqif, su corazón y primordial reclamo para los turistas. En la foto, vista de la mezquita de Fanar con caprichosa forma curvada que recuerda a un faro espiral, ubicada en Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Una peluquería de Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Un hombre con su halcón en la ventanilla de registro del Hospital de Halcones situado en la exclusiva zona conocida como el Zoco de los Halcones, el animal más representativo de Catar que forma parte de la cultura del país no solo para cetrería, que se remonta a la época de las tribus beduinas, sino como emblema y orgullo familiar.
Foto:Alberto EstévezEFE
Dos hombres conversan en un banco del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Turistas y locales disfrutan de la extensa oferta culinaria que ofrecen los restaurantes, puestos callejeros y parrillas con terrazas que hay en la zona.
Foto:Alberto EstévezEFE
Tertulia de varios hombres en un local de Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Un hombre refresca a un halcón en la puerta de una de las tiendas de venta de halcones situada en la exclusiva zona conocida como el Zoco de los Halcones, el animal más representativo de Catar que forma parte de la cultura del país no solo para cetrería, que se remonta a la época de las tribus beduinas, sino como emblema y orgullo familiar.
Foto:Alberto EstévezEFE
Dos mujeres ante una tienda de abayas (túnica tradicional femenina) de Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Varias mujeres en una joyería que representa otro de los centros neurálgicos del zoco donde se pueden encontrar una enorme gama de joyas tradicionales y diseños modernos.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de una de las calles del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Un grupo de hombres conversan en un café de Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de una calle del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Detalle de un puesto de especias con los sacos apilados en las puertas de los negocios que dan la bienvenida a un mundo para los sentidos proveniente de más allá de las fronteras del país.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de la entrada de Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de una de las calles del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Un repartidor descansa sentando en su carretilla en el zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de una calle del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de una de las calles del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de una de las calles del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Detalle de varios platos de comida yemení en un restaurante Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Aspecto del mercado de pájaros de Souq Waqif.
Foto:Alberto EstévezEFE
Un hombre se prueba un agal (cordón negro que sostiene el pañuelo utilizado para cubrir la cabeza) en una tienda del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE
Una mujer hace un encargo a un relojero callejero.
Foto:Alberto EstévezEFE
Vista de uno de los puestos del zoco.
Foto:Alberto EstévezEFE