Casi 52 años han pasado desde que la Selección Ciudad de Barcelona jugara ante 60.000 personas en un Camp Nou que acogía su primer partido de fútbol femenino. Un total de 18 desde que el entonces Club Femenino Barcelona ganara su primer título, la Copa de la Reina. También casi 20 desde que naciera oficialmente el F. C. Barcelona femenino y pasara a formar parte del organigrama del club. Siete desde el inicio de su profesionalización. Dos desde el inicio de su hegemonía en la Primera División Femenina y sólo un año desde que este Barça se colara en el Olimpo de los dioses del fútbol. Y de las diosas. Porque qué son si no las Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Patri Guijarro, Graham Hansen o Jenni Hermoso... Diosas del fútbol.

La meticulosa creación de este Todopoderoso Barça, repleto de seres supremos, ha requerido tiempo, inversión, trabajo y talento. Mucho talento. Pero también ha necesitado el estudio y perfeccionamiento de la nombrada Fórmula Barça, con una relación perfecta entre las diferentes variables.

Alexia Putellas es la base de una mezcla que incluye un poco de ADN LA Masía con canteranas como Aitana Bonmatí o Claudia Pina. Un buen puñado de jugadoras de las mejores del territorio estatal, como Sandra Paños, Mariona Caldentey, Patri Guijarro o la propia Irene Paredes, que desembarcó en Can Barça el verano pasado. Y una perfecta pizca de talento extranjero con Graham Hansen, Fridolina Rolfö o Lieke Martens.

Primero tuvieron a Lluís Cortés de ingeniero y ahora Jonatan Giráldez es el preparador perfecto para un grupo de jugadoras que casi ha alcanzado la perfección como equipo. Por detrás, club e inversores han acompañado. Pero no siempre fue así y Melanie Serrano, que colgará las botas a final de temporada, ha vivido todas las etapas de este Barça convertido ahora en Todopoderoso.

Y es que el Barça ha pasado de ganar diez títulos en 24 años —desde su primera Copa en 1994 hasta la de 2018— a alzar ocho en sólo tres temporadas, con posibilidad de sumar otros dos en este fin de curso. La primera piedra para que este presente de éxitos llegara se puso en 2015 con el anuncio del club blaugrana de extender la profesionalidad del equipo masculino al femenino.

Ya el Barça había sido el primer equipo en ofrecer contrato laboral a todas sus jugadoras y que cotizasen, y la temporada 2015-16 se dio un paso más. La profesionalización llegó a la plantilla femenina culé, que quedó completamente integrada en la estructura del club.

Aquel equipo, que había ganado cuatro Ligas seguidas, pasó de entrenarse dos horas por las tardes a completar una jornada que iba desde las 8:30 a las 15:00 horas. En ese tiempo, las futbolistas blaugrana desayunaban y comían en La Masía, se entrenaban, en el gimnasio o en el campo —a las órdenes de su histórico entrenador Xavi Llorens—, veían vídeos preparatorios y recibían ahí mismo las sesiones de fisioterapia.

Este hecho supuso un cambio enorme, ya que el Barça venía de entrenar de 17:00 a 19:00 el año anterior y los pasados de empezar a las 20:30, un horario que no tenía nada que ver con la profesionalización que se iniciaba entonces. Además, pasaron a ganar un 30% más de lo que percibían.

"He pasado de jugar en campos de tierra, a altas horas de la noche, con ropa tres tallas más grande, compartiendo el campo con cuatro equipos; a llenar dos veces el Camp Nou y levantar una Champions", afirmaba Melanie Serrano en la rueda de prensa en la que anunció que colgaba las botas.

La lateral zurda, que debutó en el primer equipo del Barcelona con 14 años, ha pasado toda una vida vestida de blaugrana y sabe lo que ha costado el cambio: "Aún recuerdo hace 18 años cuando una llamada me cambió la vida. Estaba en el colegio con mi amiga Aina, éramos las dos únicas que jugábamos a fútbol en el colegio (...) Quiero transmitir a las nuevas generaciones los valores de esfuerzo y trabajo".

Desde aquella temporada 2015-16 no se han dejado de dar pasos adelante en el primer equipo blaugrana y en los inferiores: sueldos, entrenamientos, derechos, mejores viajes, más categorías en la cantera, la construcción del Johan Cruyff, la venta de las camisetas del equipo femenino, la apertura de La Masía femenina... Y un punto de flexión en cuanto a la preparación física se refiere: la final perdida en Budapest y la conjura por ser las mejores.

Pero antes de Budapest hay que destacar la llegada de ingresos a un Barça cada vez más potente y atractivo a nivel internacional. Esto hace que 2018 también sea una fecha marcada en el calendario en este proceso de diseño del Barça Todopoderoso.

Aquel verano el entonces presidente Josep Maria Bartomeu presentaba, en el hotel Beverly Wilshire, el acuerdo de patrocinio con Staney, " el más grande de la historia del fútbol femenino", según las palabras de su directiva María Teixidó —ahora en la carrera por dirigir la nueva Liga Profesional de Fútbol Femenino—, otra figura clave en la construcción del actual conjunto blaugrana.

Aunque entonces no se revelaron las cifras exactas por cuestiones de confidencialidad, las cantidades fueron reveladas posteriormente: el Barça femenino incorporó a su presupuesto 3,5 millones de euros al año por su acuerdo con la famosa marca de bricolaje.

Uno de los mayores éxitos de los que se ha presumido en este tiempo con Stanley en el frontal de la camiseta blaugrana es que la sección femenina fue la única rentable de todo el organigrama del club en aquella campaña 2018-19.

Sin embargo, los 3,5 millones de euros de ingresados por Stanley ya se quedan pequeños para un Barça femenino que no deja de crecer y la relación entre ambos se acabará al final de la presente campaña. "Más que llevar el fútbol femenino al más alto nivel, habéis liderado el camino #BreakingTheBias y abierto el lugar para niñas y mujeres. Vuestros seguidores siempre", escribía, agradecida, la marca de bricolaje en sus redes sociales tras conocerse el nuevo patrocinador de las blaugrana. 

Y es que la entidad culé ha alcanzado un acuerdo de patrocinio con Sportify a razón de, según informó RAC1, 275 millones de euros en cuatro temporadas. O lo que es lo mismo 68,75 al año. Eso sí, la cantidad que irá destinada exclusivamente al presupuesto del femenino no ha trascendido. La historia continúa.

Fue el 18 de mayo de 2019 en Budapest cuando algo cambió en el Barcelona. Las azulgrana afrontaron su primera final de Champions con la ilusión de quien al fin consigue el sueño tan perseguido, pero la goleada ante el Olympique de Lyon (4-1) fue un golpe de realidad.

Las barcelonistas sabían que técnicamente y tácticamente no eran peores, pero físicamente estaban dos escalones por debajo del Lyon, entonces gran dominador continental. Esa noche, después de salir goleadas de Hungría y con la herida aún abierta se hicieron una promesa: ganar la Champions.

Lluís Cortés dirigía a ese combinado en el que sólo había dos extranjeras sobre el campo: Lieke Martens y Toni Duggan. Ese equipo se unió y vio dónde estaba su gran debe: en el físico. Así que en la siguiente temporada, la 2019-20 decidieron dar un paso más y el trabajo físico fue más duro y más fuerte que nunca. Querían llegar al nivel de las grandes potencias de Europa, que si perdían no fuese por el físico.

Aquella fue una de las pretemporadas más duras del equipo. Ese era el gran debe y fue donde se puso el foco. Las azulgrana supieron mantener su juego de toque, ese ADN de La Masía y construyeron un proyecto sobre los cimientos de aquella final con fichajes de renombre y un trabajo físico extremo. Ese verano llegaron Graham Hansen, considerada una de las mejores jugadoras del planeta; Jenni Hermoso, la gran goleadora que les faltaba que, además, conocía la casa. Dos fichajes de lujo para pelear por todo.

Sin embargo, la pandemia obligó a jugar una fase final de la Champions a partido único y en pretemporada, el Barcelona en San Sebastián se dejó su segundo billete a la gran final de Champions ante el Wolfsburgo. Pero, una temporada más tarde todo cambió.

El Barcelona, ya con Crnogorcevic en el equipo y Hamraoui y Vicky Losada aún de azulgrana llegó a la gran final de Gotemburgo con el cartel de favorito. El Chelsea iba a ser su rival y esta vez las azulgrana no querían que se les escapase. Y no lo hizo. Partidazo, goleada y primera Champions que viajaba a España.

"Todos nos comprometimos después de la final de Budapest a que daríamos nuestro 200% para volver a jugar una final y para intentar ser campeonas de Europa otro día", dijo Lluís Cortés antes de aquella final. El domingo llega la tercera final en cuatro años. Porque en Budapest algo en el Barcelona cambió…

La Masía siempre ha sido un hervidero de grandes futbolistas. De ahí salieron nombres como Puyol, Iniesta, Piqué, Xavi, Guardiola o el mismísimo Messi. También es un moldeador de jugadoras. No obstante, la primera Balón de Oro del fútbol femenino español, Alexia Putellas estuvo un año en al cantera azulgrana, pero tuvo que salir al no tener equipos de su categoría. Ahora, el club tiene varios equipos en todas las edades, las jugadoras pueden vivir en La Masía y se trabaja igual que con los chicos. Los frutos han llegado hace tiempo, pero el árbol sigue dando grandes alegrías.

La cantera y el trabajo de captación desde muy jóvenes están funcionando también en el femenino. Porque en la plantilla azulgrana la cantera está muy presente. Gemma Font, Jana Fernández, Leila Ouahabi, Aitana Bonmatí, Claudia Pina y Bruna Vilamala se formaron allí y ya son jugadoras del primer equipo por derecho propio. Mención aparte merece siempre una Melanie Serrano que con 14 años debutó en el primer equipo azulgrana, pero empezó jugando en su Lebrija natal. También Alexia, a pesar de que pasó un año por la cantera azulgrana, se formó en el Espanyol.

Aún así, el trabajo va más allá que las canteras ‘puras’. Jugadoras como Mariona, Patri Guijarro o Cata Coll llegaron a Can Barça siendo muy jóvenes. Además, el club ha sabido sondear bien el mercado para llevarse a las mejores españolas como Sandra Paños, Mapi León o Pereira, debilitando a rivales directos y, además, reforzando muy bien a su equipo. A ellas se suman fichajes de renombre como Irene Paredes este verano, Jenni Hermoso, Rolfö, Martens, Oshoala, Engen y Graham Hansen.

Jugadoras diferenciales para apuntar un equipo basado en la cantera y el producto español con lo mejor de cada lugar: Martens fue mejor jugadora UEFA el año que llegó, Oshoala es la mejor africana desde hace bastantes años, Hansen está considerada una de las mejores jugadoras del mundo o Rolfö que lidera a Suecia y ha encontrado en Barcelona su mejor versión. Una Barça ‘Made in La Masía’ pero sin olvidarse de traer a las mejores en cada puesto… Y como explicaba Jordi Mestre, siempre pendientes de que "encajen en el sistema".

Lluís Cortés aterrizó en el Barcelona el 9 de enero de 2019. Con el equipo perdido en la Liga, sin dar señales de poder competir al mejor Atlético en años y sumido en una crisis. El técnico no logró arrebatarle el título liguero al conjunto rojiblanco, pero imprimió un nuevo carácter al equipo y le hizo creer. Tanto es así que alcanzó su primera final de Champions esa misma temporada.

El técnico de Balagué revolucionó al conjunto azulgrana. Una nueva preparación física, más alternativas en el juego y siempre con ese ADN Barça que le hacía especial.

La siguiente temporada, fue atípica. El preparador inculcó una nueva forma de jugar, subió a jóvenes de la cantera y ayudó a confeccionar un proyecto ganador. Sin embargo, la pandemia lo cambió todo. Ganó la Liga sin terminarla, también la Copa, aunque una temporada más tarde, y llegó a semifinales de Champions, en la pretemporada de la 2020-21. Aquel curso fue un antes y un después.

El entrenador azulgrana creó una máquina de hacer fútbol. Con una Jenni Hermoso desatada de cara a gol, una Alexia con total libertad de movimientos, una Aitana más madura y físicamente más fuerte, una Mapi que era un muro y una Sandra Paños que paraba todo lo que le llegaba. Ese curso empezó con una pretemporada de Champions, en la que las azulgrana cayeron ante el Wolfsburgo y terminó con un histórico triplete.

Sólo se empató un partido en la Supercopa, que los penaltis privaron de acceder a la gran final, una derrota frente al City en Champions, tras un 3-0 en el partido de ida, un empate contra el PSG también en competición europea y su única derrota liguera ante el Atlético. Es decir, cedió dos empates y dos derrotas en todas las competiciones en todo el curso. La temporada terminó con la primera Champions para España y polémica.

El de Balagué dejó su cargo por desavenencias con la plantilla. Él advirtió que se fue con al conciencia muy tranquila y el trabajo hecho. El proyecto ya estaba lanzado y Jonatan Giráldez, que había estado en su cuerpo técnico, cogió las riendas del equipo. El gallego ha seguido la misma línea, pero le ha dado una vuelta de tuerca.

Cuando puede tiene un fútbol más directo, ha encajado a Rolfö como lateral izquierdo con un rendimiento excelente, ha dada la alternativa a varias canteranas y ha sabido mantener lo bueno que había dejado el legado de Cortés. La misma estructura, un centro del campo único en el mundo y Hansen siendo un puñal son las mejores armas de este Barcelona.

El vigués, de hecho, ha conseguido lo que no logró su predecesor: levantar la Supercopa y terminar la Primera Iberdrola con pleno de victorias. Se queda con el lunar de la derrota ante el Wolfsburgo en la vuelta de semi finales y el reto de levantar esta Champions este sábado y la Copa para mejorar lo que ya era histórico y levantar un póker de títulos en la misma temporada.

El Barcelona está predestinado a marcar una nueva época en el fútbol femenino mundial. Su fútbol preciosista, su forma de atacar y defender y tener en sus filas a las mejores jugadoras ahora mismo del planeta lleva a pensar que el club azulgrana podría marcar una época. El reto es mayúsculo.

Superar las cinco Champions seguidas del Olympique Lyon parece casi imposible, pero la ambición de este equipo parece no tener límites y cada año mejora lo anterior. Por eso, ganar a las reinas de Europa en la gran final significaría un cambio de ciclo. Y en Francia también lo saben.

El proyecto azulgrana parece sólido y con jugadoras en el mejor momento de su carrera. Jugadoras como Mapi (26 años), Alexia (28), Patri Guijarro (24), Aitana (26), Mariona (26), Hansen (27) o Pina (20) aún tienen muchos años de fútbol y conforman una base en crecimiento. Porque cada año el Barcelona es capaz de mejorar aún más lo que tiene sin perder ni un ápice de su calidad.

El futuro parece azulgrana y con un nombre propio: Alexia Putellas. La de Mollet del Vallés es la piedra angular de este proyecto conformado para reinar en Europa y el mundo durante años. La centrocampista crece partido a partido, por calidad, por mejora en sus prestaciones y por experiencia. Alexia lidera al Barcelona y a la Selección. Alexia marcará una época en el fútbol femenino español. Porque Alexia ya es leyenda…