Bale, ni en el día de su adiós
El galés, fuera del banquillo de nuevo. Alega problemas en la espalda. No se despedirá del Bernabéu tras nueve años de más a menos.
No habrá despedida entre Gareth Bale y el Santiago Bernabéu. Nada demasiado sorprendente, dada la trayectoria reciente del galés en el Real Madrid, pero parte de la afición sí esperaba que el británico estuviese en el duelo ante el Betis, aunque fuese al menos en el banquillo, para cerrar una etapa que arrancó hace nueve años, cuando firmó por el Madrid a cambio de 101 millones de euros, procedente del Tottenham.
El galés ha alegado que sus problemas de espalda persisten para no estar en la convocatoria final, pese a que sí entró en el primer corte, compuesto por 25 futbolistas. Viene usando esos problemas de espalda como coartada para no estar ni siquiera presente en el Bernabéu, ya lo hizo ante el Barcelona en el Clásico, en un partido en el que tenía opciones de ser titular ante la ausencia de Benzema; días después, jugó un partido completo con Gales a gran nivel, marcando dos goles.
El fin de la era Bale
Tampoco estuvo en el Madrid-Espanyol, día en el que el Madrid se proclamó campeón de Liga, con la posterior celebración tanto en el estadio como en Cibeles. Aquel día argumentó que un espasmo le había dejado sin posibilidad de moverse, por lo que prefirió mandar una felicitación a través de las redes.
En el Real Madrid nada sorprende en torno a Bale, y tampoco quieren darle importancia a estos detalles, pues consideran su etapa en el club cerrada, a falta de que llegue el 30 de junio para que deje de ser, oficialmente, jugador madridista. Sin embargo, su ausencia en el estadio ante el Betis, en el último partido de Liga en el Bernabéu, impedirá que la afición pueda expresar su agradecimiento a un jugador cuya etapa final ha sido kafkiana, pero que en la primera fue un peso pesado en el Madrid de las cuatro Champions en cinco años.