"¡A por el City!"
Cerca de 150.000 aficionados recibieron al Real Madrid en Cibeles. Ancelotti se arrancó a bailar y lanzó un grito de guerra de cara a la Champions. Gareth Bale no acudió a la fiesta.
Una fiesta con el sueño de ser el preámbulo de otra. El Real Madrid volvió a pisar Cibeles cuatro años después y la parroquia madridista se lanzó a la calle para arropar a sus ídolos y empezar a preparar anímicamente la vuelta contra el City. “¡El miércoles, más!”, se escuchó entre los jugadores, un espíritu correspondido por los hinchas, que en diferentes momentos cantaron “¡Sí se puede, sí se puede!” pensando en empujar al equipo hacia la final de la Champions.
Pero se festejaba la Liga y los futbolistas siguieron la ‘orden’ de Carletto. El italiano ha venido diciendo en los días previos que la exigencia total del club hace que las celebraciones duren poco, por lo que antes del choque contra los cizitens está la alegría del trigésimoquinto entorchado liguero y no había que reprimirla.
Una felicidad de la que fueron partícipes todos menos uno, Gareth Bale, que volvió a dar la nota. No estaba en la lista aduciendo un supuesto espasmo en la espalda y el galés decidió borrarse también de la fiesta. Otro feo al madridismo pero en especial a sus compañeros...
Una fiesta que arrancó sobre el césped entre capotazos toreros de Nacho y hasta invitados especiales, como el tenista Carlos Alcaraz, que compartió confidencias en el césped del Bernabéu con Ancelotti. Carletto mereció un capítulo propio. En el bus descapotado de la rúa se arrancó incluso a bailar con Vinicius y Militao.
A las 20:49 horas y con la banda sonora de La Guerra de las Galaxias apareció finalmente el equipo y lo hizo con el trofeo sano y salvo, para evitar accidentes como el de Ramos con la Copa del Rey 2014, gracias a un curioso mecanismo: llegó atado con cinta aislante...
Momentos musicales para todos, desde el “¡Campeones, campeones!” de Marcelo (que cogió el micro para lanzar un dardo a los hinchas del Atlético) y el “¡Cómo no te voy a querer!” de Modric. El momento cumbre lo puso Ancelotti, que cerró su speech de agradecimientos lanzando un grito de guerra: “¡A por el City!”.
La Liga 34 no se pudo celebrar en multitud por culpa de la pandemia. Por eso, el madridismo festejó doble. Un calentamiento de lujo para la Champions.