Cum laude en Salamanca
Después de un inicio timorato, y encajando en el 5', el Racing se hizo con el control del partido, superó al Unionistas, ganó bien y es líder virtual
¡Vaya semanita! Visita al primero y al tercero de la tabla, dos victorias, seis puntos, golaveraje a favor ante dos rivales directos y con la autoestima por las nubes, tras haber dejado sus mejores minutos de la temporada, sobre todo por el nivel de los rivales y la importancia de los puntos, los primeros 45' en Riazor y los últimos 75' en el Reina Sofía. Lo de hoy, además, delante de mil de los suyos, que vivieron una fiesta del fútbol disfrutando de su equipo y hermanados con la afición rival, que también lo dio todo.
Los primeros minutos del Racing en el partido fueron patéticos. De equipo menor, perdedor en todos los duelos, en todos los rebotes, incluso, y como superado por el acontecimiento. No se había quitado todavía el árbitro el silbato de la boca tras pitar el inicio del partido cuando, a los 15'', Parera tuvo que hacer un paradón extraordinario a Rayco ante la inacción de sus cuatro defensas. Y a los cinco minutos ya no pudo hacer otro milagro ante un nuevo fusilamiento desde el pico del área pequeña. Una falta mal defendida, con demasiada gente parada. El peor escenario posible para un arranque de partido: desconectado y perdiendo.
A partir del cuarto de hora, y tras un par de cabalgadas de Íñigo que hicieron de toque de corneta para los suyos, el partido se igualó, el balón empezó a llegar a los trescuartistas del Racing, pese a la premiosidad de Borja Domínguez a la hora de circular el cuero. Así, con Íñigo, Arturo y, sobre todo, Pablo Torre creciendo, llegó el empate, con un gran centro de Arturo desde la banda derecha y cabezazo certero de Pablo Torre, que ganó el segundo palo a los centrales.
La segunda parte fue otra historia. El Racing ejerció de grande. Dueño del balón, del espacio y de la dinámica del partido, a Unionistas no le quedaba otra que achicar agua. A los tres jugadores que habían llevado la antorcha en la primera mitad se unió Bustos, que dejaría en Salamanca sus mejores minutos en meses, y un inconmensurable Álvaro Mantilla. El coloso de Maliaño no solo se comió a Rayco, sino que hizo un par de cruces a la espalda de Bobadilla que resultaron oro molido. Y, además, marcó.
El gol del camargués, rematando con la izquierda (o con el corazón) un centro de Bustos al primer palo en la continuación de una acción de estrategia. A partir del 1-2 el Racing no perdió el control del juego, y únicamente las cabalgadas de Cris Montes, por la derecha, el mejor de los suyos, que hizo sufrir como nunca a Eneko Satrústegui. Solo en las acciones a balón parado, uno de los fuertes de los de Dani Mori, parecía que podría llegar la reacción salmantina. No fue así, aunque en la última acción del partido, la tuvo Salinas, que remató muy franco un saque de esquina al que había subido incluso Salva, el portero unionista. No hubiera sido justo, hoy el Racing fue claramente mejor durante 75' que el cuadro local.