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REAL MADRID

Benzema se sincera en 'France Football': "Amo el fútbol a un toque"

El delantero del Real Madrid ha concedido una entrevista a 'France Football' en la que se ha sincerado y en la que ha analizado distintos aspectos de la temporada.

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Karim Benzema ha sido elegido mejor jugador francés del 2021 por France Football. La prestigiosa revista, que entrega también el Balón de Oro, ha entrevistado al delantero del Real Madrid en su versión del mes de enero, reconociéndole el gran nivel que ha atesorado a lo largo del último año. El internacional francés ha hablado de su gran momento de forma, de la forma en la que concibe el fútbol y también de cómo ha asumido el liderazgo del Real Madrid tras la marcha de Cristiano Ronaldo.

Si realmente se le está apreciando justamente ahora: “Hum… Es mejor decir que estoy siendo realmente valorado por bastantes personas. Pero, aparte de las estadísticas, marcando más goles, creo que no ha cambiado mi fútbol. Moverme, generar, dar asistencias, jugar en punta, jugar a un toque… Sé hacerlo desde hace tiempo y siempre lo he hecho. Sigo siendo el mismo jugador”.

Fue criticado por jugar así: “No consumimos el fútbol como antes. No podemos seguir un partido durante 90 minutos. Están las redes sociales. No nos tomamos el tiempo en mirar lo que hace un jugador en el terreno de juego, solamente nos fijamos en el que ha marcado. Y al día siguiente consideramos a este último como el mejor. Esto ya me ha sucedido. No juego un buen partido, marco y soy visto como el mejor. No me gusta este tipo de fútbol, pero en el futuro va a producirse cada vez más así. Se ha convertido el fútbol en un deporte que vemos solo las estadísticas, hay que adaptarse y me adapto bien”.

Si un amante del fútbol puede amar el jugador qué es: “Cuando juego, intento respetar el fútbol. Por ejemplo, no puedo tirar si no tengo ángulo cuando hay un compañero desmarcado. Voy a pasarle el balón. No hay el: “Ah, pero posiblemente voy a marcar”. Cada uno tiene su forma de ver el fútbol, pero intento ir en la buena dirección”.

Hace mejores a sus compañeros: “Por supuesto, intento hacer al resto mejores. Y esto es también respetar al fútbol: Hacer un buen apoyo, el buen pase, si alguien tiene la pelota, no estorbar su espacio y atraer a los defensores, pero sí descartarse para dejarle la libertad. Después, no sé si soy el sal, el pimiento o la pimienta. Un poco de todo”.

Si es consciente de hacer mejores a los demás: “Lo veo en el terreno de juego. Tomamos el ejemplo de Vinicius. Sé que le he aportado. Hay que preguntarle. Ahora mismo, no es el mismo jugador. Él hace lo que debía hacer desde hace tiempo y no puedes reprocharle nada. Es un joven jugador, es bueno. Sé que era capaz de producir bastantes más. Había que decírselo nada más. Entonces, en apenas dos-tres frases en el terreno de juego, en dos-tres movimientos, le muestro las cosas, sobre todo en los últimos 20 metros. Debe tomar las decisiones por sí mismo, centrar para asistir, no por nada, tirar o marcar. Levanta la cabeza. Mirad al de antes, ha puesto todo eso en marcha. Ahora, sí, es Vinicius. Antes, nadie debió decirme eso. Jugaba con los más grandes de pequeño. Debía mirarles y recopilar información más rápido. Aprendí a jugar rápido, con la cabeza. Analizo el juego de mis compañeros. Sé poco a poco que quieren hacer”.

Un jugador único: “Sí. Podemos decir algo así claramente. No juego como un 9 que se queda en el área pero sabe hacerlo también. No juego como un 9 que solo sabe desmarcarse pero sé hacerlo. Esto es fruto de mucho trabajo. Crecí mirando a Ronaldo, el delantero brasileño, y, para mis ojos, sabía hacerlo todo. Cogí varias cosas de Zidane y Ronaldo, realmente casi todo. Zizou, por ejemplo, sus controles. Sabe cuando hacer un buen pase, un buen regate con clase. Ronaldo, aprendí sobre todo a tomar riesgos, el regate y el gol. Después, no soy como ellos porque se sitúan muy arriba”.

Si sabe lo que va a hacer cuando recibe la pelota: “Sí, es algo obligatorio. En el fútbol actual, no tienes tiempo. Va más rápido que de costumbre. Hay más intensidad en el juego. Si recibes y comienzas a reflexionar uno o dos segundos, ya tienes a dos jugadores o tres adversarios que vienen, es complicado. Ya he pensado lo que quiero hacer y después me digo a mí mismo: “Voy a darle este pase a este jugador y va a hacer este movimiento”. Por eso tengo dos cuerpos de avance. Lo primero que activo es mi cerebro. Cuando recibo el balón, no tengo necesidad de que un compañero me la pida. Aquellos con los que juego lo saben. El balón llega, no es necesario que digas mi nombre. Voy siempre a buscar la mejor cosa para hacer. Amo el fútbol cuando se juega a un toque y es fluido y cuando se toman riesgos a través de los movimientos. El compañero que se encuentra solo, se la pasas. Te la devuelve. Te encuentras solo ante el portero, intentas una finta y se las da a tu compañero. Es el fútbol que amo. Y cada vez que juego, es lo que hago, no pienso cambiar nunca. Es como conducir un Ferrari. El fútbol tiene que ser elegante y bonito”.

Si generar juego le gusta más que definir: “No. Construir y definir son dos cosas distintas. La construcción genera un placer colectivo. Lo encuentras con los movimientos, tocas el balón e, incluso cuando no lo tocas, abres espacios para el resto. El gol aporta una sensación fuerte individualmente e importante colectivamente, come una doble sensación. Entonces, marcar un gol vuelve a ponerte las aceleraciones con el Ferrari. Me encanta hacer jugar, pero sé marcar. En el entrenamiento, hay que meter el balón diez veces a ras del palo y yo lo meto diez veces. Tengo esta oportunidad de amar el juego, de ser un atacante diferente. Pero amo también meter goles. Normalmente, no puedes hacer las dos cosas. Pero a mí me llega”.

Su 9 ideal: “Alguien que sabe hacerlo todo, tanto para aportar a su equipo con sus movimientos, pases decisivos y apoyos, como por los goles. El gol que le marqué al Atlético de Madrid (12 diciembre), intento presionar a Koke, pierde la pelota, la recuperamos, Casemiro me la da, y termino la jugada. Esto no puedes hacerlo después durante 90 minutos porque demanda muchos esfuerzos. Entonces, intento repetirlo. Lo hago de cinco a diez minutos por partido”. Le preguntan si es el 9 ideal: “Sí, pero no tiene nada que ver con los otros. Hablo de este rol y del atacante que me gusta. Todos los jugadores disponibles tienen capacidades diferentes. Si mi hijo un día juega al fútbol en la misma posición, me encantaría que jugara de la misma manera que yo. Y no que no sepa marcar un gol”.

Qué reflexiona cuando no tiene la pelota y está alrededor suyo: “Depende de las situaciones. A veces, hablo con los mejores. Presionar está bien, pero hacerlo simplemente por un pase, y después repartir, no está bien. Hay que presionar y moverse por algo. A veces, durante tres minutos, no toco la pelota para analizar lo que pasa, por ver si el defensa va a venir a por mí o me va a liberar el espacio. Tengo necesidad de ello. Si me voy a mover, por ejemplo en la banda izquierda, incluso sin querer recuperar el balón, para ver si el central me sigue. Si no es el caso, después cuando me muevo, sé que no me sigue y podré volver. Si es el caso, sé que podré jugar en uno o dos toques. Tomo información del adversario. Soy como un ordenador. Es la visión”.

Si tiene una inteligencia para el resto: “Puede ser. Intento llegar a ese punto o intentar que mi equipo disfrute. Si voy a un lugar es porque el balón va a pasar ahí. Pienso así desde hace mucho tiempo y no sé si tiene una intención”.

Interpretar y jugar distinto a Cristiano Ronaldo: “Es simple. Cuando jugaba en el Real Madrid, marcaba entre 50 y 60 goles por año. Entonces, tú debes adaptarte a esta realidad. Debía moverme para darle ventaja en el campo y generarle espacios porque hacía muy buenos toques en el área rival. Tenía mucha más efectividad que yo en el gol. Le daba asistencias como él me las daba. Cuando se fue, lo que cambió es que era yo el que asumía estas responsabilidades, marcar los goles y dar asistencias al resto de mis compañeros. No juego como Cristiano Ronaldo y él no juega como Benzema. No pasé de teniente a líder. No me preguntaba si tenía que darle todos los balones. Jugaba, pero él metía el doble de goles. Mi juego no se hizo más natural desde que se marchara. No quiero decir que, ahora, todo pasa por mis botas, pero soy yo el que genera y el que finaliza. Creo las ocasiones y las termino. En Lyon, es lo que hacía. Ahora, es lo que hago en el Real Madrid. Cuando Cristiano estaba, era más bien yo el que generaba y él el que marcaba”.

Los jugadores con los que más ha disfrutado jugando: “Cristiano Ronaldo, Juninho, Fred, Özil, Zidane en los entrenamientos también. Jugadores que son técnicos y el fútbol en el que haces un apoyo y el balón te viene, se lo devuelves, vuelven a pasártelo…”.

El 3-2-4-1 en Francia con Mbappé y Griezmann en ataque: “En todo caso, por el momento va bien. Me encuentro en las mejores condiciones. Después, en la selección francesa, durante una semana, no entrenas mucho, hay que recuperarse, pero son buenos jugadores, por lo que todo el mundo sabe hacer movimientos. No es una cuestión de automatismos. Son seis años que no había ido convocado, tenía que adaptarme. No hubo que tomar mucho tiempo. No es un trío. Un trío son tres delanteros en la misma línea. Mbappé y yo estamos más altos, Griezmann juega detrás de nosotros dos. Es él el que está en el primer pase. Debe coger el balón y alimentarnos. No podemos movernos mucho en dónde se encuentra”.

Si intenta ridiculizar a los defensas con los regates: “No juego para eso. Cuando hago un drible, no lo hago para ridiculizar a un defensa. Lo esencial consiste en hacer mi partido, ayudar a mi equipo a ganar. No sigo bastante este tipo de cosas”.

Si cree que puede mejorar: “No. Ahora mismo solo pienso en seguir a este nivel. Todo el mundo dice: “Podrías estar un poco mejor, máquina”. Pero yo no lo veo. Técnicamente, tácticamente, mentalmente, físicamente… Ahora, hay que ganar los trofeos colectivos”.