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FRANCIA

El último candado francés que dejó seco a Mbappé

William Saliba, con tan solo 20 años, realizó una actuación majestuosa ayer contra el PSG, dejando un corte para enmarcar ante Mbappé al final.

Actualizado a
El último candado francés que dejó seco a Mbappé
ERIC GAILLARDREUTERS

Corría el minuto 80 de Le Classique, el PSG estaba contra las cuerdas con un jugador menos ante el Marsella y los parisinos ya daban por bueno el empate. Sin embargo, una gran ruptura de Mbappé dejó al delantero solo para encarar la portería rival, algo que hizo enmudecer durante dos segundos a un Vélodrome lleno a rebosar antes de que diera lugar a la mejor acción defensiva del partido.

William Saliba, que estaba realizando un encuentro memorable a sus 20 años, apareció con una potencia desorbitada para cortar el contraataque del PSG y para secar a Mbappé con un tackle a la altura de los mejores defensas del mundo. La acción, brillante por anticipación, interpretación de la jugada y por estar al límite, elevó a los altares el partido del internacional francés sub 21, que es, actualmente, uno de los defensas con más proyección de Europa.

Fichado en su día por el Arsenal por 30 millones de €, Saliba se ha convertido en uno de los mejores centrales de la Ligue 1. Ha recuperado el gran nivel que mostró con tan solo 18 años en el Saint-Étienne y ayer fue una pesadilla para Mbappé. Ganó 4 de los 5 duelos que tuvo en el suelo, tuvo un 96 % de acierto en pases, siendo la mayoría de ellos hacia adelante para superar líneas de presión y, además, lideró la defensa del Marsella ante un PSG que apenas inquietó a su rival durante los 90 minutos.

Imponente en salida de balón, batiendo líneas ya sea en conducción o con un pase vertical, rápido al corte, inexpugnable en los duelos y, sobre todo, inteligente al corte, Saliba está en el mejor momento de su carrera. El Arsenal, como ya hiciera en enero al Niza, le cedió a Marsella sin opción de compra y el jugador ha demostrado con creces estar preparado para liderar a un equipo con grandes aspiraciones en Europa. Sin duda, uno de los aspectos en los que más brilla es en la sangre fría que tiene para afrontar situaciones límite (como ayer en la jugada ante Mbappé) o para no arrugarse en contextos desfavorables. En Francia, con permiso de Koundé, no hay un central que, ahora mismo, tenga la proyección del defensa del Marsella.

"Sabía que tenía que frenar a Mbappé, ya sea para ser expulsado o para sacar limpia la pelota", subrayaba ayer en rueda de prensa el talento de Bondy, que nació, precisamente, en el mismo barrio que el delantero del PSG. En verano, el exjugador del Saint-Étienne volverá al Arsenal, equipo en el que, incomprensiblemente, apenas ha tenido oportunidades. Ayer, contra un PSG con Mbappé, Di María, Neymar y Messi en ataque, Saliba fue un central dominador al que no le tembló el pulso a la hora de ir al suelo. Si consigue pulir su contundencia dentro del área, estamos ante uno de los centrales que puede liderar la selección francesa durante una década.