"Disfruto día a día, no miro más allá". Lo viene diciendo Zinedine Zidane cada vez que se le asalta con presuntas sobre su futuro y si ese día a día del marsellés se circunscribe a sus partidos como entrenador, hoy lo disfrutará por vez número 250. Esos son sus partidos con el primer equipo blanco, jalonados con once títulos, casi uno por cada 24 partidos entrenados. Un récord brutal. 

El 9 de enero de 2016 se inició la segunda vida de Zidane, la de entrenador. Un premonitorio 5-0 al Deportivo, un aperitivo de lo que se venía. Tenía sólo 43 años, seis meses y 17 días y había pasado casi una década (en días, 3.534) desde que se despidiera del Bernabéu como futbolista, cuando se retiró como emperador galáctico pese a que aún le quedaba un año de contrato. Aquel frío día de enero empezó un trayecto para el que había hecho carrerilla primero como ayudante de Ancelotti (estuvo en la Décima) y luego en el Castilla.

Un Zizou entrenador que se ha situado en el olimpo del club, mano a mano con Miguel Muñoz, el único que ha dirigido más partidos (498) que él. Esta misma campaña el francés superó a uno de sus maestros, Del Bosque, que se quedó en 233. En dos etapas. Primera parte de la película con 100 partidos hasta la final de Kiev, 149 después en la secuela, hasta hoy. Aquel retorno del deseado, en 2019, generó dudas pero no en un hombre que conocía bien a las dos partes. A Zidane, por tenerlo de ayudante, y al Madrid, por ser su entrenador. "Zidane y el Real Madrid son el matrimonio perfecto, esta vuelta va a funcionar", aseveró Carlo Ancelotti desde Italia.

La cantidad de registros, monumentos futbolísticos y datos para la historia del club han ido cayendo en cascada. De su mirada a un lugar venerado en el club, La Fábrica, de donde ha hecho debutar hasta ahora a trece canteranos: Mayoral, Seoane, Yáñez, Luismi Quezada, Enzo Zidane, Óscar Rodríguez, Franchu, Tejero, Luca Zidane, Marvin, Arribas, Chust y Hugo Duro. Ligas, dos, Champions, tres, y así hasta once títulos arropado por pretorianos en los que Benzema (203 partidos a las órdenes) ha sido su protegido, estandarte y finalmente motivo para sacar pecho. "Karim es la hostia", dijo sin cortapisas hace apenas un mes. Detrás, con 202, viene Kroos, otro de sus intocables. "Cuando me retire podré decir que entrené a Toni". Curiosamente, Lucas Vázquez ha sido el séptimo más utilizado, en 185 partidos. Certificación total de que es uno de los suyos, aunque fuera partiendo como suplente. Zidane no ha parado de engordar el palmarés de la entidad mientras sonreía al escuchar que lo suyo "era flor" porque lo hizo imponiéndose de manera sistemática a la inmensa mayoría de sus colegas.

Su entrenador rival 'favorito' es precisamente Mendilibar, el que le visita en este su partido 250 como entrenador blanco. Se ha medido al técnico vasco en nueve ocasiones, con ocho triunfos y sólo un empate. Por número de ocasiones cara a cara, Simeone: de 13 derbis le ha ganado seis, han empatado cinco y únicamente se ha llevado el Cholo dos. De hecho, Simeone y Mendilibar son los únicos que siguen en sus respectivos cargos desde aquel 9 de enero de 2016 en el que Zidane hizo su kilómetro 1 con ese 5-0 al Depor. Es más, en Primera de aquella  jornada sólo siguen Emery, Abelardo, Marcelino y Javi Gracia, aunque ahora en diferentes banquillos. La persistencia y permanencia de Zidane son rara avis. Exceptuando el hiato con Lopetegui y Solari, Zidane se ha visto en ese periodo contra cuatro entrenadores al otro lado del puente aéreo: Luis Enrique, Valverde, Setién y ahora Koeman. A todos les ganó Clásicos.

En este periodo, su victoria más abultada ha sido un 7-1 al Depor (en 2018) y un 1-7 en Copa del Rey a la Cultural (en 2016). En el reverso de la moneda, el 4-1 sufrido este mismo curso (el 8 de noviembre pasado) en Mestalla ha sido la única vez que un Real Madrid bajo la batuta del técnico franco-argelino encajó cuatro tantos.

Datos y más datos que ya hizo saltar por los aires en su partido número 100 y que no suelen importar demasiado al propio Zidane, más pendiente de mantener su estado de felicidad propia y a su alrededor, la famosa Felizidane. El mismo Florentino Pérez que asomó desencajado al adiós de Zidane el 31 de mayo de 2018 agradeció a los dioses de este deporte la vuelta del marsellés tras la Supercopa de España en Arabia Saudí: "Zizou es un regalo del cielo". Una relación casi paterno-filial, porque el máximo mandatario blanco sigue asegurando, ufano, que los madridistas le agradecen aún hoy que fichara... al Zidane futbolista. Eso no ha impedido que ante vaivenes de resultados hayan emergido nombres muy bien vistos por las altas instancias del club como Mourinho, Pochettino y Joachim Löw.

En su trato con el club no todo han sido días de vino y rosas, tampoco con los fichajes y salidas recientes, como su pulso interminable con el disidente Bale. Se enfrentó públicamente a la entidad, cosa rara en Zidane, por el fichaje de Kepa y el tiempo le dio la razón en su manera de manejar esa transición entre Keylor y Courtois, pero su insistencia en traer a Hazard, al que venía recomendando desde 2012, le ha salido de momento rana. También se le achaca no haber sabido encajar a Odegaard.

Cuestiones de manejo de personal y de despachos, que desgastan pero no enturbian la trayectoria casi inmaculada de Zidane. Suma y sigue hasta 250 y por ahora promete más, aunque haya herederos como Raúl cada vez más cerca del punto de ebullición. Pero esa, como suelen decir los cliffhangers cinematográficos, es otra historia.