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CLASIFICACIÓN MUNDIAL I ESPAÑA - KOSOVO

Zipi y Zape tiran de La Roja

Dani Olmo y Ferran Torres desatascaron a la Selección, que ya es líder de grupo. Unai Simón falló en el 2-1 y Gerard Moreno evitó sustos.

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Zipi y Zape tiran de La Roja

No sé qué pensarán Pepe, Manolo o Lucas, los tres aficionados ficticios a los que aludió Luis Enrique en la víspera para justificar sus decisiones, pero seguro que los tres dan su bendición a la inclusión de Dani Olmo y Ferran Torres en el once titular de España. Brillaron ante Kosovo, con un gol cada uno, y han sido lo más brillante que nos ha dejado el arranque de las eliminatorias mundialistas. Ya no habrá más partidos ni experimentos antes de que Luis Enrique dé la lista de 23 jugadores para la Eurocopa. Zipi y Zape estarán en ella, seguro, buena parte del peligro ofensivo de La Roja pasa por sus botas.

Ellos fueron quienes mejor supieron leer la defensa que planteaba Kosovo. España generó más peligro en los primeros diez minutos que, por ejemplo, en todo el partido jugado hace una semana contra Grecia. Un disparo de Olmo, una galopada de Ferran que no encontró rematador y otra incursión de Alba dejaron claro que nos encontrábamos ante un paisaje distinto al de los dos anteriores compromisos. Kosovo había ondeado la bandera del buen fútbol, al menos del fútbol ofensivo y sin miedos, en la rueda de prensa del martes. “Aunque seamos un equipo pequeño, tendremos más oportunidades de ganar si tenemos el balón; para mí, especular con un 1-0 o jugar al contraataque no es fútbol”, anunció Bernard Challandes, su seleccionador. Pero esa medicina tiene contraindicaciones, como la de que el equipo se desnude cuando el rival logra romper la primera línea de contención. Challandes apostó de inicio por tres centrales, con doble pivote y una ausencia reseñable, la de Zeneli en la banda. Arriba era Muriqi en quien confiaban todos sus ahorros.

En España, mientras, la noticia en luces de neón era la ausencia de Sergio Ramos. El madridista se encontraba bien físicamente, reconocía el ayudante de Luis Enrique, Jesús Casas, en los micrófonos de RTVE poco antes del pitido inicial. Pues más extraño aún. En el resto del equipo, Marcos Llorente volvió al lateral derecho, como ante Grecia, Koke formaba de nuevo en el centro del campo, mientras que arriba lucía el tridente del partido que abrió las eliminatorias: Ferran, Morata y Olmo. En clave de derbi vasco, que el sábado aguarda la final de la Copa del Rey sobre ese mismo césped de La Cartuja, el Athletic empezaba ganando por 2-0: sus dos internacionales, Unai Simón e Íñigo Martínez, eran titulares, mientras que el único jugador de la Real en la convocatoria, Oyarzabal, descansaba en el banquillo. Aunque bien mirado, perder ahí quizá es ganar. Cualquier minuto de descanso es de agradecer por Marcelino e Imanol.

La Roja fue madurando poco a poco al rival. El dibujo inicial mutó en varios dibujos, con Koke partiendo en la izquierda y luego virando a la derecha, con Pedri transformándose en uno y mil pedris, una de las cualidades de la joya barcelonista. Sabe tocar rápido cuando los demás se mueven con pereza, sabe jugar lento allí donde todos tienen prisa y la pelota quema. Morata estiraba el equipo, casi siempre recibiendo de espaldas pero dejando espacio para los interiores. En una de esas, Olmo vio espacio extra, se colocó el balón en la derecha y nos regaló una parábola de PlayStation, con el esférico entrando por la misma escuadra. Literal. Lástima que no hubiera aficionados en las gradas para disfrutar de tanta belleza. Pero como no hay Zipi sin Zape, apenas tres minutos después Ferran también reivindicó su minuto de gloria. El del City se internó por la derecha y remató a la base del poste contrario, una acción de manual, dejando desarmado a Samir Ujkani, que vio cómo en dos zarpazos se venía abajo su ilusión de mantener la portería a cero.

Ese gran final de primer tiempo auguraba goles y festín en la reanudación. Pero no fue así. Esta vez Ujkani detuvo los remates españoles, mientras que Kosovo decidió irse arriba en busca de un gol que entrara en los libros de historia. Kastrati fue quien lo tuvo más cerca, pero Llorente e Íñigo Martínez despejaron el peligro. Pero fue un buen aviso a navegantes, porque poco después llegó el crochet de izquierda kosovar. Unai Simón salió en falso y el balón le llegó a Halimi en tres cuartos de ataque, pero pegado casi a la banda. El centrocampista del Sandhausen no se lo pensó dos veces y soltó un zurdazo que no pudo interceptar ningún defensor español. Un golazo y un error de bulto de Simón, que ante Kosovo disputaba su sexto partido consecutivo como titular.

Afortunadamente, La Roja reaccionó antes siquiera de que el miedo a un tropiezo de campeonato rondara por la cabeza. Y el gol no pudo llevar otra firma que la de Gerard Moreno, que había entrado ocho minutos antes en juego en lugar de Morata. Fue la rúbrica a un partido en el que España fue de más a menos y en el que Ramos jugó cinco minutitos más en su carrera por el récord mundial de internacionalidades (180, a cuatro del egipcio Ahmed Hassan). Lo importante, sin embargo, eran los tres puntos, que alivian los escalofríos del duelo con Grecia. Las eliminatorias para Qatar 2022 volverán en septiembre. Antes nos espera una Eurocopa en la que sacudirnos el polvo que nos dejaron los últimos tropiezos internacionales. Ferran, Olmo, Pedri y compañía nos permiten afrontar esta cuenta atrás de dos meses con mejor cara. Me da que Pepe, Manolo y Lucas cenarán hoy más tranquilos.