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BARCELONA

Colgados de Pedri

El Barça se rompió sin el canario, que demostró que, a día de hoy, es lo los pocos jugadores capaces de dar identidad a un equipo que Koeman desequilibró en el último cuarto de hora.

Pedri, en el partido ante el Cádiz.
JOSEP LAGOAFP

Aunque resulte del todo inaceptable cuando se habla de la plantilla mejor pagada del mundo, lo cierto es que el Barça terminó de hacerse papelillos este domingo cuando a Koeman se le ocurrió sustituir a Pedri. Por un lado, puede pensarse que si a este Barça no le da para aguantar un cuarto de hora un 1-0 contra el Cádiz por prescindir de un chico de 18 años, es que sus futolistas no tienen perdón. Por otra parte cabe preguntarse si el cambio de Koeman fue el adecuado. Porque durante diez minutos el Barça jugó con cuatro delanteros (Trincao, Braithwaite, Messi, Dembélé). La salida de Riqui Puig tampoco arregló nada. Le falta el talento innato que tiene Pedri para saber qué requiere el partido en cada momento, si acelerarse o parar.

Pedri se fue sin problemas físicos, aunque algo agotado también. Su ritmo de participación desde que se hizo con la titularidad es vertiginoso. Ha jugado minutos en todas las jornadas de Liga y ha pasado de ser un jugador de complemento a un futbolista imprescindible. Casi todo lo que hizo el Barça en el partido contra el Cádiz salió de sus botas. Provocó el penalti que transformó Messi y en la segunda parte se inventó un pase memorable que el argentino, menos acertado que en otras ocasiones, mandó a las nubes con la derecha.

El cambio de Pedri también desnudó las terribles carencias del Barça. Ningún suplente mejoró lo que había en el campo, y ya estaba siendo poquito. Pjanic ha llegado en unas condiciones físicas y de intensidad en los partidos inaceptabes para jugar en el Barça; Braithwaite no tiene entidad para jugar de delantero en una entidad de esta exigencia; y Riqui y Trincao desaprovecharon sus minutos. Claro que también hay que entender que dos jovencísimos jugadores que apenas llegan a los 20 años tengan más en la cabeza querer demostrarle cosas al entrenador que pensar qué le conviene más al equipo de cada momento. Pedri, mientras, ya puede cuidarse. Porque si no se lesiona, le esperan dos semanas moviditas de fútbol.