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STUTTGART 0 - RB LEIPZIG 1

Olmo tira de un Leipzig sin Szoboszlai

Con Angeliño y Olmo en el once inicial, los pupilos de Julian Nagelsmann llegaron con mucha claridad a la portería protegida por Kobel, imperial bajo palos.

Actualizado a
Olmo tira de un Leipzig sin Szoboszlai
Matthias Hangst / POOLEFE

El RB Leipzig mantiene la presión sobre el Bayern de Múnich y dormirá líder de la Bundesliga tras imponerse por 0-1 al VfB Stuttgart. El campeón de Múnich podrá volver a lo más alto de la clasificación en Alemania si no cae el domingo en el Allianz Arena frente al Mainz, pero el Leipzig puso a prueba que sigue con la confianza intacta después del mini-parón y quiere pelear la ensaladera a los bávaros. Se lo debe, en gran parte, a la dupla española formada por Angeliño y Dani Olmo, éste último decisivo con el tanto (su tercero en lo que va de temporada) que supuso la victoria para los de Sajonia.

Fue mejor el Leipzig desde el principio. Con Angeliño y Olmo en el once inicial, los pupilos de Julian Nagelsmann lograron contener la verticalidad del Stuttgart y llegaron con mucha claridad a la portería protegida por Kobel, imperial bajo palos. Fue el meta local el que más culpa tuvo de que el conjunto de la Red Bull, en el que su flamante incorporación Szoboszlai aún no había obtenido el permiso para debutar, se marchara al descanso sin el marcador a su favor. Detuvo una pena máxima a Forsberg y una ocasión clarísima a Angeliño. El mérito de que el Stuttgart siguiera vivo fue exclusivamente suyo.

No cambió la cosa en la segunda mitad. Salió el Leipzig decidido a llevarse un triunfo que le mantuviera en las inmediaciones del Bayern, pero siguió incapaz de batir a Kobel. El siguiente al que le tembló el pulso fue Haidara, que, solo ante el cancerbero badense, mandó el esférico fuera. Apretaba el Leipzig. Era un monólogo. Hasta que Angeliño volvió a la carga por el carril izquierdo, encontró a Olmo en el segundo palo y el internacional español, finalmente, batió a Kobel. Merecidísimo. Aunque su meta, Gulacsi, tuvo que firmar un paradón en el último suspiro para evitar que Anton rascara un punto para el Stuttgart.