Oficial: James, al Everton

James pasó en el Madrid de fichaje ‘galáctico’ en 2014 con Ancelotti, tras maravillar en el Mundial, a no contar para Zidane y ver los últimos partidos de la pasada temporada en la grada después de que el propio jugador pidiera no ser convocado. Con la marcha del entrenador italiano en 2015 comenzó a diluirse y perder importancia hasta ser residual. Primero con Benítez, con quien ya en pretemporada comenzó con el pie cambiado al no adelantar sus vacaciones como le pidió el por entonces entrenador blanco (jugó con él el 56,5% de los minutos) y después, con Zidane, que en la temporada 2016-17, antes de cederle al Bayern, sólo le utilizó el 33% de los minutos aunque fue pieza básica en aquella Unidad B que impulsó a conquistar la Liga.

Con la llegada del técnico francés al Madrid comenzó de manera clara su línea descendente. En 2017, Ancelotti acudió a su primer rescate y le incorporó a su Bayern. El colombiano firmó una cesión de dos años. El italiano fue despedido en octubre de ese año, pero acabó cuajando una temporada notable con Heynckes en el banquillo. El alemán supo revitalizarle. Después llegó Kovac y volvieron los nubarrones. Fue el jugador quien pidió al club alemán que no ejerciera su opción de compra al finalizar su cesión para volver a Madrid y buscarse un destino, consciente de que con Zidane no tenía las cosas sencillas. Apareció el Atlético y cuando tenía un pie y medio en el Wanda, el 3-7 de los de Simeone al Madrid en pretemporada le cerró las puertas del traspaso y le sumió en un profundo descontento. Esta temporada sólo jugó 728 minutos (14 partidos) en los que marcó un gol y dio dos asistencias. Su último partido fue el 21 de junio contra la Real (78’). Desde entonces fue suplente tres encuentros y, por petición propia, se quedó en la grada los últimos seis partidos. Ahora vuelve con Ancelotti, el técnico que supo sacar en el Madrid su mejor versión.