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LEGANÉS

Tarín, última frontera para el asalto al Pichichi de Benzema

Tarín, central del Leganés, se ha revelado como una de las claves pepineras en su resurrección. Ha pasado de apenas tener continuidad, a jugarlo todo. Y siempre en silencio.

Tarín, última frontera para el asalto al Pichichi de Benzema
Enrique de la FuenteGTRES

Está por ver que Karim Benzema juegue mañana en el Leganés - Real Madrid con el que los blancos cerrarán la Liga del 34º título y los pepineros, su desesperada batalla por permanecer en Primera. De competir, el francés buscará pelearle a Messi el Pichichi, del que le distancia sólo dos goles: 23 de la Pulga, frente a los 21 del francés. Un objetivo individual que tiene algo de colectivo (véase el frustrado penalti a lo Cruyff contra el Villarreal) en el que Rodrigo Tarín ejercerá de última, revitalizada y dura frontera.

El defensa central del Leganés se ha convertido en baluarte de una zaga en la que antes andaba desaparecido. En su segunda temporada como pepinero, este valenciano de 24 años amamantado en La Masía del Barça apenas ha tenido continuidad con tres técnicos que ha de este curso. Antes del parón apenas había jugado once partidos, seis de titular y de ellos, dos en Copa. No le ayudó la lesión de rodilla que sufrió en la segunda jornada. Escaso bagaje que ha aumentado tras el confinamiento. De los diez duelos jugados hasta la fecha ha competido en seis, todos de titular. Todos con un gran rendimiento, especialmente en los últimos cuatro en los que el Lega ha renacido con diez puntos de doce posibles.

Alto rendimiento como líbero

En los cuatro Tarín ha ejercido como líbero en sustitución de Kenneth Omeruo, que contra el Sevilla se rompió en una tarde aciaga (0-3) que apuntaba al descenso inminente de los pepineros. Ahí, entre centrales marcadores, no era donde estaba acostumbrado a jugar. Por su currículum como lateral derecho, solía situarse volcado al costado diestro. Sin embargo, en el eje se ha destapado como futbolista resolutivo.

Le ayuda su velocidad y buena colocación. Si a ello se le une que sabe tratar bien la pelota y que en la salida no titubea, se potencian sus principales virtudes. Así, contra el Espanyol supo secar a Raúl de Tomás, no sufrió demasiado contra Kike y Enrich en Eibar y contra el Valencia achicó balones como pocos en el bombardeo de centros che.

Pese a estas tres exhibiciones, quizá su acción más determinante llegó ante el Athletic, cuando en un mano a mano con Williams que dejaba al león sólo de Cuéllar, Tarín tuvo la sangre fría y habilidad de llegar al cruce, evitar el penalti y sacarle la pelota con una pisadita impropia del área. Caviar hormigonado. Una jugada para el recuerdo.

Con esa confianza (fue el pepinero que más balones achicó ante el Athletic, ocho) llegará a este partido en el que, como en los anteriores, ha hecho del silencio su mejor cualidad. Lejos de actitudes altisonantes o rebeldes, jamás se ha quejado de su situación hasta demostrar que tenía opciones de jugar y hacerlo, además, para ser determinante.

Aún le queda un año más de contrato y, pase lo que pase, se descienda o se mantenga la categoría, sus últimos duelos han demostrado que está llamado a ser jugador importante de este Leganés soñador de imposibles. Mañana, aspira al último milagro ante el Real Madrid campeón de Benzema. Permanencia contra pichichi. Y entre ambos, un renacido: Rodrigo Tarín.