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ALAVÉS

Asier Garitano, en la picota: se la juega ante el Valladolid

Querejeta estaba por labor de cesarlo anoche pero le frenó el director deportivo, Sergio Fernández. "Todo el mundo puede peligrar, lo que hemos visto hasta ahora es deprimente"

Actualizado a
01/07/20 PARTIDO PRIMERA DIVISION 
 CORONAVIRUS COVID19
 ALAVES - GRANADA 
 ASIER GARITANO
PAULINO ORIBEDIARIO AS

Si por algo se ha caracterizado Josean Querejeta como dirigente deportivo ha sido siempre porque no le temblaba la mano a la hora de cesar a aquellos entrenadores que no le convencían. Mítica es su frase de “los técnicos son como los melones, hasta que no los abres, no sabes si son buenos o malos”. Asier Garitano se encuentra en la picota, como ya lo estuvo esta temporada tras perder con la Real a finales de septiembre, tras ser eliminados por el Jaén en diciembre y el día 5 de enero cuando ya se sabía que se había comido el turrón pero que no estaba tan claro que llegara al roscón. El máximo accionista del Alavés no le gusta del todo el melón que adquirió.

El técnico de Bergara renovará automáticamente si consigue la permanencia en Primera pero la decisión ya está tomada y se sabe que no continuará en el banquillo alavesista en la temporada del Centenario. Se le indemnizará y se buscará una alternativa para el banquillo. Mendilibar, por ejemplo, siempre ha gustado. Aunque ese melón no se ha abierto aún en Vitoria y todavía tiene opciones de seguir en Eibar, club al que pertenecía Sergio Fernández (director deportivo) antes de recalar en el Alavés para hacerse cargo de la gestión de fichajes.

La cuestión ahora es si Garitano va a llegar a final de esta temporada porque la vuelta a la competición ha sido muy floja por parte del conjunto vasco. Sólo ganó ante la Real Sociedad en Vitoria y cayó con el Espanyol (rival directo y con Abelardo pintándole la cara), con el Celta (6-0 y a casa de vuelta), Osasuna y Granada (en Mendizorroza) y Atlético de Madrid en el Wanda (dejando buenas sensaciones, especialmente por parte de los canteranos más jóvenes, no con los incuestionables). La impotencia mostrada ante los nazaríes ha estado a punto de colmar el vaso de la paciencia de Querejeta, al que frenó el director deportivo, Sergio Fernández ayer por la noche. El partido ante Osasuna ya levantó ampollas. 

Las negociaciones para la reducción de salario entre el club y los jugadores ha sido muy dura y no todos ellos estaban de acuerdo con el regreso a la competición. La relación está deteriorada. Garitano parece siempre más cercano a sus futbolistas que a las altas instancias de la entidad. Y como resultados no le favorecen en absoluto, si cae en Valladolid el sábado a las 19:30 horas lo más normal es que sea cesado. Querejeta está eufórico con el título de liga del Baskonia y seguro que no le va temblar la mano.

En tal caso, volverá el apagafuegos recurrente del club, el hombre que siempre se sienta en el banquillo mientras la entidad busca otra alternativa al técnico defenestrado de turno: Javi Cabello, el experto en estrategia, el hombre que sale en todos los partidos cuando hay que defender o atacar una falta, el melón fiable de la casa.

Tras el compromiso en el Nuevo Zorrilla, el sábado y el compromiso ante el Real Madrid, en viernes de la semana siguiente, hay suficiente tiempo para que Cabello coja las riendas del club y pueda preparar al equipo para los compromisos que le quedan: tras los blancos, Getafe en Mendizorroza, Betis en Sevilla y Barcelona en Mendizorroza. Con el Mallorca a 6 puntos (primero de los puestos de descenso) aunque con el golaveraje particular salvado para los babazorros.

Querejeta ha sido muy concluyente hoy por la mañana: "Me preocupa muchísimo el equipo, estamos en clara situación de descenso y no somos capaces de revertirla y los jugadores no dan un paso al frente sacando a relucir el sentido que tiene llevar la camiseta del Alavés, el año que viene estaremos en Segunda". No entiende cómo antes de la pandemia estaban 32 puntos "aspirando a metas más importantes" y ahora el Glorioso "está dando la imagen que está dando". Y los primeros que se tienen que dar cuenta, en su opinión, son los jugadores. "A todo el mundo nos ha costado un esfuerzo enorme llegar hasta donde estamos y tienen que ser conocedores de eso y dar un paso al frente Todo el mundo puede peligrar, no es una cuestión del entrenador sino de los jugadores, que sepan la importancia que tiene para el proyecto estar en Primera, estamos en sus manos y en su profesionalidad y es hora de que den un paso al frente porque lo que hemos visto hasta ahora es deprimente". No sabe cómo definirlo, desconoce si es falta de actitud, pero sí tiene claro que "en su puesta en escena y esfuerzo no es el equipo que teníamos antes".