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LAS PALMAS

Una mudanza de subidas y bajadas para Las Palmas

Se cumplen 17 años del traslado de los amarillos desde el Estadio Insular al Estadio de Gran Canaria.

Una mudanza de subidas y bajadas para Las Palmas
UD Las Palmas

Parece que fue ayer, pero son ya 17 años de la marcha de la Unión Deportiva Las Palmas y de su afición del tan añorado Estadio Insular. Tal día como hoy, en 2003, se celebró el primer encuentro en el nuevo feudo de la UD. Una inauguración que contó con el Anderlecht, como artista invitado, en una gran fiesta comandada por Rubén Castro, que anotaba el primer gol en el nuevo estadio a los 16 minutos del encuentro, con un resultado final de 2-1 favorable a los locales.

Del enfado al éxtasis

Mal empezó su camino para la mente colectiva el Gran Canaria. Justo un año después de la mudanza, nada deseada por la marea amarilla, la UD acabó con sus huesos en la Segunda División B, algo que, como muchos recordarán, provocó la quiebra del equipo y el proceso concursal del juez Cobo Plana que consiguió la salvación de una entidad abocada a su desaparición con más de 70 millones de euros de deuda.

No fueron buenos aquellos años hasta el 2006 con el resurgir de Las Palmas y de su afición. Ahí se empezó a forjar la unión de la afición con su nuevo estadio. Tardes de gloria ante el Rayo Vallecano, con más de 35.000 espectadores, y un ansiado ascenso ante el Linares, hicieron que los seguidores se fueran uniendo al Estadio de Gran Canaria, dejando atrás la época del tan añorado Insular.

A partir de ahí, pasaron temporadas y una gran cantidad de jugadores para, simplemente, conseguir la permanencia año tras año en la categoría de plata hasta que se obró el milagro. Tras dos cursos consecutivos cayendo en el playoff de ascenso y aquel fatídico día del “Cordobazo”, el 21 de junio de 2015, en plenas obras para quitar las pistas de atletismo del recinto de 7 Palmas, Sergio Araujo consiguió el gol que daba el ascenso a la UD, después de 13 años, a la Primera División. Sin duda, el gran último recuerdo de la nueva casa amarilla, que volvió a ver un nuevo descenso tres años más tarde.