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LA INTRAHISTORIA

El calvario de Cheick Doukouré

No juega desde su lesión en el penalti a Casemiro. Nada más recuperar la rodilla, ahora ha sufrido una rotura muscular en el bíceps femoral de su pierna izquierda.

Actualizado a
Doukouré se lamenta por el penalti señalado por Iglesias Villanueva la temporada pasada.
Javier Gandul

Cheick Doukouré no levanta cabeza desde que el pasado 24 de febrero, hace prácticamente un año, cayese fulminado sobre el césped del Ciutat de València en el polémico penalti a Casemiro, que a la postre supuso la victoria del Real Madrid en Orriols. En caliente, el marfileño finalizó el encuentro, disputando más de 15 minutos con el ligamento totalmente roto. Era su tercera lesión grave de rodilla a sus 26 años (27 en la actualidad), con dos intervenciones quirúrgicas en la izquierda a sus espaldas.

Los de Paco López volvieron a plantar cara a los blancos. A los que ya habían vencido en la primera vuelta en el Santiago Bernábeu, en la segunda victoria histórica del club granota en Chamartín. Desde entonces, el costamarfileño no vuelve a pisar un terreno de juego y ha podido ejercitarse a cuentagotas con el resto del grupo, tanto en el Levante como ahora en su cesión en el Huesca.

Doukouré sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda en dicha acción y fue intervenido el 6 de marzo de 2019, un día marcado en negro en su calendario particular. Más tarde lo entenderán.

El jugador "golpeó al aire al intentar despejar el esférico y aterrizó sobre el suelo con la pierna izquierda completamente desequilibrada", tal y como rezaba el parte médico del Levante. Carvajal, por su parte, aseguró que había oído la patada "desde 25 metros". La polémica estaba servida.

Prácticamente 365 días después, cuando comenzaba a dar sus primeros pasos en dinámica de grupo en el conjunto altoaragonés, volvieron a surgir los problemas en forma de lesión. Esta vez por culpa de una rotura muscular en el bíceps femoral de su pierna izquierda, la intervenida tras el penalti al brasileño. Una dolencia consecuencia del duro proceso de rehabilitación por el que ha transitado el último año.

Un nuevo frenazo en su camino de vuelta a los terrenos de juego y un duro revés para el Huesca, que todavía no ha podido contar con él. Un nuevo capítulo en su calvario particular con un protagonista a remarcar: su rodilla izquierda.

El historial médico es terrorífico. El 6 de marzo de 2018, sufrió un esguince de grado III en el ligamento lateral interno de la misma articulación, evitando el quirófano, pero perdiéndose lo que restaba de temporada. Llovía sobre mojado. Ya en la 2015-16 había vivido su primera rotura de cruzado en la izquierda...